El escenario de las acciones que la Organización Mundial de la Salud (OMS) e instituciones públicas y no gubernamentales libran contra el tabaco se desplaza ahora a los espacios públicos, exitosamente declarados libres de humo en varios países.
El Día Mundial Sin Tabaco, que se celebrará el 31 de mayo, propende este año a la eliminación total del humo de los lugares públicos para garantizar el derecho de la población a la salud y a una vida sana, dijo el sanitarista español Armando Peruga.
Durante las celebraciones de la fecha se informa al público de los peligros del consumo del tabaco, de las prácticas comerciales de las transnacionales tabacaleras y de las políticas que los gobernantes pueden adoptar, precisó Peruga, coordinador de las actividades preparadas por la OMS.
La campaña promueve ambientes interiores cien por ciento libres de tabaco, porque la exposición al humo ocurre en cualquier espacio cerrado, como los recintos de trabajo, los lugares públicos y también en el hogar.
Los esfuerzos se deben a que las pruebas científicas son ahora incontrovertibles: el humo de tabaco ajeno —aquél respirado forzosamente por los no fumadores o fumadores pasivos— mata y no existe ningún tipo de exposición al mismo que no entrañe riesgo, observó Peruga. Eso es totalmente indiscutible, insistió.
Por otra parte, los espacios públicos sin humo se están convirtiendo en norma. En pocos años hemos pasado del consumo de tabaco en todo lugar a países como Irlanda, en Europa, y Uruguay, en América Latina, donde existen ambientes libres del humo, recordó.
Venezuela estudia restringir el consumo en lugares públicos e incluso la producción y venta de cigarrillos y tabaco. La Comisión Europea estudia una prohibición total al hábito de fumar en público.
Por eso la celebración de este año tiende a reforzar esa propensión hacia un mundo libre de tabaco. Pero las actividades de la OMS no culpan al fumador, ni tampoco se trata de prohibir el consumo del tabaco, aclaró Peruga.
"Lo que se trata es que las sociedades adopten decisiones acerca de dónde se puede fumar y dónde no, para proteger la salud de los trabajadores y del público en general", explicó.
Los gobiernos deberán promulgar legislaciones que declaren ambientes libres totalmente de humo a los lugares de trabajo cerrados, los sitios públicos, los restaurantes y cafés.
El tabaco causó la muerte de 5,4 millones de personas en todo el mundo durante 2005. Si esa tendencia se mantiene, en 2030 ocasionará 8,3 millones de decesos.
El promedio de fumadores asciende a 29 por ciento de la población mundial. Distinguidos por género, 47,5 por ciento de los hombres y 10,3 por ciento de las mujeres consumen tabaco.
Los datos distribuidos por la OMS consignan que el tabaco mata a 50 por ciento de sus consumidores habituales. De los 1.300 millones de fumadores actuales en el mundo, 650 millones afrontan la posibilidad de morir por esa causa. De ellos, unos 350 millones fallecerán entre las edades de 35 y 69 años.
Ochenta y cuatro por ciento de los consumidores de tabaco de todo el mundo, más de 1.000 millones de fumadores, se concentran en los países en desarrollo y las naciones con economías en transición.
En el humo del tabaco se encuentran unos 4.000 productos químicos conocidos, de los cuales 250 son tóxicos o causan cáncer a los humanos. Cuando el aire está contaminado por este humo, especialmente en lugares cerrados, sustancias como el monóxido de carbono y otros gases muy nocivos son respirados tanto por fumadores como por no fumadores.
La OMS sostiene que la industria tabacalera ha sabido durante décadas que las políticas para proteger a las personas de la exposición al humo ajeno representan una seria amenaza para sus negocios.
La industria ha engañado y confundido repetidamente al público acerca de los reales riesgos y peligros de la exposición al humo de tabaco y de los efectos económicos de las prohibiciones de fumar, asegura la institución.
La interferencia de las transnacionales tabacaleras desafortunadamente es habitual, dijo Peruga a IPS.
"A diferencia de la malaria o de la tuberculosis, el tabaquismo tiene un problema muy grande y es que se trata de una de las pocas enfermedades que es transmitida por una industria legal", describió el sanitarista.
"Por tanto, la industria claramente interfiere en la aprobación de legislación y disemina falsedades". Por ejemplo, la más notoria es que el humo del tabaco no produce ningún tipo de problema de salud a quienes no fuman. "Sabemos que no es cierto. El humo del tabaco en los demás mata", refutó Peruga.
Kathryn Mulvey, directora ejecutiva de la organización no gubernamental estadounidense Corporate Accountability International, confirmó esa interferencia de la industria, en particular de las tres grandes transnacionales del sector, Altria – Philip Morris, British American Tobacco (BAT) y Japan Tobacco International (JTI).
Esas empresas actúan de distintas maneras, socavando las ratificaciones del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco, empleando lo que ellas denominan "campañas de prevención del consumo" u otro tipo de acciones de relaciones públicas o de imagen, para ganar la buena voluntad de los países, dijo Mulvey a IPS.
La experta estadounidense recordó que las tres transnacionales han sido acusadas de complicidad en el contrabando mundial de cigarrillos que oscila entre un cuarto y un tercio de la producción anual de tabaco, estimó.
El comercio ilícito de tabaco, que podría arrojar pérdidas de ingresos públicos de entre 40.000 y 50.000 millones de dólares anuales, será uno de los temas que discutirán los representantes de los 147 países que hasta ahora han ratificado el Convenio Marco, cuando se reúnan, entre el 30 de junio y el 6 de julio en Bangkok, Tailandia.
Las partes del Convenio Marco, que entró en vigor en febrero de 2005, examinarán también algunas directrices para la aplicación de las políticas de ambientes libres de humo, agregó Peruga.