Grupos de niños con sus padres se juntan los fines de semana en el atracadero Halimun, en el sur de la capital indonesia, a la espera de dar una vuelta en una de las dos novedosas embarcaciones introducidas por el gobierno de la ciudad.
Operar los llamados taxis acuáticos no implica ningún rédito económico. Por un viaje, el gobierno local recibe unos nueve dólares por concepto de boletos, pero gasta alrededor del doble de esa suma en combustible.
Sin embargo, las ganancias están en otras partes. Los dos taxis, puestos en circulación el 9 de junio en Yakarta, son desconocidos para muchos habitantes de esa capital. Su objetivo es formar parte de una campaña ambiental diseñada para generar conciencia sobre la necesidad de mantener limpios los ríos.
"El propósito de los taxis acuáticos es hacer que los indonesios abandonen su hábito de arrojar basura en los ríos. También busca generar conciencia pública sobre las amenazas de los ríos contaminados", dijo Muhammad Khair, funcionario de Halimun Pier.
Los ríos de Indonesia están muy contaminados y cada vez más llanos principalmente porque a los indonesios les gusta construir sus casas a lo largo de las riberas y verter la basura en el agua.
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Yakarta tiene 13 ríos que fluyen por su interior, y uno de los más contaminados, el Ciliwung, es también la principal fuente de agua para sus residentes.
"La operación de los taxis acuáticos es una manera entretenida de educar al público sobre la importancia de mantener los ríos limpios", dijo Donny Azdan, titular del directorado de recursos hídricos e irrigación de la Agencia Nacional de Planificación para el Desarrollo.
"Estamos enfrentando una batalla cuesta arriba para limpiar nuestros ríos, dado que necesitamos una enorme suma de dinero", dijo Azdan, agregando que las personas que viven en las riberas se niegan a mudarse porque los "nuevos" lugares que el gobierno les ofrece están lejos de sus lugares de trabajo.
Basura de todos los tipos, incluyendo efluentes industriales, se abre paso a través de los ríos. Botellas de plástico y latas vacías pueden verse flotando por las turbias aguas del Ciliwung.
La mayor parte del tiempo, quienes conducen lanchas a motor deben confiar en su intuición y experiencia para navegar a través de las aguas espesas por los desechos.
En las últimas semanas, la operación de los taxis acuáticos tuvo algunos problemas. Hubo momentos en los que estos vehículos tuvieron que detenerse porque sus motores quedaban atascados con los residuos.
El gobierno municipal asignó 3,2 millones de dólares para limpiar y dragar los ríos de Yakarta. De esa suma, 21.361 dólares se destinarán al mantenimiento anual de los dos taxis, cada uno de los cuales puede transportar hasta 28 pasajeros.
Muchos ven esto como una batalla perdida, porque la mala aplicación de la ley permite que el público continúe arrojando basura en los cursos hídricos.
Hasta ahora, nadie fue llevado a tribunales, encarcelado o multado por tirar basura, aunque los ríos congestionados contribuyen con las inundaciones, que cada año golpean a la ciudad en enero y febrero.
Tal es el grado de contaminación de los ríos de Yakarta que las compañías hídricas hallan difícil suministrar suficiente agua limpia a los residentes. En Yakarta, alrededor de 70 por ciento del agua sin tratar fluye directamente al océano, dado que todos los ríos de la ciudad son llanos y tienen una capacidad limitada para retenerla.
En efecto, los bajos niveles del agua en el Ciliwung constituyen otro impedimento para las lanchas a motor, que no pueden navegar a menos de un metro de profundidad. Por otro lado, si el río tiene más de dos metros de profundidad, los botes pueden chocar con la parte inferior de los puentes.
"Los taxis acuáticos no están específicamente diseñados para ríos porque son demasiado grandes", dijo Andiri, de 35 años y conductor de uno de ellos. Hay planes en curso para modificar las lanchas a motor, que son atracciones turísticas menores.
"Nos enteramos de los taxis acuáticos por la televisión y se ven fascinantes", relató Lia, una trabajadora en el hogar de 34 años que hizo fila durante más de una hora con sus dos hijos, una sobrina y un sobrino, para participar en el viaje un sábado por la tarde.
Desde la puesta en marcha de los taxis acuáticos, la mayoría de los pasajeros han sido padres de bajos ingresos que regalan a sus hijos un divertido paseo de 15 minutos en una lancha a motor. Una vuelta cuesta unos 33 centavos de dólar por persona.
"Viajar en el taxi acuático es como estar en un parque de diversiones", dijo Krisna, de 26 años, empleada en un restaurante, quien saltó a bordo hace un par de semanas con sus dos sobrinas y tomó fotografías de paisajes de la ciudad a medida que transcurría el viaje.
Como medida de seguridad, debajo de los asientos de los taxis acuáticos hay chaquetas salvavidas inflables de color amarillo. Tarjetas de seguridad laminadas, al estilo de las aerolíneas, también están adheridas a la parte trasera de cada asiento.
La operación de estos taxis es uno de los tres proyectos del gobierno de Yakarta vinculados al agua, diseñados para abordar el mal saneamiento de la ciudad, las inundaciones anuales y la congestión del tráfico.
Los otros proyectos son un canal de mitigación de inundaciones de 23 kilómetros y un profundo túnel multipropósito que aspira a integrar una planta de saneamiento, redes urbanas de servicios públicos y una autopista subterránea.
Para mejorar el sistema de taxis acuáticos, el Ministerio de Obras Públicas, que actualmente subsidia el costo de la gasolina para las dos lanchas a motor, analiza la posibilidad de extender las rutas al río Angke.
Originalmente, el cometido de estos taxis fue aliviar los males del tráfico capitalino. Desde hace muchos años, el gobierno de Yakarta viene implementando una política de restricción del tránsito, comúnmente conocida como "tres en uno", para alentar a los automovilistas a turnarse para llevar a varios pasajeros o utilizar el transporte público.
Con su lanzamiento, el gobierno de Yakarta esperaba que los taxis acuáticos se volvieran parte de un sistema de transporte rápido e integrado para solucionar los problemas crónicos del tráfico de la ciudad. Durante el régimen colonial holandés, los ríos de esta urbe jugaron un rol importante en el transporte.
Pero pocos indonesios toman el plan seriamente. "Yo preferiría tomar un autobús que subirme a un taxi acuático. Si lo hago, oleré como una alcantarilla", dijo una estudiante.