El sangriento ataque contra la minoría yazidi en el norte de Iraq a mediados de este mes es un signo del agravamiento de las tensiones étnicas y religiosas en este país.
Las explosiones suicidas del 14 de agosto en las aldeas de Kahtaniya y al-Jazeera, en la norteña provincia de Nínive, dejaron más de 400 muertos y 200 heridos. Fueron los ataques más graves desde la invasión liderada por Estados Unidos en marzo de 2003.
El ejército estadounidense cree que la red terrorista Al Qaeda está tratando de crear un enfrentamiento entre los yazidis, de origen kurdo, y los árabes de religión musulmana.
Los miembros de la minoría yazidi consideran que su inclinación hacia el Kurdistán iraquí fue la razón fundamental de los atentados y temen ser blanco de otros en el futuro.
"Los terroristas atacarán a cualquiera que no esté con ellos", dijo a IPS Ido Babasheikh, asesor del presidente iraquí para cuestiones relacionadas con los yazidis. Al Qaeda "considera que somos kurdos e infieles, por lo que podríamos ser víctimas de nuevos atentados", agregó.
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Los yazidis son seguidores de un antiguo culto de la región mesopotámica, que alguna vez fue la religión oficial de los kurdos. Veneran al ángel Malak Taus (pavo real), considerado satánico por muchos cristianos y musulmanes. La gran mayoría de sus miembros, unos 500.000, son de ascendencia kurda.
Existen yazidis en varios países de Medio Oriente, como Iraq y Siria, al igual que en naciones de Asia central, como Armenia y Georgia.
Otras minorías religiosas de este país, como los cristianos y Sabean-Mandaens (seguidores de Juan el Bautista), han sido blanco de ataques. Iraq es hoy un país especialmente peligroso para las minorías que carecen de la protección de facciones armadas.
Babasheikh pidió al gobierno kurdo, a las autoridades iraquíes y a las fuerzas estadounidenses que los protejan de los terroristas.
Los brutales atentados del 14 de agosto generaron una corriente de simpatía hacia los yazidis en todo el país. Los líderes de la comunidad pidieron calma a sus seguidores.
Luego de los ataques el gobierno kurdo declaró un día de duelo nacional en tres provincias vecinas a Nínive: Arbil, Dohuk y Sulaimaniya.
Las áreas de la provincia de Nínive dominadas por los yazidis son de una gran importancia, debido a que forman parte de las zonas en disputa entre árabes y kurdos.
Un referéndum previsto para fines de este año permitirá a la población decidir si quiere permanecer bajo la autoridad del gobierno iraquí o unirse a la región autónoma de Kurdistán, en el norte de este país.
Los kurdos alegan que las áreas con población yazidi fueron sometidas a cambios demográficos durante el régimen del ex presidente Saddam Hussein (1979-2003), como parte de un programa de arabización. Decenas de miles de personas no árabes fueron desplazadas de áreas estratégicas y reemplazadas por colonos árabes y de religión musulmana.
El presidente de Kurdistán, Massoud Barzani, quien viajó a Bagdad para discutir la situación política con otros líderes iraquíes, señaló como responsables de los atentados a "servicios de inteligencia de países limítrofes".
"El gobierno iraquí y las fuerzas de la coalición occidental tiene que poner fin a estas agresiones contra los kurdos. De ahora en más, no vamos a tolerar esta situación", dijo. Barzani envió a 350 combatientes kurdos a la zona.
Varios miembros de la minoría yazidi comentaron a IPS que integrantes de Al Qaeda dijeron a residentes de los distritos de Gir Uzeir y Sipa Sheik Khidir que abandonaran el área.
Las operaciones militares a gran escala de fuerzas estadounidenses e iraquíes al norte de Bagdad y en las provincias centrales forzaron a muchos insurgentes a trasladarse a Kirkuk y Mosul, lo que puede ser un motivo de creciente violencia en Nínive, donde el número de ataques había sido bajo.
Los atentados fueron un duro golpe a los esfuerzos de los líderes kurdos y chiitas, una de las ramas de la fe musulmana mayoritaria en este país, para encontrar una solución a la crisis política y de seguridad. También resaltaron la ineficacia de los planes en marcha para destruir la capacidad operativa de los insurgentes.
Los kurdos habían permanecido hasta ahora mayoritariamente al margen de la violencia sectaria en Iraq. Muchos se preguntan por cuánto tiempo podrán permanecer fuera del conflicto.