La Organización de las Naciones Unidas (ONU) está preocupada por el creciente número de trabajadores humanitarios y voluntarios atacados o asesinados mientras desarrollaban tareas humanitarias en zonas de guerra en todo el mundo.
La lista incluye a 24 socorristas en Sri Lanka, dos voluntarios de la Cruz Roja en Líbano, dos integrantes de la misión de la ONU en la franja de Gaza, un miembro de la organización no gubernamental Médicos Sin Fronteras en República Centroafricana y otro de la organización católica Caritas Internacional en la occidental región sudanesa de Darfur.
Todos fueron asesinados mientras realizaban tareas humanitarias.
"Varios miles de civiles han sido asesinados, heridos, mutilados, atacados, humillados, ignorados y tratados como si fueran menos que humanos", dijo John Holmes, coordinador de Ayudas de Emergencia de la ONU.
En la segunda semana de este mes, 18 niños murieron en Afganistán en varios ataques de insurgentes talibanes o fuerzas militares de la Organización del Tratado del Atlántico Norte desplegadas en ese país.
La misión de la ONU en Iraq estimó que durante 2006 un promedio de 94 civiles murieron diariamente en forma violenta, a causa de acciones militares de los bandos en conflicto.
Sólo en los primeros tres meses de este año, más de 700 civiles murieron y más de 1.200 resultaron heridos por ataques y atentados en Iraq. A mediados de junio una bomba colocada en una mezquita de Bagdad dejó más de 200 civiles muertos o heridos.
"Esta tendencia en países como Afganistán, Líbano y Somalia es profundamente preocupante", indicó Holmes.
Al admitir las propias limitaciones del foro mundial, Holmes informó al Consejo de Seguridad de la ONU que "es difícil no llegar a la conclusión de que a pesar de todo nuestro apoyo a los civiles que necesitan protección, y a pesar de los recursos que se destinan a esa tarea, no estamos logrando mejorar, en tiempo y forma, la situación de las víctimas en el terreno".
Holmes, quien es asimismo subsecretario general de la ONU para Asuntos Humanitarios, regresó este mes de una gira por varias zonas de conflicto, que incluyó Chad, República Centroafricana, Somalia, Sudán y el norte de Uganda.
En cada uno de esos países, al igual que en muchos otros, "he visto cómo cientos de miles de civiles han sido desarraigados de su vida ordinaria por los efectos del conflicto. Quedaron abandonados, sin que su destino tenga alguna consecuencia aparente para quienes combaten a su alrededor", apuntó Holmes.
El asesinato del personal humanitario o el negarle arbitrariamente el acceso a las áreas en conflicto constituye una violación a las leyes internacionales. "También amenaza la supervivencia de cientos de miles de personas vulnerables", agregó.
A raíz de la preocupación por los asesinatos de miembros de organizaciones humanitarias, el Consejo de Seguridad realizó el día 22 un debate abierto sobre la protección de civiles en conflictos armados.
Al hablar en nombre de la Unión Europea, el embajador de Alemania ante la ONU, Michael von Ungern-Sternberg indicó que si bien el número de conflictos se redujo desde 1989, la cantidad de civiles que sufren sus consecuencias ha ido en constante aumento.
Asimismo, mencionó los casos de abusos y explotación sexual en zonas de guerra y el reclutamiento ilegal de niños. El creciente número de periodistas asesinados en áreas de conflicto, incluyendo Iraq, también "es extremadamente perturbador", dijo el diplomático.
Más de 150 jefes de Estado y de gobierno, resolvieron en la cumbre mundial de Nueva York de 2005 establecer la responsabilidad de la ONU en la protección de las poblaciones contra el genocidio, los crímenes de guerra, la limpieza étnica y los crímenes contra la humanidad.
Ungern-Sternberg recordó a los Estados miembros que el derecho humanitario internacional obliga a todas las partes en conflicto a permitir que el personal de socorro tenga un completo acceso y sin impedimentos a todos los civiles que necesitan ayuda.
En tanto, los combates entre facciones palestinas rivales en la franja de Gaza y Cisjordania han generado una crisis humanitaria en la región.
David Shearer, quien está a cargo de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios en los territorios palestinos ocupados, dijo a los periodistas que la situación era "extremadamente seria".
La Cruz Roja Internacional y el Programa Mundial de Alimentos pudieron entregar comida y medicinas en Gaza, indicó Shearer, pero unas 600 personas, civiles en su mayoría, que requerían tratamiento para el cáncer y otros cuidados no disponibles en Gaza no han podido trasladarse fuera de la zona.