MÚSICA-AFGANISTÁN: Jóvenes guardan la tradición

Bombas y misiles pueden haber reducido a escombros el principal centro cultural de Afganistán, pero no lograron destruir el amor de la población por la música clásica hindustaní.

Antes de las guerras entre facciones locales de los años 90, Kharabat, uno de los barrios más viejos de Kabul, era sinónimo de las mayores tradiciones musicales del país.

Afamados músicos como Ustad Qasimi, premiado con el título de "padre de la nación" en 1919 por haber compuesto un célebre ghazal (poemas cantados al estilo de la música persa), vivía en su casa de barro de esa zona histórica.

Pero los artistas debieron abandonar Kharabat cuando combatientes islámicos rivales se enfrentaron con artillería tras el retiro del ejército de la Unión Soviética, disuelta en 1991.

Cuatro años después, con la llegada al poder del movimiento radical Talibán, la música fue prohibida por ser considerada contraria al Islam.

La prohibición recién se levantó cuando los talibanes fueron derrocados por la coalición liderada por Estados Unidos en octubre de 2001.

Kharabat aún no ha sido reconstruido, pero un puñado de jóvenes afganos, a pesar de la falta de recursos y grandes privaciones, tratan de mantener viva las tradiciones musicales nacionales.

En los últimos 30 años de guerra, Afganistán perdió a la mayoría de sus grandes maestros musicales. Se destruyeron instrumentos, los músicos fueron detenidos o asesinados y muchos más se exiliaron.

"Los músicos afganos sufrieron mucho a causa del conflicto, fueron desplazados y desatendidos", señaló Nassir Aziz, quien toca el sitar y creció en la época de predominio Talibán.

Hoy, los jóvenes músicos afganos como Aziz y el vocalista Wali Fateh Ali Khan, que heredaron los conocimientos de los grandes maestros, enriquecen las viejas tradiciones con nuevas formas de expresión.

Aziz vivió con su familia hasta 2002 en un campamento de refugiados en Pakistán, donde aprendió a tocar el sitar escuchando grabaciones de las obras de músicos famosos de Afganistán e India como Mirza Abdolqader, conocido como Beidel (1644-1720).

"Nos gusta mucho la música. A pesar de las dificultades, hacemos todo lo que podemos para practicar. Sabemos bien que tenemos un largo camino por recorrer", afirmó.

La música tradicional hindustaní, tal como se conoce hoy, fue patrocinada en 1863 por el rey afgano Amir Sheer Ali Khan para mejorar el estatus cultural del país. Surgió en el marco de conquistas e intercambios culturales entre Afganistán e India.

La experiencia común indoafgana que suscitó formas y géneros musicales contemporáneos en el norte de India tiene sus raíces en la primera conquista musulmana de esa región a fines del siglo X.

Muchos de los conquistadores procedían del sur de Afganistán y eran artistas y poetas o patrocinadores de arte y literatura.

Entre ellos se destaca el sultán Mahmood Ghaznavi (997-1030), quien encargó a Firdowsi Tousi (935-1020) la obra maestra Shahnama (Libro de los reyes), poema épico considerado un clásico de la literatura persa, escrito cerca del año 1.000.

Tanto la literatura como la vida de los artistas fueron muy influenciadas por el sufismo, la tradición esotérica islámica. Los maestros sufistas muchas veces asumieron la función de guías espirituales de los monarcas de la época.

Los sufistas también desempeñaron un papel muy importante en el desarrollo de formas y expresiones musicales, al fomentar el intercambio cultural con artistas y filósofos indios, en especial con muchos maestros del siglo XVI y XVII.

El científico y filósofo musulmán Abu Arrayhan Muhammad ibn Ahmad al-Biruni (923-1048) fue uno de los pioneros que, mediante la visión sufista del mundo, redujo la brecha entre las enseñanzas del hinduismo y el Islam.

En el sigo XVIII, nació en India un nuevo movimiento filosófico y religioso conocido como Bhakti.

Bhakti fue un movimiento no dualista de culto a un dios informe que permitió una influencia mutua entre místicos y artistas hindúes y musulmanes.

Fue en ese contexto único de búsqueda común de nuevos límites artísticos y estéticos que se desarrolló la música clásica hindustaní.

Uno de los más conocidos representantes de esa ósmosis fue Amir Khushraw-e-Balkhi (1253-1325), creador de varios instrumentos, así como de formas de cantar y tocar conocidas como qawwali y khayal.

También creó la raga, un estilo utilizado en la música clásica del norte de India. Cada forma de raga está vinculada a un sentimiento, estación del año y momento del día.

Otro representante de esa conjunción de estilos fue Mian Tansen, de la corte del emperador mogol Jalaluddin Muhammad Akbár (1542-1605), quien promovió los estilos khayal, más reciente que el dhrupad, del que desciende.

Entre los músicos de origen afgano que realizaron contribuciones sustanciales al desarrollo de la música clásica hindustaní se encuentra Ghulam Bandegi Khan Bangash, antepasado del músico indio Ustad Amjad Ali Khan, que toca el sarod, un instrumento típico indio.

Bangash se mudó de Ghazni, en el oriente de Afganistán, a Gwalior, en el centro de India, y transformó el instrumento afgano rubab, parecido al laúd, en el sarod, que pertenece a las cítaras de tubos.

Instrumentos como la tabla, el sarangi, el dilruba y el sarod son utilizados por músicos de ambos países.

"Hay un lazo irrompible entre las tradiciones musicales clásicas afgana e india. En la actualidad, ni siquiera podemos decir con certeza si lo que ahora llamamos música clásica hindustaní perteneció a Afganistán o a India", señaló el especialista Seddique Qiam.

(* The Killid Media Group es un grupo de medios de comunicación privados de Afganistán. Este informe se publica por convenio con IPS.)

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe