POLÍTICA-TURQUÍA: Verano electoral

Turquía volvió a la normalidad. Los generales en sus despachos, la tropa y los tanques en los cuarteles, los estudiantes en clase y los turistas en los bazares. Todo gracias a Abdulah Gül, quien retiró su controvertida candidatura a la presidencia.

El asediado canciller no tuvo otra opción.

Tras dos cancelaciones consecutivas de la designación del presidente, en las sesiones parlamentarias del 27 de abril y el 6 de este mes, los legisladores decidieron suspender el proceso para evitar meterse en un callejón sin salida similar al de 1980, que terminó en un golpe de Estado militar luego de 115 rondas de votación.

Pero los políticos no retornaron a su rutina.

El impasse por la fallida designación presidencial precipitó el mecanismo de elecciones anticipadas fijadas para el 22 de julio, y no en noviembre, como estaba previsto, o septiembre, como reclamaba la oposición.

Los partidos políticos fueron sorprendidos y no tienen mucho tiempo para prepararse. La principal agrupación opositora, el Partido Popular Republicano (CHP), ya trató de postergar los comicios por las vacaciones del verano boreal, pero el Consejo Electoral Supremo confirmó la fecha.

La preparación requiere de muy buena organización y apoyo logístico y una gran inversión en espacios televisivos, una novedad respecto de comicios anteriores en que la radio y los mítines políticos fueron las principales armas de campaña.

Ahora se contratan agencias de publicidad internacionales para dar un toque moderno a la propaganda y lograr mayor impacto.

Las campañas de vía pública, otrora preferidas, se complica porque los espacios de todo el país ya fueron contratados para promocionar helados y bebidas durante todo el verano.

Circulan intensas versiones sobre promociones conjuntas con ideas innovadoras.

En 2002, Cem Uzan, un empresario sin antecedentes políticos, atrajo votantes con conciertos gratuitos y kebab, un típico platillo turco. Al cabo de la campaña, conquistó nueve por ciento de los sufragios.

Pero esa no es la única preocupación de los partidos.

La mayoría de los grupos fuera del gobernante Partido por la Justicia y el Desarrollo (AKP) se dedicaron en los últimos días a forjar alianzas con el fin de ampliar sus posibilidades en las urnas.

El Partido por la Vía Justa (DYP) y Madre Tierra (Anavatan) concretaron su unificación, en tanto que en la izquierda, el CHP y el Partido Democrático de Izquierda (DSP) avanzan en las negociaciones, aunque antecedentes de alianzas entre las agrupaciones de izquierda no son buenos.

Mientras, el parlamento sigue sesionando, y el AKP, de raíces islámicas, sigue intentando consagrar su proyecto de reforma constitucional.

El paquete prevé la elección del presidente mediante voto popular directo el mismo día de los comicios generales y a la par de un referéndum que confirme la enmienda que permite designar al jefe de Estado de esa forma.

La propuesta también incluye reducir el mandato presidencial de siete años a cinco, y el parlamentario de cinco años a cuatro. Si se aprueba la reforma, los votantes deberán emitir tres votos en tres urnas distintas.

No es muy probable que ese ambicioso plan se adopte, pues la oposición y el presidente en ejercicio, Ahmet Necdet Sezer, no lo aceptarán. De hecho, el CHP ya declaró que tramitaría su anulación ante el Tribunal Constitucional.

Es más realista pensar que la elección del nuevo presidente o la reforma constitucional se realicen después de que asuma el nuevo parlamento. En ese caso, Sezer seguiría más tiempo en el cargo, posibilidad preferida por la oposición y las Fuerzas Armadas.

El verdadero objetivo del AKP es ampliar su mayoría en la nueva asamblea nacional para tener la última palabra en la designación del presidente.

La realización de elecciones anticipadas es una estrategia para ocupar Cankaya, el palacio presidencial, donde alguna vez residiera el prócer de la independencia turca y pionero del secularismo nacional, Kemal Ataturk.

Esa idea, para los laicos, es una pretensión desmedida y repugnante. La principal causa de molestia es la perspectiva de que la esposa de Gül circule por los mismos recintos donde residió el fundador de la república.

Hayrunisa Gül, una activista islámica, demandó al Estado turco ante la Corte Europea de Derechos Humanos por prohibir el uso del velo en las universidades de este país. En aquella oportunidad el tribunal falló en su contra.

El partido gobernante especula con que las elecciones anticipadas le dejarán una mayoría legislativa más amplia que la actual.

Pero algunos observadores no comparten ese análisis.

Muchos consideran que tras las declaradas intenciones de las Fuerzas Armadas de tomar cartas en el asunto en caso de que los principios seculares se vieran amenazados, la mayoría del electorado, incluidos los moderados simpatizantes del AKP, se inclinarán por una solución que no les dé motivos para intervenir.

En ese caso se debilitaría el AKP y se designaría un jefe de Estado neutral, sin afiliación política, opción preferida por el ejército y el presidente saliente.

Pero si se cumplen las previsiones del AKP, la política turca puede cambiar de forma drástica.

En primer lugar, con más poder en el parlamento, el primer ministro Recep Tayyip Erdogan puede pretender otra vez ser candidato a la presidencia.

Su elección sería la opción menos dolorosa entre dos males, según el ejército y el CHP, que lo consideran más moderado que Gül.

Una vez que controle el gobierno, la cámara de representantes y la presidencia, el AKP puede presionar por reformas que tanto temen la oposición y las Fuerzas Armadas, como la reintroducción de prácticas religiosas en el sector público.

En segundo lugar, con poderes ejecutivos y legislativos casi absolutos, Erdogan podría aprovechar la oportunidad para terminar de una vez por todas con la influencia del ejército en las cuestiones políticas del país, mediante una reforma constitucional que le corte las alas.

Una medida de ese tipo podría fácilmente sustentarse en los reclamos de la Comisión y el Parlamento Europeo para que Turquía se convierta en una democracia según el modelo occidental y que su solicitud de ingreso al bloque se traduzca en su integración.

AKP es el favorito para ganar las elecciones. Los tanques podrán estar en los cuarteles, pero sus motores estarán encendidos. (FIN/IPS/traen-vf-mj/jc/ss/mm ip/07)

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe