DANZA-CUBA: Retazos de ciudad en movimiento

Descalza y vestida de verde, Melanie danza. «Me siento feliz porque es un orgullo ser bailarina», dice esta niña de siete años y residente del barrio histórico de la capital cubana, que cada abril es tomado por la fiebre del baile.

Melanie y otros siete menores, que conforman el grupo Retacitos, participan desde hace dos años en un taller bajo la tutoría de la profesora chilena Raquel Pavez, especialista en enseñanza de la gestualidad en la infancia.

"Estos niños no son bailarines", reconoció Pavez en declaraciones a IPS.

"Yo no quiero hacer bailarines, sino seres humanos buenos, que sepan dónde están, que sean responsables, tengan una fuerza interior y sean capaces mañana de enfrentar cualquier situación", explicó.

A juicio de Pavez, en Cuba se privilegia la enseñanza de los bailes de raíz afrocubana o la danza clásica.

"Este lenguaje poético, de la gestualidad, de expresar los sentimientos y las emociones no existía mucho" en Cuba antes de su arribo, sostiene la coreógrafa, que ha viajado a esta isla caribeña en cinco ocasiones, invitada por la compañía de teatro y danza Retazos.

Esa agrupación artística ha establecido su sede en La Habana Vieja, el centro histórico de la capital cubana, donde realizan un trabajo de extensión cultural en la comunidad con alcances, incluso, más allá de la danza.

"Los talleres de creación infantil están acercando a los niños del barrio al cine, al papel maché, a diversas técnicas que los acercan a sí mismos, a la creatividad que como ser humano pueden tener", comentó a IPS Eugenio Chávez, productor del grupo.

Con una frecuencia mensual, estos espacios hacen confluir la creación con el interés educativo para enfrentar problemas cotidianos de comunicación y, además, tratan de implicar no sólo a los infantes, sino también a sus familias.

"Este trabajo con los niños es muy importante porque es un apoyo a la labor de la Oficina del Historiador (de La Habana) para la animación de la ciudad y para que la cultura llegue a través de los niños a los hogares", remarcó Isabel Bustos, directora de Retazos.

Creada en 1938 con fines culturales, la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana se encarga desde 1993 de la gestión económica del centro histórico, para autofinanciar las labores de conservación del patrimonio y estimular programas sociales a favor de una población que hoy supera las 70.000 personas.

"Pienso que la comunidad necesitaba estas actividades para los niños y para todo el mundo, como una opción cultural diferente", dijo a IPS Alina Gutiérrez, vecina del lugar.

Fuera de los muros de su sede en el antiguo barrio capitalino, Retazos ha transfigurado los edificios, las plazas y las calles en un enorme escenario sin tablados ni telones, pero con la evidente complicidad de las añejas piedras, que parecen ejecutar una danza inmóvil.

"La danza es nuestro intento de que la gente pueda leer, involucrarse en la arquitectura de una manera diferente", apunta Bustos, quien reconoce a La Habana como una gran escenografía, inspiradora de obras y coreografías.

"La historia (de la ciudad) siempre va a ser respetada, pero la creatividad, el presente de los seres que han venido para habitarla, siguen siendo importantes", considera esta coreógrafa, ecuatoriana de nacimiento, pero residente desde 1987 en Cuba, país que ha elegido para hacer su carrera y su vida.

"La gente valora sus arcadas, sus puertas, pero les da una pincelada de imaginación y de color. Es una forma de mover La Habana, de hacerla viva, de sentirse viva toda persona que pasa, el ciudadano que la habita y el artista", asegura.

Retazos ha sido el principal impulsor del Encuentro Internacional de Danza en Paisajes Urbanos "Habana Vieja: Ciudad en Movimiento" a partir de su inicio en 1996. Este año la duodécima edición acogió, del 4 al 8 de este mes, a representantes de casi 20 países de Europa, América y Asia.

"La intención del festival de danza callejera es, además de mostrar un trabajo terminado, acercar realmente al coreógrafo al espacio escénico, es decir, que la arquitectura sea un elemento coreográfico", indicó Chávez, coordinador de la cita danzaria.

Durante sus jornadas, el centro histórico habanero vive una agitación de talleres, conferencias, conciertos, exposiciones y espectáculos, que reúnen a amantes de las artes de dentro y fuera de la isla, pero, sobre todo, sorprenden al transeúnte y lo convierten en parte de un extraordinario ejercicio de la imaginación.

"Esto es el principio del trabajo del año, porque a partir de este momento se establece una interrelación con artistas de todo el mundo que empiezan a pensar en fechas para hacer talleres en La Habana el resto de año", agregó Chávez.

El encuentro pertenece a la red internacional Ciudades que Danzan (CQD), integrada por festivales de este tipo existentes en una docena de urbes de Europa y América, con el objetivo de revalorizar el patrimonio artístico y arquitectónico citadino, y fomentar la cooperación.

Para Juan Eduardo López, coordinador de CQD, la intención es "que las ciudades se vuelvan más humanas, más creativas, más imaginativas, y que nosotros, como habitantes de esas ciudades, las defendamos con su creatividad y su imaginación."

La red persigue también la realización de producciones conjuntas entre bailarines de diferentes países y acciones de comunicación dirigidas a ampliar la proyección internacional de los festivales y de sus participantes.

Para Retazos, en sus dos décadas de trabajo, la conquista del entorno urbano ha sido justificación y aliento.

"En estos 20 años he hecho una retrospectiva tanto de la obra coreográfica como de la significación de la línea artística de Retazos. Estoy muy contenta porque veo que hay un peso, no se ha ido como agua entre los dedos, está ahí a nivel humano, a nivel artístico y, además, no está muerto, tiene un futuro y una proyección", estimó Bustos.

Nacida en la sala de su casa habanera en 1987, la compañía no sólo sobrevivió las dificultades provocadas por la crisis económica de la década del 90, sino que abrió un escenario para la danza en La Habana Vieja.

"No decaer para lograr objetivos ha sido una gran enseñanza", afirma Bustos. "Creo que es una de las fortalezas de Retazos: en cualquier situación nosotros podemos crear", apuntó.

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