SIDA-MALASIA: Conservadores traban campañas de prevención

La calle Lorong Haji Taib, en el corazón de la capital de Malasia, inundada de basura e infestada de ratas, es famosa por su oferta de sexo barato, drogas y reyertas.

Allí, vagabundos, travestis, revendedores y consumidores de droga, trabajadores sexuales y transeúntes compran estupefacientes y muchos se infectan con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH, causante del sida).

Lorong Haji Taib es un lugar de contaminación donde el uso de jeringas, de condones y de terapias de substitución con metadona gratuitas contribuirían a reducir la cantidad de infecciones.

Pero clérigos musulmanes conservadores se oponen rotundamente a esos métodos, a los que califican de "estúpidos" y acusan de fomentar la promiscuidad y violar preceptos del Islam.

"La abstinencia es la solución. Debemos atraerlos de vuelta al Islam", dijo a IPS Mahfuz Omar, veterano líder del fundamentalista Partido Islámico Pan Malasio (PAS).

La cantidad de nuevos casos de VIH alcanzó proporciones alarmantes.

En la década de los 80 había unos cientos de personas infectadas, pero ahora exceden ampliamente las 83.000. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que en la próxima década habrá unos 300.000 de no mediar soluciones drásticas.

Las cifras alarmaron a las autoridades, que decidieron actuar de inmediato y prometieron unos 88,5 millones de dólares hasta 2010 para luchar contra el problema y permitieron entregar en forma gratuita jeringas, condones y metadona.

Pero lo que sigue faltando, según críticos, es la voluntad política de hacer a un lado la prédica de los clérigos y poner en práctica medidas no ortodoxas.

El gobierno admite que 75 por ciento de los nuevos casos de VIH son causados por relaciones sexuales sin protección o por jeringas infectadas, pero aun así se niega a promover el uso de preservativos.

"Lo mejor es inundar lugares como Lorong Haji Taib de jeringas y condones", señaló Mark, un voluntario que trabaja con vagabundos y portadores del VIH o enfermos de sida.

"Las infecciones se reducirían 70 por ciento si evitamos que los consumidores de drogas compartan jeringas y los trabajadores sexuales y sus clientes usen condones. La abstinencia es un objetivo admirable, pero en la realidad es un sueño", dijo a IPS.

El gobierno oscila entre adoptar medidas drásticas y satisfacer a los conservadores musulmanes, un grupo poderoso dentro de la coalición gobernante Frente Nacional.

A principios de este mes, Jalal Halil Khalil, encargado de la campaña contra el sida VIH/sida del Ministerio de Salud, sorprendió a muchos cuando reconoció que el gobierno se resiste a promover abiertamente el uso de condones por temor a ser acusado de fomentar la promiscuidad.

Las campañas masivas para promover uso de preservativos o discusiones sobre sexualidad, como existen en Tailandia, siguen siendo tabú en Malasia, admitió Jalal.

La presidenta del Consejo Malasio sobre Sida, la doctora Adeeba Kamarulzaman, admitió la semana pasada que se pudieron adoptar medidas educativas y de información, pero "ha sido imposible implementar una gran campaña en los medios de comunicación, por ejemplo".

El ministro de Salud, Chua Soi Lek, dijo que el gobierno está dispuesto a reducir la cantidad de infecciones "con ayuda de organizaciones no gubernamentales".

Malasia es uno de los países donde la legislación castiga más severamente el tráfico de drogas. Sin embargo, estas se consiguen fácilmente dentro y fuera de las cárceles, según testimonios de varios consumidores.

No existe la educación sexual en Malasia.

A excepción de unas pocas familias urbanas educadas según programas de estilo occidental, el resto del país carece totalmente de esa materia capaz de ayudar a combatir enfermedades de transmisión sexual y evitar el embarazo adolescente.

"No pasa ni un solo día sin que la prensa informe de casos de embarazo adolescente, bebés abandonados, secuestros y violaciones", señaló la doctora Irene Fernández, directora ejecutiva de la organización no gubernamental de derechos humanos Tenaganita.

"La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió en 2006 que Malasia está al borde de una epidemia de VIH. No podemos negarlo más. No basta con preocuparse. ¿Dónde están las medidas drásticas?", apuntó.

Según la OMS, la pandemia de sida ya dejó 15.000 niños y niñas huérfanos en este país.

Tras la advertencia de la OMS, el gobierno lanzó de inmediato un plan nacional de cinco años que incluye terapias de substitución, jeringas para drogadictos y medicamentos antirretrovirales gratuitos en los centros de salud pública, en especial para mujeres y niños.

La entrega de jeringas y de condones debió suspenderse por la fuerte oposición de los conservadores. El gobierno terminó encomendando esa tarea a las organizaciones no gubernamentales.

"Las cuestiones más prácticas suelen ser las más difíciles de implementar, como el uso de condones para luchar contra el VIH/sida. Terminemos con la hipocresía. El uso de preservativos puede no ser la mejor respuesta para evitar la propagación del sida, pero es una de las más prácticas", sostuvo la semana pasada el influyente periódico The New Straits Times.

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe