La coalición liderada por Estados Unidos es la principal causa de la crisis en Iraq, pero cuenta con el silencio cómplice de la ONU, señaló el independiente Global Policy Forum (GPF).
Desde la invasión en marzo de 2003, las fuerzas de ocupación estadounidenses y británicas han "fracasado por completo en traer la paz, la prosperidad y la democracia, como prometieron originalmente", indicó el grupo, dedicado a analizar acontecimientos relacionados con la ONU (Organización de las Naciones Unidas), en su informe "Guerra y ocupación en Iraq".
"La ONU y la comunidad internacional deben poner fin a la complicidad del silencio y deben encarar seriamente la crisis en Iraq", añadió.
Elaborado por el GPF y 29 organizaciones no gubernamentales, el informe fue divulgado el miércoles en coincidencia con los debates en el Consejo de Seguridad del foro mundial sobre la situación iraquí.
El trabajo, de 117 páginas, analiza las condiciones en ese país de Medio Oriente, en particular la responsabilidad de la coalición liderada por Estados Unidos en violaciones al derecho internacional, y concluye con varias recomendaciones, incluyendo el rápido repliegue de las fuerzas de ocupación.
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En el informe se denuncian detenciones ilegales, asesinatos y torturas contra civiles, desplazamientos de poblaciones, destrucción de patrimonio cultural, casos de corrupción y fraude, y atentados contra ciudades y bases militares.
"Esto está sucediendo fuera de control, y la Coalición arguye que lo hace bajo mandato del Consejo de Seguridad de la ONU", dijo a periodistas el director ejecutivo del GPF, James Paul.
"Es tiempo de un nuevo enfoque. El Consejo de Seguridad no ha hecho nada en este asunto. Tiene que sacar la cabeza de la arena", añadió.
El GPF compartió los resultados del trabajo con países miembro del Consejo de Seguridad.
"Muchos miembros se interesaron en el informe", dijo a IPS la coordinadora de programas para el Consejo de Seguridad del GPF, Celine Nahory.
Varias delegaciones en la ONU han exigido que la información sobre Iraq sea compilada de diferentes fuentes para obtener una imagen clara de la situación, y el informe responde a esas expectativas, destacó Nahory.
Consultada sobre si el GPF había recibido alguna reacción de los miembros del Consejo, Nahory indicó que varios embajadores habaron en forma privada con el grupo sobre las dificultades de tratar el tema de Iraq en el seno de ese órgano.
"Un embajador dijo claramente que Estados Unidos tenía el liderazgo en este asunto", señaló.
El presidente estadounidense George W. Bush aseguró en un discurso el 2 de mayo de 2003 que se había cumplido la misión en Iraq. Sin embargo, el conflicto continuó por más de cuatro años.
Miles de personas inocentes han muerto y resultado heridas, millones fueron desplazadas, muchas ciudades iraquíes yacen en ruinas y grandes cantidades de recursos fueron malgastados, señala el informe.
Las crecientes divisiones sectarias y el derramamiento de sangre entre los propios iraquíes es algo condenable, subraya el trabajo, pero la principal responsabilidad es de Estados Unidos y su coalición, cuya ocupación militar permitió la emergencia de estos grupos y cuyas políticas no protegieron a la población civil.
Además, Washington y sus aliados ignoraron las advertencias de organizaciones no gubernamentales y académicos sobre la necesidad de proteger el patrimonio cultural iraquí, incluyendo los museos, las bibliotecas y los sitios arqueológicos. La Biblioteca Nacional se incendió y el Museo Nacional fue saqueado, según el informe.
En su capítulo sobre arrestos ilegales, el GPF denunció que hay muchos ciudadanos iraquíes en "detención por seguridad" sin ser juzgados, en una abierta violación al derecho internacional.
"Más de 40.000 iraquíes están detenidos", subrayó Paul.
A los detenidos no se les respetan sus derechos básicos, y son mantenidos bajo deplorables condiciones de reclusión por largos períodos, según el informe, que incluye datos recientes de las organizaciones Human Rights Watch y Amnistía Internacional.
La tortura es cada vez más común en las prisiones iraquíes, al parecer con el conocimiento y la complicidad de las fuerzas estadounidenses.
"Cuatro millones de iraquíes han sido desplazados, 50.000 abandonan sus hogares cada mes, y más de la mitad de la población vive con menos de un dólar al día. Sin embargo, el Consejo de Seguridad nunca trató la crisis humanitaria en Iraq", señaló Nahory, y subrayó que "los números en Iraq duplican a los de Sudán".
El GPF instó al Consejo de Seguridad a asumir sus responsabilidad y examinar alternativas para el futuro.
"El Consejo de Seguridad debe reconsiderar su mandato inmediatamente", sostuvo Nahory.
Autoridades de Estados Unidos y de la ONU no respondieron a los pedidos de IPS para que dieran su opinión sobre el informe del GPF.