ENERGÍA-BRASIL: Represas hidroeléctricas son yacimientos de gas

La hidroelectricidad es más sucia de lo que se creía, pues sus embalses en áreas tropicales, especialmente si son forestales, emiten muchos gases de efecto invernadero por la descomposición de material orgánico. Pero este mal puede ser benéfico y ampliar la energía generada.

En las burbujas del agua de las represas hay gas metano. Crédito: Photo Stock (Por copia en alta resolución ver http://www.photostock.com.mx)
En las burbujas del agua de las represas hay gas metano. Crédito: Photo Stock (Por copia en alta resolución ver http://www.photostock.com.mx)

Algunas centrales amazónicas admiten una capacidad de generación agregada de 27 a 53 por ciento, aprovechando el metano que escapa del agua que pasa por las turbinas y vertederos, aseguró Fernando Ramos, basado en un estudio que realizó con dos de sus colegas del Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE) de Brasil en las represas de Balbina, Samuel y Tucuruí.

Pero lo que propone su grupo es extraer el metano del fondo de las represas, donde es mayor la concentración de ese gas.

Con inversiones de 100 millones de dólares se puede capturar un millón de toneladas de metano al año en Tucuruí, la segunda mayor hidroeléctrica de Brasil, en la Amazonia oriental. El retorno, considerando los precios actuales del gas, alcanzaría a 79 por ciento, muy por encima del 25 por ciento esperado en proyectos brasileños de energía renovable.

Un millón de toneladas de metano equivalen a 1.760 megavatios, potencia de una gran central hidroeléctrica, y superior a la de la tercera planta nuclear que se estudia construir en este país.

Así, el metano podría sustituir a varias hidroeléctricas planificadas para la Amazonia, rechazadas por ambientalistas porque inundan extensos bosques y provocan otros daños ecológicos y sociales.

El gas podría ser almacenado y transportado para su consumo en otros lugares, pero sería mejor construir una central termoeléctrica, aprovechando la infraestructura ya instalada para transportar la electricidad, señaló Ramos al ser entrevistado. Además, se trata de evitar emisiones de gases que contribuyen al cambio climático, lo que puede generar créditos de carbono y hacer más rentable el proyecto.

«Esa idea tecnológica cumple los criterios del Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL)» previsto en el Protocolo de Kyoto (1997), y puede entrar al mercado de créditos de carbono, corroboró Pablo Fernández, gerente de Implementación de Proyectos MDL de EcoSecurities, si bien admitió «no tener claro cómo se hará la captura del metano».

EcoSecurities es la empresa que elaboró el primer proyecto brasileño que obtuvo créditos de carbono, NovaGerar, que extrae gas de un gran basural en las afueras de Río de Janeiro para generar energía.

«No hay dudas sobre la factibilidad técnica» de recuperar el metano de las represas, ya que el gas sale cuando el agua pasa por las turbinas y «cae bruscamente la presión, produciendo burbujas», en un proceso similar al destape de una botella de gaseosa, sostuvo Ramos, ingeniero mecánico.

La idea es crear un sistema de tuberías similar al del aspirador de piscinas, instalado en una barcaza que se desplace por la represa, buscando los sitios de mayor concentración de metano.

La nueva tarea que el grupo del INPE espera terminar a fines de este año es un proyecto piloto para comprobar su viabilidad económica, anunció. Es «una idea nueva, aún no oficializada en el MDL», que «tendrá mucho que madurar» en detalles técnicos y en un inventario del metano en las represas brasileñas, admitió.

Otros embalses, incluso no amazónicos, pueden tener altas concentraciones de gas por el material orgánico que reciben, apuntó Ramos.

Los científicos descartan capturar el metano en las turbinas, pues las empresas de electricidad rechazarían un proyecto que afecte el funcionamiento de las centrales. Se optó entonces por operar antes de que el agua pase por ellas.

En cambio, Alexandre Kemenes, investigador del Experimento de Gran Escala de la Biosfera-Atmósfera en la Amazonia, propone capturar el gas que escapa del agua «durante y después del pasaje por las turbinas». Es más factible, pues el área será limitada y aprovechará instalaciones ya existentes, y mejor para el ambiente, porque permitirá también recuperar el carbono, dijo al ser entrevistado.

Kemenes ya registró un pedido de patente en Brasil y en el exterior para el «sistema y método de aprovechamiento del biogás» que diseñó. Habla de biogás porque aprovecha la mezcla emitida en las turbinas, en la que predominan el metano y el carbono. En el caso de la represa de Balbina, en el estado de Amazonas, el biogás tiene apenas 43 por ciento de metano, lo que exige su purificación o enriquecimiento para servir a la generación eléctrica, que exige un mínimo de 45 por ciento de metano.

Balbina tiene un potencial gigantesco, ya que emite gases que representan 10 veces lo que aporta al recalentamiento global una central termoeléctrica de igual capacidad, usando combustibles fósiles, o 10 por ciento de las emisiones de São Paulo, la mayor y más rica metrópoli brasileña, destacó Kemenes.

* Este artículo es parte de una serie sobre desarrollo sustentable producida en conjunto por IPS (Inter Press Service) e IFEJ (siglas en inglés de Federación Internacional de Periodistas Ambientales). Publicado originalmente el 2 de junio por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica.

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