SALUD-JAPÓN: Obstetricia en desuso

La japonesa Mayu Sasaki, de 32 años, espera su segundo bebé para mayo, pero está lejos de vivir los alegres preparativos del nacimiento.

"Estamos tan desesperados mi esposo y yo que hemos resuelto mudarnos a la vecina ciudad de Kyoto, donde la atención médica es un poco mejor que la que tenemos aquí", dijo a IPS Sasaki, una ex investigadora de economía, al explicar la falta de hospitales con servicio de maternidad.

Sasaki vive en Takanohara, un pequeño pueblo del distrito de Nara, la antigua capital de Japón, 322 kilómetros al oeste de Tokio. Nara enfrenta un escándalo por la muerte de una mujer embarazada de 32 años a la que se le negó atención de emergencia.

Después de ser rechazada en 18 hospitales de Nara, la mujer murió en noviembre por complicaciones en el parto. De acuerdo con la investigación policial, las direcciones de los centros médicos dijeron que no habían tenido otra opción que negarle la atención por falta de personal obstétrico y de cunas.

El caso echó por tierra la confianza de la población en la muy avanzada medicina de Japón, y pintó una negra perspectiva, según activistas por los derechos sexuales y reproductivos: la atención obstétrica ha perdido importancia para el gobierno.

Los activistas se refieren al candente debate desatado por las polémicas afirmaciones del ministro de Salud, Hakuo Yanagisawa, quien llamó a las mujeres "máquinas de nacimientos", provocando grandes críticas de las japonesas que lo acusaron de ignorar sus derechos reproductivos.

"Hay mucha presión para elevar la natalidad como medida de reactivación de la economía. Pero las autoridades se rehúsan a dar el apoyo necesario para que los nacimientos sean seguros", dijo el médico Yoshiki Idou, experto en la materia del hospital Ohkatani de Nara.

Idou inauguró en 2003 un centro de salud para niños y madres en el hospital, destinado a paliar lo que él llama "la crisis" que enfrenta ese sector en Nara.

El centro ofrece consejería y atención a las primerizas y a sus bebés, en un momento en que los servicios de ginecología y obstetricia están reduciéndose por la baja de la tasa de nacimientos, que ahora es de 1,32 por mujer.

Según Idou, a medida que las mujeres elijen ser madres a una edad más avanzada, los partos se han hecho riesgosos, lo que hace aún más importante mejorar los servicios asistenciales para garantizar una maternidad segura y dotar a los centros hospitalarios con instalaciones para la atención de infantes.

"No hay hospitales grandes que ofrezcan servicios ginecológicos en Nara, lo que significa un peligro para las mujeres que viven aquí", dijo Idou a IPS. En 2005 se registraron más de 1.000 recién nacidos en Nara.

Según los expertos, el escándalo de Nara ha puesto al descubierto una deplorable situación en Japón. Las estadísticas muestran que la cantidad de hospitales con servicios de obstetricia bajó de 1.009 a 914 sólo en 2005.

Sólo 40 por ciento de los hospitales universitarios del país tienen uno o dos obstetras de dedicación total.

Un sondeo de la Asociación Japonesa de Obstetras y Ginecólogos afirma que el país enfrenta un déficit de 6.700 parteras.

De acuerdo con el Ministerio de Salud, 62 madres murieron en 2005 durante el parto, mientras en 2004 fueron 32, según un estudio realizado sobre 125.000 nacimientos. El factor de riesgo entre las mujeres gestantes ha aumentado, dicen los analistas.

"Dar a luz en Nara es como estar esperando ser amarrada a una bomba de tiempo", dice Sasaki, una gestante de alto riesgo, pues sufre de asma. "Es difícil creer que esto sucede en Japón, un país industrializado", agrega.

Mientras las autoridades están concentradas en la falta de personal, los médicos señalan la urgente necesidad de que el gobierno mejore las condiciones de trabajo de ginecólogos y pediatras.

Las encuestas en los hospitales muestran que 40 por ciento de las ginecólogas dejaron de trabajar cuando tuvieron descendencia por la imposibilidad de sostener las largas jornadas laborales sin apoyo adicional para cuidar a sus hijos.

El doctor Yuriko Marumoto, quien dirige su propia clínica de salud reproductiva femenina, dijo a IPS que "además del estrés provocado por el trabajo, los ginecólogos también corren el riesgo de ser arrestados y enviados a prisión si hay problemas. De modo que esta especialidad es poco requerida por los nuevos doctores, lo cual crea un problema adicional para las mujeres gestantes".

Idou cree el déficit de personal puede subsanarse aumentando los fondos para ofrecer vacaciones pagas, guarderías infantiles y sistemas para rotar y compartir profesionales entre los hospitales.

Los expertos también señalan la resistencia de Japón a permitir la inmigración de médicos extranjeros, un medio que utilizan otros países industrializados para mitigar el déficit.

Ante la creciente presión, el primer ministro Shinzo Abe prometió el mes pasado ante el parlamento establecer un "banco para los médicos de mujeres" como un medio para apoyar a las ginecólogas y obstetras. ***** (FIN/IPS/traen-ac-dcl/ap pr wo he md/07)

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