Docenas de funcionarios de una oficina anticorrupción del Banco Mundial advirtieron que el escándalo de nepotismo que rodea al presidente de la institución, Paul Wolfowitz, atenta contra su credibilidad.
Una nota en tal sentido fue enviada el jueves por el Equipo de Control de Corrupción y Gobernabilidad (GAC) del Grupo del Banco Mundial al propio Wolfowitz, quien ocupa el cargo desde 2005, y a la Junta de Directores, encargada de las cuestiones cotidianas del organismo.
El mensaje fue suscrito por 46 funcionarios, que aseguran representar a muchos más miembros del equipo del Banco Mundial.
En su carta, aseguran ser objeto de cada vez más cuestionamientos sobre su tarea y la autenticidad de su trabajo en la lucha contra el fraude en las naciones deudoras.
"Estamos muy preocupados por el impacto de la actual crisis de liderazgo que socava la autoridad y la credibilidad del Banco en su intento de involucrar a gobiernos, organizaciones y donantes en la agenda del GAC", reza la misiva, a la que accedió IPS.
Wolfowitz, acusado de abuso de poder, admitió haber ordenado un aumento salarial de 60.000 dólares anuales para su novia y subalterna, Shaha Riza, antes de transferirla en "misión externa" al Departamento de Estado (cancillería) estadounidense.
La transferencia fue parte de un exorbitante paquete de compensaciones que excedió los protocolos de la institución.
La controversia se tornó especialmente grave porque el presidente del Banco, más conocido por su papel como ideólogo de la invasión estadounidense a Iraq en su carácter de subsecretaría (viceministro) de Defensa de Estados Unidos, trató de convertir su lucha contra la corrupción en la prioridad de su gestión en una de las instituciones financieras más poderosas del mundo.
Las acusaciones de nepotismo se suman a la larga lista de quejas acerca de su estilo de conducción, que desató una revuelta en el personal de la institución.
Llueven pedidos de renuncia de todas partes del mundo. Pero por ahora, Wolfowitz sólo admitió haber cometido "un error" y se niega a dimitir.
La carta del GAC podría, sin embargo, tornarse en un motivo de mayor vergüenza para Wolfowitz, quien a lo largo del escándalo recibió respaldo de algunos activistas anticorrupción.
Los firmantes del documento señalaron que no se puede seguir adelante con la estrategia contra la corrupción en estas actuales circunstancias.
"Esta crisis pone a prueba el propio compromiso del Banco con los principios de gobernanza corporativa responsable", afirmaron.
El GAC reiteró la dificultad de predicar transparencia y buena gobernanza cuando el propio Banco está aquejado por sus propias carencias.
La Junta de Directores del Banco Mundial, que integra a 24 representantes de países o grupos de países, adoptó por unanimidad la estrategia de lucha contra la corrupción propuesta por Wolfowitz, que implica acciones de las naciones deudoras como condición para acceder al crédito.
Ese organismo, que el año pasado prestó más de 23.000 millones de dólares, elaboró una serie de "estrategias de asistencia" a países específicos, acuerdos que obligan a las naciones acreedoras a llevar adelante determinadas políticas a cambio de un préstamo.
Esas políticas se concentran en cuestiones de gobernanza y corrupción. El Banco ya selló acuerdos con Albania, Bangladesh e Indonesia.
Se espera que a fines de este año se aplique ese enfoque en más acuerdos del mismo tipo con naciones deudoras.
Con Wolfowitz, y sólo en 2006, casi la mitad de los préstamos incluyeron rubros para fortalecer la gobernanza que totalizaron 4.500 millones de dólares, 19,2 por ciento del monto de los préstamos previstos para este año.
Pero la oficina de lucha contra la corrupción señala ahora que todo ese trabajo está en peligro por el escándalo Wolfowitz-Riza.
"Hay informes de casos concretos en los que el trabajo operativo y el diálogo sobre políticas del Banco en torno a gobernanza y corrupción quedó diezmado", sostiene la misiva.
"La credibilidad de nuestro personal de primera línea resulta perjudicado por las dudas legítimas de nuestros clientes acerca de la capacidad del Banco de practicar lo que predica en materia de gobernanza. En estas circunstancias no podemos implementar de forma creíble la estrategia del GAC", advirtieron los funcionarios.
La Junta designó un panel especial para analizar salidas a esta crisis.
Los funcionarios señalan en su carta que quieren que la Junta, que investiga acusaciones de corrupción contra Wolfowitz, respete los más altos criterios en la materia. Pero no llegaron hasta pedir la renuncia del presidente del organismo.
"Nuestros principios deben ser confirmados y respetados en forma imparcial y sin excepción por los más altos funcionarios y la Junta de Directores del Banco, aun cuando las más altas jerarquías de la institución estén involucradas", reza la misiva.
"Apelamos a que la Junta de Directores y el presidente tomen acciones claras y decisivas para resolver la crisis en forma rápida, de modo de demostrar a todas las partes involucradas el compromiso del Banco con los más altos estándares de responsabilidad e integridad de sus jerarcas", señala.
El lunes, un grupo de 42 ex altos ejecutivos del Banco Mundial advirtieron en una carta al diario británico The Financial Times que Wolfowitz "perdió la confianza y el respeto del personal a todo nivel".
Incluso una dependencia de control del propio organismo, Grupo Independiente de Evaluación, se unió a la larga lista de voces que advierten que está en juego la confianza en el Banco. (FIN/IPS/traen-vf-mj/em/ld/na wd ip if dv /07)