«Si quieres una Sudáfrica mejor, vuelve a casa y ayuda a construirla.» Así concluye un cortometraje promocional, en blanco y negro, proyectado sobre un pizarrón blanco para unos 200 sudafricanos radicados en Emiratos Árabes Unidos.
La difusión de la pieza estuvo a cargo de la organización semiestatal Homecoming Revolution ("revolución del retorno"). Su directora ejecutiva, Martine Schaffer, explicó a IPS que Sudáfrica busca talentos en todo el mundo.
"Necesitamos a los sudafricanos para reconstruir el país", señaló.
No hay cifras exactas de la cantidad de sudafricanos que viven fuera de su país, pero se estima que son unos cientos de miles. Los destinos preferidos son Asia, Europa y Medio Oriente.
Pero si Sudáfrica, con 36 millones de habitantes, quiere mantener su fuerte crecimiento económico necesitará muchos profesionales capacitados.
Según la organización de Schaffer, la fuga de cerebros puede revertirse atrayendo a inmigrantes calificados o, mejor aun, fomentando el regreso de sudafricanos en el exterior.
La campaña se lanzó la semana pasada en Medio Oriente, donde se estima que viven unos 100.000 sudafricanos, la mayoría en Emiratos Árabes Unidos, y también se implementó en Australia, Europa y Nueva Zelanda.
El gobierno del presidente Thabo Mbeki, presionado ante la celebración en Sudáfrica de la Copa Mundial de Fútbol 2010, considera necesario difundir el mensaje de que se puso fin a la ola de criminalidad desatada tras el fin del apartheid en 1994, cuando hubo un gran éxodo de la población blanca.
El apartheid fue el régimen de segregación racial institucionalizada en perjuicio de la mayoría negra que rigió en Sudáfrica hasta 1994.
Además, las autoridades aseguran que surgen nuevas oportunidades y que ya no hay "discriminación a la inversa" contra los blancos.
"La realidad actual es que si eres negro, joven y hombre tienes más oportunidades de ser víctima de la delincuencia", señaló el escritor Guy Lundy ante el auditorio de Emiratos Árabes Unidos, ocupado en su mayoría por sudafricanos blancos.
Los blancos constituyen la mayoría de los sudafricanos que residen en el extranjero.
La idea del mensaje es que, sin importar la percepción de la opinión pública, las estadísticas de delincuencia en Sudáfrica registran una tendencia a la baja.
Los blancos son uno de cada 11 habitantes, pero sólo lo es una de cada 33 víctimas de asesinato, dijo Lundy a los participantes.
Fuera de la cuestión de seguridad, las cifras acerca del funcionamiento de la economía y del empleo son buenas.
Los oradores en la proyección del cortometraje señalaron que Sudáfrica lleva 33 trimestres consecutivos de crecimiento económico, el mayor periodo de toda la historia del país con aumento ininterrumpido del producto.
El desempleo en la población negra es de 31 por ciento, mientras que en la blanca se eleva a solo cinco por ciento.
El gobierno sudafricano tiene previsto gastar más de 56.000 millones de dólares en proyectos de infraestructura antes de la Copa Mundial de Fútbol 2010.
"Buscamos llenar puestos calificados, como en ingeniería, finanzas y administración", señaló en la reunión Vicki Marias-Swanepoel, gerenta de la agencia de contratación de personal Professional Assignments Group.
Los organizadores dijeron no tener idea de cuántos de los cerca de 1,1 millones de trabajadores y técnicos capacitados que Sudáfrica intenta reclutar para 2010 accederán a volver como consecuencia de las reuniones que Homecoming Revolution organiza en el mundo.
Entre los participantes en el encuentro realizado en Dubai, Emiratos Árabes Unidos, figuraban algunos que ya habían decidido regresar y otros sin intenciones de hacerlo en el corto plazo. Muchos fueron solo para mantenerse informados.
"Con mi esposa decidimos volver hace un par de años, y estoy aquí para vincularme. El atractivo, sin duda, es el dinero", señaló Mark Kotze, quien trabaja en Medio Oriente desde hace 10 años.
A diferencia de otros sudafricanos blancos, a Kotze no le preocupa la discriminación a la inversa.
"Creo que si eres una persona blanca capacitada, de entre 30 y 40 años, en especial con experiencia internacional, no hay nada que temer. Si no tienes capacitación o más de 50 años, entonces sí", indicó.
Pero no todos son tan optimistas.
Los registros de criminalidad cayeron en la década pasada, pero no fue hace mucho tiempo Johannesburgo era considerada "la capital del asesinato". Cualquiera sea la reducción de la delincuencia, no resultó ser un atractivo a muchos sudafricanos de Emiratos Árabes Unidos.
"Cuando un conocido tuyo fue asaltado a punta de pistola o asesinado, no es un alivio saber que la economía mejora", señaló un participante de la reunión que pidió reserva sobre su identidad.
Otros consideraron que el requisito para los empresarios, como la obligación para los empresarios blancos de asociarse con uno negro, no contribuían al mejor rendimiento económico.
"No ayuda que te digan que vuelvas a casa y hagas dinero si al mismo tiempo te dicen a quién debes contratar, cuántos blancos y cuántos negros. Todavía no estoy convencido", dijo otro entrevistado.