EEUU-LAOS: La guerra secreta sigue en California

La poco conocida comunidad hmong de Estados Unidos saltó a la luz pública con el arresto en California de 11 de sus miembros, acusados de conspiración para derrocar al gobierno de Laos.

Entre ellos figuraba Vang Pao, de 77 años, comandante del "ejército secreto" patrocinado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) para colaborar con el ejército estadounidense en su guerra contra las fuerzas comunistas laosianas y vietnamitas en los años 60 y 70.

Vang Pao y sus colaboradores fueron acusados de violar la Ley de Neutralidad al planificar la invasión de un país en paz con Estados Unidos.

Funcionarios del Departamento de Justicia (fiscalía general) aseguraron que los 11 hombres conspiraron para obtener rifles Kalashnikov, misiles tierra-aire y antitanques, minas, cohetes y otros explosivos.

Los supuestos conspiradores fueron detenidos el 4 de junio y la mayoría fueron puestos en libertad bajo fianza. La audiencia previa al juicio está prevista para este martes.

Los hmong son un pueblo indígena del sur de China que emigró hace siglos a las montañas del sudeste asiático, en especial hacia Vietnam, Laos, Tailandia y Birmania.

La CIA reclutó a Vang Pao y a alrededor de 80 por ciento de los hmong de Laos para librar la denominada "guerra secreta" en ese país asiático, hoy comunista. Decenas de miles de hmong murieron en el frente de combate, desaparecieron en acción o sufrieron mutilaciones.

Con la caída del reino lao en 1975, los hmong fueron objeto de represalia. Muchos abandonaron Laos y se dirigieron a países vecinos y de Occidente. Pequeñas tribus continúan ocultas en las montañas laosianas.

Unos 250.000 residen hoy en Estados Unidos. La comunidad florece en los estados de California, Wisconsin y Minnesota.

Tras el arresto de Vang Pao y sus aliados, miles de hmong estadounidenses se concentraron en la sede del Poder Legislativo de California para reclamar su liberación.

Daniel Xiong, de 21 años, era uno de los manifestantes. Organizó a otros jóvenes de su comunidad, en la ciudad de Stockton, para asistir a las concentraciones e incluso colaboró con la policía local para ayudarla a mantener la seguridad.

Xiong aseguró que el caso de Vang Pao tuvo un efecto dañino para la imagen de su colectividad. "Un día, en mi trabajo, mi jefe me dijo 'los tuyos son terroristas'. Me entristeció que la palabra 'terrorista' ahora se utilizara para nuestra comunidad", sostuvo.

Una estudiante hmong radicada en Nueva York, cuyos padres asistieron a las manifestaciones en California, indicó que las protestas unieron a esta colectividad, sin importar la edad o la simpatía que tuvieran o no por Vang Pao.

Muchos consideran que los arrestos reabrieron un capítulo de la historia desconocido para ellos, en especial para la segunda generación de hmong estadounidenses.

La estudiante, que solicitó reserva sobre su identidad, creció en las afueras de la ciudad californiana de Fresno, donde reside una gran comunidad hmong.

Sus dos padres colaboraron con Estados Unidos durante la "guerra secreta". Para ella, los arrestos abrieron viejas heridas.

"Esto reedita la traición de Estados Unidos a los hmong de Laos", afirmó. "Al retirarse las tropas estadounidenses, los nuestros debieron defenderse por sus propios medios. Hubo muchas violaciones de derechos humanos en Laos, incluso un genocidio luego de la guerra."

En los años noventa, 29.000 hmong fueron deportados de Tailandia a Laos, donde sufren, según sus líderes, una intensa represión. La minoría hmong representa unos 300.000 de los 6,5 millones de habitantes del país.

El embajador de la República Democrática Popular Lao en Estados Unidos, Phiana Pilakone, negó que exista represión.

Pero el director de asuntos asiáticos de la organización de derechos humanos Amnistía Internacional, T. Kumar, aseguró que unos 2.000 hmong ocultos en la jungla, sin alimentos ni medicinas, afrontan con armas vetustas una guerra de baja intensidad librada por el ejército laosiano.

"Amnistía está preocupada por dos grupos de hmong en Laos: el constituido por los deportados desde Tailandia y el de los que aún viven en la jungla, que combaten por una causa perdida", sostuvo.

"No tenemos acceso a ninguno de los dos grupos. Nadie lo tiene, ni periodistas ni observadores internacionales", agregó Kumar.

Para la segunda generación de hmong estadounidenses, la controversia abrió un diálogo sobre sus raíces y sobre la situación actual de Laos.

A pesar de saber que las fuerzas armadas estadounidenses dejaron de lado a los inermes hmong en 1975, Daniel Xiong responde a la acusación de "terroristas" ratificando su intención de enrolarse al ejército para combatir en Iraq.

"Los hmong no tenemos patria. Pero cuando nosotros vinimos a Estados Unidos, la convertimos en nuestra patria", explicó.

Hace varios años, los hmong estadounidenses se dividieron por el establecimiento de relaciones comerciales normales con Laos.

Los dos países firmaron un acuerdo en tal sentido en 2003, vigente desde 2005. Algunos hmong se oponían al tratado. Otros lo consideran un camino abierto hacia la paz definitiva.

El pastor Seng Fo Chao, ex colaborador de las fuerzas estadounidenses en el sudeste asiático que hoy presidee de la Coalición Nacional Iu Mien, visitó su país de origen junto a otros compatriotas suyos que en diciembre de 2005 para consolidar los vínculos bilaterales, tanto empresariales como personales.

Chao pertenece a la etnia iu mien (yao), desperdigada por Laos, China, Tailandia y Vietnam.

Su coalición asumió una postura neutral ante el arresto de Vang Pao y los suyos.

"Algunos iu mien en Laos fueron engañados y se vieron obligados a luchar en la jungla contr ael ejército entre 1075 y 1987", recordó. "Desde entonces, los iu mien estamos en paz con el gobierno de Laos y con el mundo."

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