Perseverancia, pasión y algunas piezas políticas movidas a último minuto por el Partido Radical Trasnacional italiano y la organización Hands Off Cain acercaron al mundo un paso hacia la moratoria universal de la pena de muerte.
El 18 de este mes, el Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea (UE) acordó en Luxemburgo presentar la moción de moratoria en la sesión de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que comenzará en septiembre.
Los abolicionistas pretendían que los cancilleres sometieran de inmediato la postergada moción a la Asamblea General, pero varias naciones europeas consideraron que se necesita tiempo para garantizar su éxito.
Finalmente, el canciller francés Bernard Kouchner hilvanó el acuerdo aprobado por la unanimidad de sus pares. Kouchner insistió en establecer, a cambio de demorar la moción, una fecha para presentarla: la apertura de la 62 sesión de la Asamblea General de la ONU en septiembre.
Representantes de Amnistía Internacional, organización de derechos humanos que desde 1977 hace campaña para abolir la pena capital, se mostraron a favor de la demora si los dos meses adicionales se empleaban para mejorar la propuesta.
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"Apoyamos la resolución siempre y cuando sea una iniciativa interregional y esté bien elaborada", dijo a IPS Yvonne Terlingen, directora de la oficina de Amnistía en la ONU. "Creemos que la moción tiene buenas posibilidades y que será un hito en el camino hacia la abolición."
Marco Pannella, miembro del Parlamento Europeo y presidente de la organización de derechos humanos Hands off Cain (Que Nadie Toque a Caín), comenzó el 16 de abril una huelga de hambre que terminó los cancilleres acordaron la presentación de la propuesta.
Pannella tomó esta medida para acelerar el trabajo que desde hace 13 años su organización lleva adelante para imponer una moratoria.
"Aplaudimos que la moción ante la Asamblea General de la ONU no se postergará indefinidamente. Esto es un gran logro y es el resultado de nuestra acción no violenta", declaró.
El legislador europeo también atribuyó este logro al llamado por una rápida moratoria firmado por docenas de personalidades internacionales, entre ellos una veintena de eurodiputados y medio centenar de premios Nobel como la irlandesa Jody Williams.
"Creo que el pedido de moratoria universal es una herramienta con la cual presionar a los gobiernos para que eliminen la pena de muerte", dijo Williams a IPS.
El vicepresidente del Partido Radical Trasnacional y también miembro del Parlamento Europeo Marco Cappato firmó el llamado y pronosticó que la mayoría de los miembros de la Asamblea General votarán a favor de moratoria.
"Aun el contexto más pesimista es un triunfo", dijo Cappato a IPS, aunque recordó que dos intentos anteriores fracasaron.
"Sabemos que hay muchos enemigos (de la moratoria). A veces, el peor es la burocracia. En política, cada paso puede ser contrarrestado por una decisión contraria", apuntó Cappato.
En 1994, la propuesta de moratoria fue derrotada por un margen de ocho votos. Veintiún países, hoy miembros de la Unión Europea, se abstuvieron.
En 1999, la Unión Europea retiró de forma repentina una moción italiana, decisión que el representante de ese país en la ONU, Francesco Paolo Fulci, calificó de sin sentido porque gran cantidad de naciones estaban a favor de la moratoria.
Elisabetta Zamparutti, tesorera de Hands Off Cain y dirigente del Partido Radical Trasnacional, consideró que en septiembre no habrá sorpresas desagradables.
"Trabajamos en esto desde 1993. Sabemos con exactitud qué países estarán a favor, cuáles en contra y cuáles se abstendrán de votar", dijo Zamparutti a IPS.
"Tenemos total confianza de que la moción se aprobará con más de 100 votos a favor", subrayó.
Según Hands Off Cain, Estados Unidos votará en contra de la resolución.
Este país fue uno de los 25 que ejecutó a condenados a muerte en 2006, lista encabezada por Arabia Saudita, China, Irán e Iraq.
"La población de los diferentes países que prevén la pena de muerte eligió no abolirla mediante un proceso democrático", dijo a IPS Rick Grenell, portavoz de la misión estadounidense en la ONU.
Por otra parte, Jody Williams consideró "poco probable que una moratoria de la ONU influya sobre Estados Unidos a este respecto", pues su implementación en ese país "requerirá presión popular coordinada y acciones legales a escala nacional y estatal".
Una encuesta de la consultora R T Strategies indicó que 58 por ciento de los entrevistados en Estados Unidos creen que llegó la hora de una moratoria sobre la pena de muerte, pero algunos analistas cuestionan la validez del resultado por la forma en que se formuló la pregunta.
Claire Ivers, de la organización de derechos humanos Human Rights Watch, advirtió que la moción de moratoria aún debe atravesar varios obstáculos antes de llegar al recinto de la Asamblea General.
"Debemos ser muy cuidadosos. Es una cuestión de táctica y oportunidad. No es un asunto sencillo", señaló.
"Todavía hay mucha resistencia a la moratoria. Todo depende de que el momento sea oportuno. Nadie debería sorprenderse de que haya una oposición significativa", dijo a IPS Mark Warren, investigador legal experto en la aplicación del derecho internacional en casos de pena capital.
La propuesta será revisada por el Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea en septiembre, antes de ser presentada ante la Asamblea General, para determinar si tiene apoyo suficiente.
De todos modos, los resultados concretos de la resolución, de ser aprobada por la Asamblea, son una incógnita, si es que los tiene.
Activistas de derechos humanos recordaron que una resolución de la ONU no es vinculante para ninguno de sus miembros, si bien opera como "una decisión política y moral poderosa", dijo Zamparutti a IPS.
"Para los países democráticos, la abolición puede suponer un proceso complejo" para la cual sus partidarios deberán "enfrentarse a la opinión pública", señaló Cappato. Una resolución de la ONU puede hacer la diferencia decisiva en este debate, concluyó.