El rechazo de Israel a la propuesta de paz de los países árabes suscitó críticas de analistas egipcios.
La iniciativa, impulsada en particular por Arabia Saudita, fue replanteada durante la última Cumbre de la Liga Árabe el mes pasado en Riyadh.
Pero el primer ministro israelí Ehud Olmert, propuso en cambio mantener conversaciones de paz solamente con los jefes de Estado árabes "moderados".
"La respuesta de Olmert fue un intento de normalizar las relaciones sin responder a los reclamos de la iniciativa", dijo a IPS Mohamed Basyouni, ex embajador egipcio en Israel y presidente del Comité de Asuntos Árabes del Consejo Asesor, cámara alta del parlamento de carácter meramente consultivo.
"Fue una maniobra totalmente inaceptable que pone la carreta delante de los bueyes", añadió.
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El plan de paz diseñado por Arabia Saudita y presentado por primera vez en la Cumbre de la Liga Árabe de Beirut, en 2002, ofrece un reconocimiento total del Estado de Israel por parte de los árabes a cambio de que éste acepte los reclamos básicos de los palestinos.
Según los términos de la propuesta, los árabes mantendrían relaciones diplomáticas totales con el Estado judío a cambio de un retiro total de los israelíes de los territorios ocupados en 1967.
El plan busca "una solución justa" para la cuestión de los refugiados palestinos en base a las resoluciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la creación de un Estado palestino con Jerusalén oriental como su capital.
En este momento, Egipto, Jordania y Qatar son los únicos países árabes que mantienen relaciones diplomáticas declaradas con Israel.
La oferta fue rechazada hace cinco años por el entonces primer ministro israelí Ariel Sharon (2001-2006).
En la declaración conjunta al cierre de la cumbre de Riyadh, el 29 de marzo, los estados árabes "confirmaron su adhesión a la iniciativa de paz árabe tal como fue planteada en la cumbre de 2002 en Beirut, con todos sus elementos".
La declaración urgió además al gobierno y a los ciudadanos de Israel a aceptar la oferta y a "aprovechar la oportunidad para reiniciar el proceso de negociaciones".
Antes de esa cumbre, los árabes habían sido presionados por Estados Unidos para que hicieran concesiones sobre temas clave.
El 24 de marzo, la secretaria de Estado (canciller) estadounidense Condoleezza Rice visitó la ciudad egipcia de Aswan donde se reunió con representantes de Arabia Saudita, Egipto, Jordania y Emiratos Árabes Unidos, conocidos como el "Cuarteto Árabe".
Además, Rice se encontró con el presidente egipcio Hosni Mubarak así como con jefes de Inteligencia de las cuatro naciones.
Según la prensa local, el propósito de la gira regional de Rice, la séptima en los últimos dos meses, fue urgir a las partes árabes a moderar su reclamos, en especial los conceptos de "derecho a regresar" de los refugiados palestinos y de "retiro total" de los territorios ocupados.
Rice, quien ha hecho público su "compromiso personal" con mejorar las perspectivas para un acuerdo de paz, habría instado a los estados árabes a "tender la mano" a Israel.
Pero los representantes del Cuarteto se negaron a modificar el carácter de su iniciativa, pese a la insistencia de Estados Unidos.
"Egipto está comprometido con la iniciativa árabe tal como está", declaró el canciller de este país, Ahmed Aboul-Gheit ,en la conferencia de prensa con Rice el 25 de marzo. "Esperamos que los israelíes la reciban positivamente y reinicien las conversaciones de paz en base a la oferta", añadió.
Pero al igual que se predecesor, Olmert rechazó la oferta declarando el 30 de marzo que el regreso de los refugiados palestinos estaba "fuera de cuestión", tras lo cual propuso una cumbre con los jefes de Estado "moderados" de los países árabes, refiriéndose a Egipto, Jordania y algunos otros del Golfo Pérsico o Arábigo, como Arabia Saudita.
Rice elogió la sugerencia de Olmert, señalando que su propuesta de realizar una conferencia regional era un paso "positivo".
Pero para analistas egipcios, la respuesta del primer ministro israelí fue una táctica dilatoria tendiente a frenar los avances sobre cuestiones clave.
"La propuesta de Olmert fue una distracción, un intento de ganar tiempo", dijo a IPS Gemal Kemal, analista político y subeditor jefe del diario oficialista egipcio Al-Misaa. "Los israelíes se niegan siquiera a discutir el problema de los refugiados".
Con él coincidió el editor jefe del semanario opositor Al-Karama, Abdel-Halim Kandil. El planteo de Olmert fue un intento de normalizar las relaciones diplomáticas sin ofrecer nada a cambio.
También atribuyó la intransigencia del primer ministro a "la pérdida de prestigio de Israel tras la guerra en Líbano del año pasado y al consiguiente debilitamiento de la postura interna de Olmert".
Los intentos que habría hecho Rice para suavizar el grueso de los reclamos árabes antes de la cumbre de Riyadh, fueron igualmente criticados por analistas egipcios.
"En resumen, Rice trató de que los países árabes reconocieran a Israel mediante la normalización de las relaciones sin dar nada a cambio", escribió el destacado columnista Salama Ahmed Salama del progubernamental diario Al-Ahram.
Kandil sugirió que el objetivo de la visita de Rice fue "movilizar a los países árabes" contra la supuesta influencia creciente de Irán en la región. "Eso quedó demostrado por el hecho de que la canciller también se reunió con los jefes de inteligencia, confirmando que esas naciones se volvieron meros instrumentos de ejecución de la política de Washington", indicó.
Pero según Kemal, El Cairo aún tiene cartas para jugar.
"Si Israel permanece firme en su rechazo a la oferta, los países árabes pueden tratar de avergonzarlo ante la ONU. Es más, no sería difícil para El Cairo interrumpir los pasos dados hacia la normalización de las relaciones con Tel Aviv y recoger un amplio respaldo popular".
"Israel teme una actitud de ese tipo, pues sería muy difícil de revertir", añadió Kemal.
Según Basyouni, está prevista una reunión para el 18 de este mes en El Cairo entre 11 cancilleres árabes para analizar las perspectivas de su iniciativa de paz.
"Existe la intención de activar la propuesta árabe. Después de eso, vamos a esperar una respuesta de Israel. Pero no vamos a esperar para siempre", sentenció.