El enorme Mercado Moderno de Arbil se eleva sobre la antigua ciudadela y las mezquitas, que durante mucho tiempo fueron las imágenes más características de esta ciudad kurda. Sí, esto también es Iraq.
El edificio, una vez que sea terminado con sus cuatro torres de 33 pisos, albergará más de 5.000 comercios y oficinas empresariales.
El multimillonario proyecto es símbolo del crecimiento económico de la región kurda. La compañía iraquí Al-Sharq al-Awsat construye este centro como parte de una inversión de casi 3.500 millones de dólares en el norte de Iraq.
Aunque el resto del territorio sufre la violencia, en el norte los kurdos se esfuerzan por reconstruir su región autónoma, severamente dañada durante décadas de guerra y sanciones.
Hay un creciente interés en las inversiones en Kurdistán. Más de 5.800 compañías fueron registradas en los últimos años. De ellas, 1.900 son extranjeras.
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El año pasado, el Departamento de Comercio de Estados Unidos recomendó a Kurdistán como "una puerta a las inversiones en Iraq".
Herish Moharram Mohammed, director de la Junta de Inversiones de Kurdistán, organismo gubernamental que trabaja para promover las inversiones en la región, dijo que su oficina aprobó proyectos por unos 5.000 millones de dólares desde su creación en noviembre. Sin embargo, solamente algunos de los proyectos aprobados son implementados en este momento.
En el pasado verano boreal, el parlamento regional aprobó una ley de inversiones para atraer capital extranjero hacia Kurdistán. La norma da incentivos tales como 10 años de exoneraciones impositivas y aduaneras, plena propiedad de la tierra para inversores extranjeros, plena repatriación de las ganancias y terrenos gratuitos para iniciar proyectos.
"Hemos intentado crear el clima más favorable posible para las inversiones. El tiempo se mueve más rápido que nosotros. El presupuesto del gobierno no es suficiente para cubrir todas las áreas, así que necesitamos inversiones para llenar los vacíos", dijo a IPS Mohammed, en Arbil.
Otras ciudades en Kurdistán se convirtieron en grandes centros empresariales. Nuevos hoteles cinco estrellas, complejos habitacionales y turísticos, grandes restaurantes y fábricas son construidos en toda la región.
La mayor parte de las inversiones se enfocaron en la construcción más que en sectores productivos como la agricultura y la industria, donde la región kurda tiene un gran potencial, dada su fértil tierra y sus recursos naturales.
Kurdistán también se transformó en un gran mercado de consumo para productos extranjeros.
"Necesitamos ser más productivos. El gobierno necesita pensar en generar industrias. Aunque están creciendo, necesitamos hacer más", dijo Abdulnasser Hatemi, un profesor kurdo iraní de economía de la Universidad de Kurdistán en Arbil.
Hatemi enfatizó que los inversores deberían considerar a Kurdistán como un nuevo lugar promisorio, dado que el retorno de capitales fue enorme.
La actividad empresarial a gran escala atrajo a miles de trabajadores de las áreas inestables de Iraq, así como de países tan lejanos como India, Filipinas y Etiopía. Es por eso que muchos habitantes de la zona todavía están desempleados o subempleados.
"La mano de obra extranjera debería ser controlada y limitada. Los inversores no deben traer trabajadores para habilidades que existen aquí, y debería haber consecuencias para sus acciones", señaló Hatemi.
Aunque en la superficie la economía está en auge en Kurdistán, también existen prácticas poco saludables debajo de la misma. Y podrían enlentecer o perjudicar su crecimiento.
Cathryn Cory, directora de la organización Start the Healing, que trabaja para atraer capitales extranjeros a Iraq, dijo que, aunque las leyes permiten a los inversores extranjeros ser dueños de 100 por ciento de sus proyectos, cuando se acerca la firma de un acuerdo a algunos inversores se les pide que se asocien con alguien de la zona. A menudo ese socio es demandante y no pone dinero en el proyecto.
"Tenemos que librarnos de la corrupción y de todos esos asuntos", opinó Cory, quien trabaja asegurando fondos de fundaciones en el exterior para construir establecimientos lecheros y complejos de viviendas con cuotas de repago a largo plazo, principalmente para personas de bajos ingresos.
Mohammed, el director de la Junta de Inversiones de Kurdistán, no rechazó esos alegatos. "Tenemos instrucciones del primer ministro de apoyar a los inversores en vista de tales presiones. Estamos determinados a limpiar nuestras instituciones de corrupción", aseguró.
También existen algunos temores sobre cuánto tiempo los kurdos podrán sostener el actual ritmo de desarrollo, dada la incertidumbre sobre el destino de todo el país.
"El principal desafío es el futuro político de Iraq. Pero si los kurdos sienten que sus instituciones son reconocidas y apoyadas por la comunidad internacional, entonces otros problemas serán resueltos", expresó Hatemi.