El presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos, Joseph Biden, reclamó al jefe de la ONU, Ban Ki-Moon, mayores esfuerzos para resolver la crisis en la occidental región sudanesa de Darfur.
Biden y otros dos miembros del Comité, Benjamin Cardin y Norm Coleman, se reunieron este lunes en la sede de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) con Ban, la presidenta de la Asamblea General, Haya Rashed al Khalifa, y con representantes del Consejo de Seguridad.
"Estados Unidos necesita a la ONU, y la ONU necesita a Estados Unidos", explicó Biden, quien ha viajado a Darfur y al vecino Chad, donde la violencia sudanesa se propagó más allá de la frontera.
Darfur es de máxima prioridad, y para los dos principales partidos estadounidenses —el gobernante Republicano y el opositor Demócrata— en el Congreso legislativo, dijo Biden, para quien "lo esencial es que está ocurriendo un genocidio".
Los problemas de Darfur, reino independiente anexado por Sudán en 1917, comenzaron en los años 70 como una disputa por las tierras de pastoreo entre nómadas árabes y agricultores indígenas negros, ambos musulmanes.
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La crisis derivó en una guerra civil en febrero de 2003, cuando guerrilleros negros respondieron con violencia al hostigamiento de las milicias árabes Janjaweed ("hombres a caballo"), que, según se presume, cuentan con el apoyo de Jartum.
Los Janjaweed y el régimen sudanés son acusados de implementar una campaña de limpieza étnica contra tres tribus negras que respaldan a los dos grupos guerrilleros.
Organizaciones humanitarias calculan que entre 200.000 y 450.000 personas murieron como consecuencia directa de la violencia, y contabilizan 2,5 millones de desplazados.
El conflicto también dejó a más de 3,5 millones de hombres, mujeres y niños luchando por sobrevivir en medio de la violencia y el hambre, según la ONU.
El Consejo de Seguridad de la ONU, que debatió por primera vez la situación de Darfur en abril de 2004, casi un año después de iniciada la crisis, aprobó en agosto pasado el envío de 22.500 cascos azules a Darfur, pero hasta ahora ninguno de ellos pisó ese territorio.
El Consejo se encuentra a la espera del consentimiento de Sudán antes de concretar el despliegue.
Ya pasaron dos años desde que el ex secretario general de la ONU, Kofi Annan, visitó Darfur. "Tenemos que solucionar este problema hoy, no mañana", dijo en esa ocasión.
Pero Jartum "todavía está intentando ganar tiempo para sobrevivir", declaró a IPS Adeeb A. Yousif, de la Organización de Desarrollo Social de Sudán, quien trabaja en Darfur.
El régimen sudanés suele desdecirse ante la comunidad internacional.
En enero pasado, el consejero presidencial sudanés Mustafa Osman Ismail dijo que su país aceptaría el despliegue de efectivos de la ONU. Pero apenas dos días después, el presidente sudanés Omar al-Bashir lo negó. "Nuestra experiencia con operaciones de la ONU en el mundo no es alentadora", dijo Al-Bashir.
En abril de 2007, a su regreso de la cumbre de la Liga Árabe, donde se reunió con Al-Bashir, Ban Ki-moon urgió a Estados Unidos y Gran Bretaña a postergar sus planes de presionar al Consejo de Seguridad por la imposición de sanciones a Sudán.
Ban anunció una nueva ronda de negociaciones en África y Nueva York ese mes, con el fin de persuadir a Jartum para permitir el despliegue de una fuerza conjunta de la ONU y la Unión Africana (UA) de más de 20.000 soldados en Darfur.
En marzo, Al-Bashir renegó de un acuerdo alcanzado tras meses de negociaciones para permitir el despliegue de apenas 2.200 efectivos de la ONU fuertemente armados en Darfur.
Luego de negociaciones a fines de abril con Ban, Sudán revirtió su posición nuevamente, y aseguró no tener objeciones al despliegue de una fuerza de 3.000 efectivos.
"Necesitamos demostrar esto ahora e iniciar el despliegue. Sudán dijo hace un año que no tenía objeciones", expresó el embajador de Estados Unidos ante la ONU, Alejandro D. Wolff, en respuesta a la nueva posición sudanesa.
Hasta ahora, Estados Unidos aplazó las sanciones por pedido de Ban. Pero el presidente George W. Bush amenazó a Sudán con un "plan B" de sanciones más duras si no accede al pleno despliegue de una fuerza de 22.500 efectivos de paz y policías de la ONU y la UA.
"Antes de que hablemos de sanciones, déjenme tener un poco más de espacio político para tratar este diálogo con ellos", dijo Ban a los periodistas en abril.
El subsecretario general para Operaciones de Paz, Jean-Marie Guéhenno, se unió a Ban al insistir en que sin el apoyo político de "todos los involucrados clave en Darfur, cualquier fuerza de mantenimiento de la paz afrontará un enorme desafío".
"Sabemos que hay necesidad de una solución política. Pero se debe detener el derramamiento de sangre ahora. No podemos esperar cinco, seis o siete meses para que se actúe en el territorio", destacó Biden este lunes.
Biden es conocido como uno de los legisladores más categóricos de Estados Unidos a la hora de urgir al gobierno de Bush a intervenir en Darfur.
La comunidad internacional tendrá que decidir qué constituye la pérdida de soberanía, señaló Biden.
Este legislador, del Partido Demócrata, considera que "si la comunidad internacional concluye que un gobierno (…) permite que ocurra dentro de sus fronteras un comportamiento genocida, pierde su soberanía, dando a la comunidad internacional el derecho a tomar acción bajo las leyes internacionales".
"Si yo pudiera tomar la decisión, impondría inmediatamente una zona de exclusión aérea y comprometería a las fuerzas de Estados Unidos a parar a los Janjaweed ahora", enfatizó Biden.
En abril, Biden convocó a Andrew Natsios, enviado especial de Bush a Sudán, a brindar su testimonio ante el Comité de Relaciones Exteriores sobre la crisis de Darfur.
Natsios quedó bajo las críticas de Biden y de otros legisladores estadounidenses que se mostraron impacientes por la falta de avances en Darfur.
Durante la audiencia, Biden dijo a Natsios que "es tiempo de poner la fuerza sobre la mesa y usarla".
Agregó que altos funcionarios militares de Estados Unidos en Europa le dijeron que 2.500 efectivos estadounidenses podrían "cambiar radicalmente la situación en el territorio ahora".
Ban expresó esperanza ante los senadores en cuanto a que Jartum permita la segunda y la tercera fase del despliegue de fuerzas de paz en Darfur.
El Consejo de Seguridad ya comenzó el "proceso que probablemente lleve meses" de asegurar el financiamiento y despliegue de los 3.000 soldados que Jartum aprobó para la primera fase.
La esperanza es que el consentimiento final de Jartum llegue pronto, pero todavía llevará algunos meses —aunque menos de un año— que el resto de los efectivos estén en la zona, dijo Biden.
Mientras, Ban "no le habló a Bashir durante dos o tres semanas", manifestó este lunes a los periodistas Michele Montas, portavoz de Ban.