Líbano se encuentra en medio de una nueva crisis política ante una creciente y sostenida oposición al gobierno, respaldado por Estados Unidos.
La administración del primer ministro Fouad Siniora se niega a responder a las exigencias de la oposición, que demanda una mayor representación en los puestos de poder.
Decenas de tiendas de campaña, muchas de ellas con cocinas, televisores a luz solar, paredes y puertas de madera, fueron instaladas en estacionamientos de automóviles cercanos a las fortificadas oficinas centrales del gobierno.
En las tardes, miles acuden a los campamentos para escuchar discursos, tomar café y té, fumar y hablar. En la Plaza Riad es-Solh, instalaron una gran pantalla de televisión donde ven el canal de noticias Al Manar, del movimiento chiita Hezbolá (Partido de Dios).
"Exigimos una plena participación de todos los grupos políticos en el proceso de toma de decisiones de nuestro país", dijo a IPS uno de los organizadores, de 27 años, que sólo dio su nombre de pila: Jirgus.
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La protesta ya está dando resultados. "Una de las ventajas de esta sentada es que las personas del norte se reúnen con las del sur, y las diferentes religiones se están uniendo", añadió.
Como todos los demás manifestantes con los que habló IPS, Jirgus dijo estar dispuesto a continuar con la protesta todo lo que sea necesario.
"Mientras este gobierno continúe con sus políticas pro-estadounidenses y pro-israelíes, y siga eligiendo no permitirle al pueblo una justa representación, sólo nos quedará esta opción", añadió.
Cuatro importantes partidos políticos participaron de la gran movilización del 10 de diciembre del año pasado, quizás la más grande de la historia libanesa. Esa protesta fue seguida inmediatamente la sentada que continúa hasta hoy.
Los cuatro partidos son el Hezbolá, liderado por el carismático Hassan Nasrallah, el Movimiento Libre Patriótico, encabezado por el militar retirado cristiano Michel Aoun, el Movimiento Amal, de Nabih Berri, y el Partido Social Nacionalista Sirio.
Varios partidos más pequeños de diversas confesiones religiosas también participan de la protesta.
La oposición insiste en que el gabinete debe renunciar para permitir la formación de un gobierno de unidad nacional. Pero Siniora aún resiste esta demanda. Pese a que su supervivencia está amenazada, el gobierno descansa en el apoyo de Estados Unidos, Francia y Arabia Saudita.
"Nuestro objetivo es el compañerismo, mientras que el objetivo del gobierno es servir a los intereses corporativos", dijo un maestro escolar a IPS.
"Tenemos a dos millones de los cuatro millones de libaneses que no están representados por estos elitistas, quienes se preocupan sólo de sus intereses. Me quedaré aquí todo el tiempo que requiera. El gobierno no nos dejará nada, así que no tenemos nada que perder", añadió.
La oposición señala que la disparidad de la riqueza y la representación desigual en el gobierno son problemas críticos y alimentan el malestar popular.
"Pacíficamente le estamos mostrando al gobierno que las personas sin voz son, de hecho, la mayoría", dijo a IPS Alí Hamir, un traductor de 55 años que participa de la sentada.
"Sólo los ricos tienen voz en este gobierno, mientras que las clases medias y bajas no son escuchadas. Hay una mentalidad de clase en este gobierno", sostuvo.
"Nosotros tenemos una mente abierta y queremos vivir con todas las comunidades, pero nos oponemos a la opresión de clase", añadió.
Hamir dijo que no terminará la sentada hasta tanto no triunfe la oposición. "Nuestra respiración durará mucho. No nos detendremos hasta alcanzar nuestra meta. No desapareceremos", afirmó.
Otros manifestantes dijeron estar felices por la unidad entre los diferentes partidos opositores.
"Para nosotros, es nuevo estar juntos con todos estos grupos. Es bueno porque musulmanes, cristianos y personas de todas las confesiones están juntas. Esperamos que esta experiencia se difunda en toda la sociedad", dijo a IPS un estudiante de nombre Aran, del Movimiento Libre Patriótico.
Las autoridades instalaron barreras de concreto y dos niveles de alambres de púas para separar el campamento de los edificios gubernamentales. Soldados miran de cerca de los manifestantes, pero estos los ignoran.
En el campamento reina una atmósfera festiva. Pero ésta es una fiesta con un propósito.