El huracán Dean, que mató al menos a tres personas y causó otros destrozos en Jamaica, le dio más tiempo a la primera ministra Portia Simpson Miller para convencer a los votantes de que ella es la mejor opción de gobierno en el próximo lustro.
Los jamaiquinos se despertaron este martes con la noticia de que la Comisión Electoral había recomendado, en una reunión de emergencia, postergar las elecciones generales previstas para el 27 de este mes, tras la devastación del huracán de categoría 4 en la escala Saffir-Simpson que azotó el domingo a este país del Caribe.
La escala tiene cinco niveles, de menor a mayor. La categoría 4 implica vientos de entre 210 y 250 kilómetros por hora.
La prensa prevé que los comicios se realizarán el 3 de septiembre. La Comisión Electoral indicó este martes que la nueva fecha se establecerá luego de una estimación completa de los daños.
Miembros de las fuerzas de seguridad y funcionarios de la Comisión Electoral debían emitir su voto este mismo martes, antes que el resto de los ciudadanos para evitar distorsiones en el transcurso de los comicios, pero esa instancia posiblemente se postergará para el 28 de este mes.
Las autoridades decretaron un toque de queda y el estado de emergencia por un mes a causa del tornado, una medida "desacertada", según la principal fuerza de oposición, el Partido Laborista de Jamaica (JLP), que trata de evitar que el gobernante Partido Nacional Popular (PNP) se mantenga otros cinco años en el poder.
El líder del JLP, Bruce Golding, señaló que el toque de queda y el despliegue de efectivos del ejército bastan para hacer frente a los posibles saqueos.
"Nuestra evaluación en términos de problemas y daños causados por el huracán o de comunidades con falta de artículos de primera necesidad indican que en este momento no se justifica la medida", añadió Delroy Chuck, portavoz de la oposición.
La prensa también fue muy crítica con la iniciativa. Jamaica Gleaner, el diario más viejo del país, la consideró excesiva.
"La primera ministra la justificó y no fue nada convincente. Es importante que de inmediato se ponga fin al estado de emergencia", sostuvo el periódico desde su página editorial.
Es claro que las fuerzas de seguridad controlan la situación, añadió.
"No hay ningún 'riesgo latente para la seguridad pública ni está privada la comunidad, o una parte importante de ella, de elementos de primera necesidad o de servicios esenciales para la vida'. No se justifica la prolongación del estado de emergencia más allá de hoy. Debe levantarse ahora", reclamó Jamaica Gleaner.
Pero el riesgo de saqueos fue tan sólo uno entre los varios peligros considerados para decretar el estado de emergencia, según declaró la primera ministra a la prensa tras una reunión del gabinete el lunes.
"La gente especulaba con los motivos. Mi único objetivo fue el de garantizar la protección del país. ¿Cómo voy a velar por la seguridad de la población en una situación de oscuridad profunda sin que las fuerzas del orden estén afuera y prontas para actuar?", declaró Simpson Miller.
El huracán aplacó, al menos por ahora, la campaña electoral. También dio un respiro a la violencia política en algunos distritos, que había obligado al defensor del pueblo, Herro Blair, a convocar a los representantes de ambos partidos para calmar los ánimos.
Blair advirtió que en las circunscripciones donde se prevé que el resultado de los comicios sea muy ajustado, como en el oriental departamento de St. Thomas y el meridional de St. Elizabeth, la situación puede descontrolarse, en especial por las mutuas acusaciones entre los candidatos de utilizar tácticas de mano dura.
Un enfrentamiento entre partidarios del PNP y el JLP dejó el 7 de este mes varios heridos de botellazos y pedradas.
La primera ministra arrancó la campaña con una clara ventaja, pero la última encuesta mostró que el opositor JLP mejoraba.
El JLP tiene 38 por ciento de las intenciones de voto entre los consultados por Gleaner la semana pasada, en tanto el PNP tiene 40 por ciento.
Los cuatro puntos porcentuales que ganó la oposición desde la anterior encuesta pueden deberse al debate de 90 minutos entre la primera ministra y el líder del JLP, a principios de este mes, que, según los analistas políticos, ganó Golding.
El líder opositor mostró seguridad, conocimiento y comprensión de los asuntos tratados y "transmitió la imagen de una persona muy honesta, sincera y comprometida", sostuvo Charlene Sharpe-Pryce, de la Universidad Northern Caribbean.
El desempeño de Simpson Miller fue "bueno", según ella, pero no bastó.
"No mostró dominio acerca de la complejidad de los hechos" discutidos, añadió.
En las anteriores elecciones generales, el PNP se aseguró la mayoría con ocho bancas.
Pero las encuestas sugieren que esta vez puede darse una situación que recuerda a la del vecino Trinidad y Tobago en 2001, donde cada uno de los dos partidos más grandes obtuvo 18 escaños en el parlamento de 36.
Se teme que haya un empate en la cámara de representantes, donde se disputan 60 escaños, según observadores políticos y especialistas constitucionales.
Algunos de ellos advirtieron que "un empate sería una pesadilla".
El gobernador general Kenneth Hall (representante de la corona británica) ya indicó que "tenía claro qué hacer en ese caso".
Por su parte, el veterano periodista Rickey Singh, señaló que el gobernador estaba al tanto de lo sucedido en Trinidad y Tobago, donde el entonces presidente ANR Robinson designó en 2001 al líder opositor Patrick Manning como primer ministro en vez de al titular Basdeo Panday.
"La interrogante que se plantea es si el resultado de las elecciones generales pondrá al gobernador general ante ese dilema. Él cree que no, pero por ahora ni las consultoras pueden adelantar con certeza lo que sucederá", señaló Singh.