Las cifras sin precedentes de habitantes de Estados Unidos sin cobertura de salud y de pobres en áreas rurales continúan estancadas, cinco años después de que este país comenzó a salir de la recesión económica.
Los modestos avances en materia de ingresos hogareños no han logrado eliminar a cantidades significativas de familias de las estadísticas de pobreza, según los últimos datos oficiales al respecto.
La tasa nacional de pobreza cayó de 12,6 por ciento en 2005 a 12,3 por ciento el año pasado, pero sigue bastante por encima del 11,3 por ciento registrado en 2000, informó el martes el Buró de Censos de Estados Unidos. En 2000, año del último censo, este país tenía más de 281 millones de habitantes.
El organismo indicó que los ingresos familiares aumentaron modestamente gracias a que más miembros trabajaban y contribuían así al sustento del hogar.
Pero no todos se beneficiaron de la situación, de todos modos.
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En las áreas rurales, la pobreza se ha estancado en 15,2 por ciento, tres puntos porcentuales por encima del promedio nacional. Esto significa que casi 7,2 millones de habitantes del campo se volvieron pobres el año pasado, a pesar del encarecimiento de los precios agrícolas.
Según el censo del 2000, casi 60 millones de personas viven en áreas rurales estadounidenses.
Los ancianos representaron buena parte de las mejoras del año pasado y, como grupo etario, se encuentran mejor de lo que se estaban en 2001.
En contraste, la pobreza de niños y adultos en edad de trabajar permaneció estadísticamente sin cambios respecto de 2005 y creció desde 2001, cuando la última recesión tocó fondo.
En total, 36,5 millones de personas eran consideradas pobres en 2006, una cifra muy similar a la de 2005.
"En cinco años de recuperación económica, el país aún no avanzó en reducir la pobreza, en elevar el ingreso de los miembros de las familias en edad apta para trabajar o en contener el ejército de personas sin seguro médico, aun comparando esas cifras con las de la última recesión", dijo Robert Greenstein, director ejecutivo del no gubernamental Centro de Prioridades Presupuestarias y Políticas.
El ingreso medio general ascendió a 48.000 dólares anuales en 2006. Este monto es 0,7 por ciento superior al del año anterior.
También aumentó, pero 1,3 por ciento, el ingreso medio de los hogares no ancianos, los más susceptibles a los cambios económicos porque están encabezados por menores de 65 años cuya situación depende en buena medida de su trabajo. En su caso, alcanzó 54.726 dólares.
Esa cifra supone, de todos modos, una pérdida de 2,4 por ciento, es decir 1.336 dólares, respecto del recesivo 2001 y de 2.375 respecto de 2000, cuando la actividad económica alcanzó su más reciente pico.
Los hogares de origen asiático registraron el mayor ingreso medio, con 64.200 dólares, seguidos por los de blancos no hispánicos, con 52.400, los hispánicos, con 37.200 dólares, y los negros, con 32.000 dólares. En cuanto a proporciones, las diferencias entre estos grupos no mostraron mayores diferencias.
La definición oficial de pobreza varía en Estados Unidos de acuerdo con la cantidad de miembros de la familia y su composición.
Para una de dos adultos y dos niños, la línea se traza en un ingreso de 20.400 dólares anuales. Los miembros de las familias que se encuentran en esa situación pueden recibir asistencia del gobierno federal en materia de vivienda, alimentación y cuidado infantil.
Expertos y activistas advierten desde hace mucho tiempo que el nivel de pobreza debería contemplar un ingreso más elevado, porque la fórmula del gobierno se basa en el costo de los alimentos e ignora otros gastos importantes.
De hecho, el Buró de Censos mencionó el creciente costo de la atención médica al informar el martes que una cantidad sin precedentes de habitantes de Estados Unidos carecían de seguro de salud.
Numerosos patronos recortaron o eliminaron los beneficios de salud de la asignación a sus empleados, a causa de los altos costos del seguro, o insistieron en que los trabajadores paguen parte de esas erogaciones, indicó el Buró.
Los trabajadores de bajos ingresos no pudieron mantener el ritmo de tal encarecimiento. Más de uno de cada seis trabajadores a tiempo completo carecen hoy de seguro de salud.
También se redujeron ligeramente los aportes del gobierno a estos seguros.
Como consecuencia, la cantidad de personas sin seguro de salud aumentó de 44,8 millones en 2005 (15,3 por ciento de la población) a 47 millones en 2006 (15,8). Se trata del segundo aumento consecutivo.
Estas cifras no tienen precedentes desde el origen de este registro estadístico, en 1998.
El problema es aun más grave entre los niños y las minorías.
Unos 8,7 millones de menores de 18 años (11,7 por ciento del total) carecían de seguro médico en 2006. El porcentaje era de ocho el año anterior. Los menores constituyen 25 por ciento de la población, pero 35 por ciento de los pobres.
Entre los pobres menores de edad, los que no disponen de seguro médico son 19,3 por ciento. El año pasado, 34,1 por ciento de los hispanos, 20,5 de los negros y 10,8 por ciento de los blancos se encontraban en esa situación.