SUDESTE ASIÁTICO: La Asean va por la unión económica

La Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean) celebra este año su 40 aniversario, y tiene grandes planes. Tras cuatro décadas en las que fue principalmente una alianza política y de seguridad mutua, ahora acelera sus pasos para consolidar la integración económica.

Los líderes del grupo están tan ansiosos por formar una comunidad económica que decidieron adelantar para 2015 los plazos que se habían fijado en 2020 con ese fin.

"La misión de esta comunidad es construir un mercado único que sea competitivo, desarrollado con equidad y bien integrado en la economía global", dijo Worapot Manupipatpong, economista en jefe y director de la oficina del secretario general en el Secretariado de la Asean.

El mercado común previsto para 2015 incluirá a los 10 miembros de la asociación: Birmania, Brunei, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Singapur, Tailandia y Vietnam.

Según las proyecciones del secretariado de la Asean, se llegará al mercado único a través de la remoción de todas las barreras al libre intercambio de bienes, servicios, capitales y mano de obra calificada.

Las normas y regulaciones serán simplificadas y armonizadas, los países miembros se beneficiarán por la optimización de las economías de escala, según los impulsores de la iniciativa. Y proyectos comunes de inversión, como una red de autopistas y el ferrocarril Singapur-Kunming, facilitarán un mayor intercambio comercial, aseguran.

Aunque los planes no contemplan la adopción de una moneda única, como el euro en el caso de la Unión Europea, los países que integran la Asean sí tienen previsto alcanzar un mayor grado de cooperación monetaria.

"El mercado impulsa el proceso de integración económica de la Asean", dijo Soedradjad Djiwandono, ex gobernador del Banco (central) de Indonesia, influenciado por el Consenso de Washington, que a comienzos de la década de 1990 postuló recetas económicas que impulsaban la desregulación, las privatizaciones y la reforma del sector público.

"Este es un contexto muy diferente al cerrado regionalismo del modelo latinoamericano", agrega.

Djiwandono señala que, frente a las dificultades para avanzar hacia un acuerdo multilateral de liberalización del comercio, los esfuerzos se han centrado en las negociaciones bilaterales. "Ha habido una proliferación de acuerdos bilaterales que los países desarrollados utilizan para impulsar un programa de liberalización en diferentes sectores", concluyó.

Por el momento, los miembros de la Asean destacan el incremento del intercambio regional como un signo de éxito temprano. Sin embargo, el comercio entre los miembros constituye sólo 25 por ciento de la totalidad de sus exportaciones e importaciones, una cifra que palidece en comparación con 46 por ciento en el caso del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Canadá, Estados Unidos, y México) y 68 por ciento entre los miembros de la UE.

La porción de inversiones extranjeras directas entre los miembros de la Asean es también baja, de apenas seis por ciento del total del flujo de capitales en 2005, por lo que la integración financiera se encuentra muy por detrás de la unión comercial.

El esquema que aplica la Asean difiere en varios aspectos claves del modelo adoptado por la UE, que se originó en 1951 con un acuerdo en materia de carbón y acero entre seis naciones europeas.

El origen de la Asean, en contraste, se fundó básicamente en un acuerdo político y de seguridad mutua, indica Donald Emmerson, director del Foro del Sudeste Asiático en el Centro de Investigación Shorenstein de Asia-Pacífico en la Universidad de Stanford.

"El éxito que se atribuye a la Asean es que ha timoneado un período de paz entre sus integrantes desde que fue creada. Jamás hubo una guerra entre los países miembro", señala.

Otra diferencia con la UE está dada por el grado de institucionalización alcanzado por Europa.

"La Asean es radicalmente distinta", agregó Emmerson. "Su estilo es la consulta, ni siquiera la votación, ya que en este último caso alguien saldría perdedor. A veces las consultas no llegan a ningún resultado. En otras, las decisiones se toman en base al mínimo denominador común. Esto significa que predomina la retórica", explicó.

Este sistema de consultas será puesto a prueba en noviembre, cuando los líderes del grupo se reunirán para adoptar una carta, algo que la UE no ha podido concretar hasta el momento.

Otra diferencia con Europa es la enorme disparidad económica entre sus miembros, con Singapur y Brunei que aparecen entre los más ricos del mundo, por un lado, y Laos por el otro, uno de los más pobres. La desigualdad económica también se verifica internamente entre los socios de la Asean.

Manupipatpong destacó dos iniciativas de la asociación para reducir esa brecha. La Iniciativa para la Integración de la Asean "proporciona asistencia técnica a Camboya, Laos y Birmania, para que puedan ponerse a la par de los otros miembros", explicó.

"Se prestará atención a los sectores en los que estos países puedan participar en redes regionales, a sus ventajas comparativas y a las formas de incrementar sus capacidades para participar en el desarrollo regional y la cadena de suministros", agregó.

Asimismo, la Asean realiza esfuerzos para atender los males públicos, según Djiwandono. "Cuando hay un tsunami o una pandemia, los más perjudicados son los pobres y los sectores marginales. Ayudar en estos casos tiene un impacto positivo en la reducción de la desigualdad", sostuvo.

Sin embargo, "la brecha entre los miembros iniciales y aquellos que se sumaron con posterioridad continuará siendo sustancial, porque la Asean ha sido siempre más un foro de discusión que un ámbito para resolver problemas", afirmó el director del Programa de Estudios Asiáticos en la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados de la Universidad Johns Hopkins, Kart Jackson.

"Como consecuencia, sólo se puede esperar que esa brecha sea acortada si las naciones aceleran individualmente su tasa de crecimiento", sostuvo.

Jackson atribuyó la inequidad interna de la Asean al hecho de que prácticamente todas las sociedades se encuentran en una etapa media de crecimiento.

"La desigualdad aumenta mientras el Estado se vuelve suficientemente fuerte como para redistribuir parte de la torta y atender los desequilibrios causados por el rápido crecimiento económico", indicó.

La Asean apuesta a la liberalización de las finanzas y del comercio para incrementar la "torta" regional.

En los papeles, es un proceso ambicioso, pero "las frutas que estaban al alcance de la mano ya han sido cortadas", dijo Emmerson. Los aranceles en algunas materias primas ya han sido reducidos a menos de cinco por ciento, pero persisten barreras no arancelarias, y los países miembros son proteccionistas en ciertos sectores.

El optimismo de la región resulta opacado por el recuerdo de la crisis financiera regional que estalló en Tailandia en 1997 y se extendió rápidamente a los demás países. Una teoría es que la extrema movilidad de capitales especulativos ("hot money") provocó o agravó considerablemente los problemas. Dado que la integración de la Asean promete una mayor movilidad de capitales, la duda es si la región no se expondrá al riesgo de una crisis similar.

"Una consecuencia del dinamismo económico de la región de Asia Pacífico es que la acumulación de voluminosas reservas externas, obviamente en China pero en otros países también, más que nada representan un beneficio que puede ser utilizado como factor estabilizador en caso de una crisis", dijo Emmerson.

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