El presidente de la organización estadounidense Cristianos Unidos por Israel (CUFI), John Hagee, insiste en señalar que el mandatario iraní Mahmoud Ahmadinejad es el nuevo Adolph Hitler. Pero no todos los evangélicos de este país tienen el mismo enfoque sobre la situación en Medio Oriente.
Hagee volvió a hacer esta afirmación durante la segunda "Cumbre de Israel", un muy publicitado acontecimiento del verano boreal organizado por CUFI en Washington
Al encuentro asistieron miles de dirigentes proisraelíes, incluyendo un gran número de autoridades y líderes del gobernante Partido Republicano.
Se realizaron varios seminarios y talleres con el objetivo de consolidar las principales campañas proisraelíes y fortalecer la influencia política de la organización.
Hagee, pastor de la iglesia Cornerstone, de 19.000 miembros, en San Antonio, en el meridional estado de Texas, es un acaudalado evangelista televisivo de renombre internacional.
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El religioso dijo ante una multitud que concurrió a la "Noche para honrar a Israel", celebrada por la organización, que "Israel enfrenta el mayor peligro desde que los ejércitos árabes intentaron estrangular al Estado judío" en 1948.
Como viene haciendo reiteradamente en sermones, entrevistas televisivas y radiales, visitas a Washington y en sus escritos —entre estos su libro "Jerusalem Countdown" ("Cuenta regresiva para Jerusalén"), un éxito de ventas— Hagee colocó a Irán y a Ahmadinejad en la mira de CUFI.
"La cabeza de la bestia del Islam radical en Medio Oriente es Irán y su presidente fanático, Ahmadinejad", sostuvo Hagee.
"Ahmadinejad cree que, si él comienza una guerra mundial, el Mesías islámico aparecerá misteriosamente y producirá una dictadura teocrática islámica global. Señoras y señores, estamos repitiendo la historia. Es 1938 de nuevo. Irán es Alemania. Ahmadinejad es Hitler, e igual que Hitler habla de matar a los judíos", agregó.
Hagee, quien fundó CUFI hace 18 meses, llevó unos 5.000 adeptos a Washington para exhibir su poder de influencia y presionar al Congreso legislativo para que no dé ningún paso que pueda perjudicar a Israel.
CUFI informó que sus miembros se reunieron con 279 legisladores, entre ellos 57 senadores.
La conferencia de CUFI fue un imán para políticos republicanos y para algunos miembros de la colectividad judía, y proporcionó una plataforma para el ex senador del opositor Partido Demócrata —electo en noviembre como independiente— Joseph Lieberman, quien en su discurso comparó a Hagee con Moisés por ser "líder de una multitud".
"El apoyo de los sionistas cristianos es clave para la seguridad y la fuerza de Israel, y para la seguridad y la fuerza de Estados Unidos", dijo Lieberman.
El sionismo cristiano, abrazado por muchos destacados líderes evangélicos estadounidenses, sostiene que el moderno Estado de Israel cumple una de las profecías bíblicas que preparan el "fin de los tiempos" y el segundo advenimiento de Jesucristo, y que por lo tanto merece apoyo político, financiero y religioso.
La "Cumbre de Israel", realizada del 16 al 19 de julio, contó con la presencia de a Newt Gingrich, ex presidente de la Cámara de Representantes y actual colaborador de la cadena FOX News, al también ex congresista Tom DeLay y al ex primer ministro israelí Benjamin Netanyahu (1996-1999), entre otros.
Trabajar con el presidente palestino Mahmoud Abbas, cuyo moderado partido Fatah se enfrentó con el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas), "es una absoluta pérdida de tiempo", dijo Hagee a FOXNews.com.
"Abbas está controlado por Hamas. Hamas es una organización terrorista. Si Abbas hace cualquier cosa que realmente irrite a esos terroristas, ellos lo fusilarán. Hamas lo controla, y usará esto para su beneficio", agregó.
Pero mientras CUFI considerado por muchos el equivalente cristiano del poderoso Comité Estadounidense-Israelí de Asuntos Públicos— exhortó a legisladores de Estados Unidos y a dirigentes de Israel a no apoyar la cesión de una sola pulgada de tierra a los palestinos, otra organización de líderes evangélicos estadounidenses mostró un enfoque completamente diferente.
En una carta abierta enviada al presidente George W. Bush el 27 de julio y publicada en The New York Times dos días después, más de dos decenas de evangélicos, entre ellos líderes de distintas denominaciones, organizaciones benéficas, seminarios y universidades cristianas, agradecieron a Bush por "dar nuevo ímpetu a las negociaciones palestino-israelíes para lograr una paz duradera" en Medio Oriente.
La misiva destacó que, en contra de la creencia popular, una cantidad significativa de evangélicos en Estados Unidos "apoyan la justicia tanto para israelíes como para palestinos".
También manifestó su esperanza de que reconocer el apoyo evangélico a un acuerdo de estatus permanente entre Israel y la Autoridad Nacional Palestina fortalecería al gobierno de Bush.
Apoyar a Israel no implica acallar las críticas, señaló la carta, agregando que "el amor genuino y la bendición genuina significan actuar de modos que promuevan el bienestar genuino y a largo plazo de nuestros vecinos".
"La honestidad histórica nos obliga a reconocer que tanto israelíes como palestinos tienen derechos legítimos que datan de hace milenios sobre las tierras de Israel/Palestina. Tanto israelíes como palestinos han cometido violencia e injusticias entre sí. La única manera de poner fin al trágico ciclo de violencia para israelíes y palestinos es negociar un acuerdo justo y duradero que garantice a las dos partes estados viables, independientes y seguros", indica el texto.
La carta alentó al gobierno de Bush a "proporcionar un robusto liderazgo dentro del Cuarteto para reconstituir la hoja de ruta de Medio Oriente" y a afirmar "el nuevo rol del ex primer ministro (británico) Tony Blair y rogar para que la conferencia prevista para este otoño (boreal) sea un éxito".
El Cuarteto, instancia de mediación internacional de paz para Medio Oriente, está integrado por Estados Unidos, Rusia, la Unión Europea y la Organización de las Naciones Unidas. Ahora Blair es su enviado especial.
La misiva concluyó diciendo que los signatarios "renuevan" sus "plegarias y apoyo" para el "liderazgo" de Bush, y formuló un "pedido de reunión para transmitir personalmente nuestro apoyo y discutir otras maneras en las que podamos ayudar a su gobierno en este tema crucial".
Hagee fue rápido en responder. "Los autores de esta carta no representan los puntos de vista de la vasta mayoría de evangélicos, creyentes en la Biblia, de la corriente dominante en Estados Unidos", dijo.
"El problema en Medio Oriente es que Israel no tiene ningún socio para la paz, y sus vecinos se niegan a reconocer el derecho de Israel a existir", agregó.
La afirmación de los autores de la misiva de que los palestinos tienen una conexión histórica con la Tierra Santa es "absolutamente incorrecta", opinó.
CUFI planea enviar a Bush su propia carta manifestando su oposición a la presión de Washington a Israel para que realice nuevos repliegues, informó The Jerusalem Post.
(*) Bill Berkowitz es un connotado observador del movimiento conservador estadounidense. Publica periódicamente la columna "Conservative Watch" en la revista electrónica WorkingForChange.org.