Kenia mantiene conversaciones con los demás miembros del Mercado Común de África Oriental y Austral (Comesa) para extender el trato preferencial que goza su sector azucarero desde hace cuatro años.
El gobierno teme que los productores locales no puedan sobrevivir a la competencia abierta con sus pares dentro el bloque comercial cuando caduque el beneficio, en marzo de 2008.
El trato preferencial fue otorgado a fin de que Kenia pudiera llevar a cabo reformas en su industria azucarera y así volver competitiva esta materia prima producida en la región, sobre todo en Malawi, Mauricio y Sudán.
Comesa también está integrada por Burundi, Comoras, Djibouti, Egipto, Eritrea, Etiopía, Kenia, Libia, Madagascar, República Democrática del Congo, Ruanda, Seychelles, Swazilandia, Uganda, Zambia y Zimbabwe.
Bajo los términos del acuerdo, a Kenia se le permite restringir las importaciones de azúcar de otros miembros de la Comesa a una cuota de 200.000 toneladas anuales, situando el déficit entre el promedio de la producción y el consumo internos.
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El ministro de Comercio e Industria keniata Mukhisa Kituyi dijo a IPS que hay reformas en curso, como esfuerzos para mejorar la eficiencia en la extracción de azúcar en las fábricas.
"Pero no seremos capaces de competir para fines de febrero del año próximo", agregó.
Con él coincidió el secretario de la Asociación de Productores de Azúcar de Kenia, Josephat Akoyo.
"Todavía tenemos un largo camino por recorrer. El sector azucarero todavía necesita algún tiempo para poder ser competitivo. Abrir el mercado, con el estado actual en que se encuentra el sector, puede hacerlo sufrir", dijo a IPS.
Akoyo también señaló que cuesta entre 450 y 600 dólares producir una tonelada de azúcar en Kenia, pero solamente 250 dólares por tonelada en otros países de Comesa.
Un comité de comercio del bloque se reunirá en Kenia a fines de este año para evaluar la efectividad del programa de reformas y analizar la posibilidad de una extensión del trato preferencial.
Los agricultores keniatas exigen que se consideren sus demandas.
"Los problemas que perjudican a la producción azucarera en este país son muchos y deben ser sorteados. Los agricultores son los más afectados", dijo a IPS Peter Kadima, un cultivador de caña de azúcar en la occidental localidad keniata de Mumias.
Una de las quejas de los agricultores es el elevado costo de los fertilizantes.
Las grandes compañías azucareras proporcionan fertilizantes a crédito a los cultivadores, recuperando el dinero por concepto de la venta de caña de azúcar. Pero muchos agricultores se quejan de que se les cobra de más por estos productos, y que reciben poco por sus cultivos luego de pagar las cuotas.
También preocupan los pagos tardíos —o incluso el no pago— por la caña de azúcar entregada a las fábricas.
Según un estudio de 2005 realizado por la oficina keniata de ActionAid International, titulado "El impacto del aumento de las importaciones de azúcar en Kenia", los molineros "no pagaron consistentemente por la caña entregada desde 1998".
Para junio de 2004, agrega la investigación, el dinero debido a los cultivadores alcanzaba los 20 millones de dólares.
En vista de estos desafíos, muchos abandonaron el cultivo de caña de azúcar, debilitando la capacidad de Kenia para satisfacer sus necesidades de ese producto.
El informe de ActionAid señala que abordar los problemas que enfrentan los cultivadores de caña de Kenia es clave para que mejore el sector, que da trabajo directo e indirecto a cerca de seis millones de personas.
"El primer enfoque debe abordar los problemas de los cultivadores de caña. El gobierno debe esforzarse por garantizarles préstamos con intereses accesibles y, donde sea necesario, cancelar sus deudas", enfatiza.
Estos asuntos fueron tema de debate la semana pasada, durante una reunión de jefes de Estado de la Comesa celebrada en Nairobi.
La reunión evaluó, entre otras cosas, los avances en materia de integración regional y la apertura de las fronteras para el comercio.