AZÚCAR-CUBA: Zafra contra reloj

Los trabajadores azucareros cubanos celebrarán el 1 de Mayo sin haber terminado la cosecha, debido a las lluvias que impidieron el normal desarrollo de las operaciones en los meses de mejores rendimientos.

"Estamos contra el tiempo", dijo a IPS el secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), Salvador Valdés, quien añadió que esa organización sindical está apoyando "al máximo" la zafra azucarera, programada inicialmente hasta este lunes 30 de abril.

Valdés confirmó que las labores continuarán, aunque se abstuvo de hacer pronósticos sobre los resultados. "Hay una cifra, pero no soy yo quien debe difundirla", explicó el sindicalista.

Medios especializados estimaban que de acuerdo a la caña disponible era posible una producción de 1,5 millones de toneladas. "Los problemas que desde sus inicios confrontó esta zafra, cuyos atrasos no son recuperables en el tiempo, hacen improbable cumplir ese objetivo", comentó un economista e investigador del tema que no quiso dar su nombre.

"Se estima que el país alcanzó durante la primera quincena de abril el primer millón de toneladas de azúcar crudo, lo que representa algo más de las dos terceras partes del cumplimiento del plan inicial de producción", añadió esa fuente consultada por IPS.
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El gobierno cubano abandonó hace varios años la práctica de hacer públicas sus previsiones sobre la cosecha azucarera y se abstiene también de informar del resultado final.

La presencia del El Niño-Oscilación del Sur (ENOS), un fenómeno climático periódico, tornó el período enero-abril más lluvioso que lo normal e impidió un buen desempeño de la cosecha iniciada a fines de diciembre.

El NIÑO, fase cálida de la Oscilación del Sur, se manifiesta cuando la temperatura superficial del agua varía más de medio grado por encima de lo normal durante al menos cinco meses seguidos en el occidente, el centro y el oriente del Pacífico. Sus efectos se sienten en vastas zonas del planeta.

De acuerdo a informes no oficiales, provincias del oriente cubano como Las Tunas, Holguín, Granma y Santiago de Cuba, las más impactadas por las precipitaciones, sólo pudieron moler hasta el momento alrededor del 12 por ciento de la caña disponible.

"La zafra ha estado muy afectada por el exceso de lluvias justamente en los meses de mejores rendimientos", admitió Valdés, quien añadió que en los ingenios de la región oriental "queda aún mucha caña" en los campos.

El líder sindical añadió que el sector azucarero continuará la cosecha "mientras el clima lo permita" en mayo e inclusive en junio. Eso "nos permitirá acercarnos a los volúmenes de producción previstos", remató.

Sin embargo, mayo y junio son meses primaverales habitualmente lluviosos en Cuba, e informes meteorológicos consideran probable que por efecto del ENOS las precipitaciones sigan siendo abundantes.

"Gracias a las lluvias y la humedad, aumentó la caña en los campos, pero al mismo tiempo, las precipitaciones impiden el normal desarrollo de la cosecha, un 90 por ciento de la cual está mecanizada", señaló por su parte el investigador.

En su opinión, los vaivenes climáticos se podrían sortear adoptando previsiones con tecnologías adecuadas, aumentando el corte manual y adelantando la maduración de la caña, entre otras medidas.

Al clima se añade el desfavorable estado de la maquinaria agrícola y fabril, que según especialistas del sector se encuentra al borde del colapso, algo similar a lo que sucede con el transporte, tanto automotor como ferrocarril.

Además, reiteradas paralizaciones, ya sea por la lluvia, falta de materias primas para mantener el proceso industrial de manera estable y roturas reiteradas de las fábricas provocaron un rendimiento industrial menor al esperado.

El gobierno destinó para esta zafra importantes recursos para la adquisición de fertilizantes, herbicidas, equipos y componentes diversos, en el marco de una estrategia dirigida a reactivar la industria, que en la cosecha 2006 obtuvo apenas 1,2 millones de toneladas de azúcar.

La baja producción impidió al país beneficiarse del repunte de los precios en el mercado internacional. Cuba debió inclusive importar azúcar refinado para satisfacer su demanda interna, estimada en unas 700.000 toneladas.

En abril de 2006, la libra de azúcar llegó a cotizarse a 17 centavos de dólar, aunque en septiembre bajó a 9,40 centavos, para subir nuevamente en octubre a 11 centavos. Actualmente, los precios se acercan a los 10 centavos por libra.

En 2002, Cuba puso en marcha la reestructuración de su industria azucarera y cerró definitivamente casi la mitad de sus 156 ingenios, con el fin de ajustar su producción a los precios internacionales, que llegaron a situarse por esa época a seis centavos de dólar por libra.

Por eso, según expertos consultados por IPS, la bonanza del mercado mundial sorprendió a la industria azucarera descapitalizada y casi "al borde del colapso" por la falta de recursos para funcionar.

A principios de 2006, el gobierno decidió dedicar los recursos necesarios para revitalizar la industria, aumentar la siembra e inclusive modernizar la maquinaria disponible.

En ese aspecto, algunos medios especializados consideraron los preparativos para esta zafra como los mejores de los últimos años.

"El arribo de los insumos, aunque tardío en algunos casos, ayudó al desempeño de marzo y contribuyó a mejorar el ritmo de molida", reconoció el investigador consultado. Pero, en su opinión, habría que sustituir completamente la maquinaria agrícola, que debido a su antigüedad tiene muchas dificultades tecnológicas.

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