1 DE MAYO-KENIA: De pie en las maquilas

«Una tiene que colapsar de tan enferma para que le dejen buscar atención médica. No podemos darnos el lujo de ser despedidas», dijo Emily Mugo sobre la fábrica textil en la que trabaja, en las afueras de la capital de Kenia.

"Para los gerentes lo que importa es la producción, no la salud. Tenemos que trabajar de pie durante largas horas. Esto se aplica a las mujeres embarazadas también", aseguró. La fábrica se ubica en una de las tantas maquilas (zonas francas de procesamiento de exportaciones) de este país.

Mugo relató que una de sus colegas pidió permiso para trabajar sentada durante su embarazo, luego de que el médico le dijo que, de lo contrario, podría perder al bebé.

"Pero la obligaron a dejar de trabajar porque el jefe insistió en que debía estar de pie, como las demás en su departamento", enfatizó.

Mugo, cuyo trabajo consiste en inspeccionar las vestimentas confeccionadas ya terminadas, también se queja de los bajos salarios que paga la firma.
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"Nos pagan unos 90 dólares por mes. No veo por qué debo trabajar 13 horas todos los días sin que se me pague extra. Soy madre soltera de un hijo. Con lo que gano apenas puedo satisfacer mis necesidades", dijo a IPS.

Esta no es la primera vez que compañías que operan en las maquilas de este país del oriente africano son objeto de críticas.

En 2004, la Comisión de Derechos Humanos de Kenia publicó un libro titulado "La manufactura de la pobreza: La historia no contada de las zonas de procesamiento de exportaciones en Kenia", que detallaba las malas condiciones de trabajo.

Las maquilas comenzaron en 1990, con el fin de atraer inversiones orientadas a las exportaciones que elevaran el ingreso de divisas extranjeras y el empleo. Como parte de los incentivos que reciben, las compañías que se establecen allí están exoneradas de impuestos.

Dos investigaciones posteriores realizadas por IPS constataron persistentes violaciones de los derechos de los trabajadores. Más de tres años después, esa situación se mantiene.

"Las condiciones de trabajo en las zonas todavía es deplorable. Toda la evidencia es clara: los empleadores continúan abusando de los derechos laborales", dijo a IPS el subdirector ejecutivo de la Comisión de Derechos Humanos de Kenia, Steve Ouma.

El activista recordó un caso de despido injusto ocurrido el año pasado. Empleados de una compañía que operaba en una maquila fueron cesados luego de protestar por la demora en el pago de salarios y maltrato verbal por parte de los gerentes.

La Organización Central de Sindicatos (COTU) manifestó su beneplácito por los avances en materia de derecho a la sindicalización.

"A causa de la presión de la COTU, ahora a los empleados de las maquilas se les permite pertenecer a sindicatos, que abogan por mejorar las condiciones de trabajo de sus miembros, algo que era imposible hace años", señaló Adams Barasa, de COTU.

Pero, según Ouma, las investigaciones muestran que todavía hay obstáculos en el camino de los trabajadores que quieren afiliarse a sindicatos, un alegato del que Mugo se hace eco.

"La gerencia no quiere que los empleados se asocien a ninguna organización de trabajadores. Si averiguan que un empleado es miembro de una, siembran falsas acusaciones contra él y luego lo despiden", aseguró.

Por otra parte, las maquilas ayudan poco a la economía de Kenia, agregó Ouma.

"No están generando desarrollo e industrialización en Kenia. Proporcionaron puestos de trabajo, pero pagan salarios de pobreza", indicó.

Estas acusaciones son refutadas por la autoridad gubernamental que administra las maquilas.

"Los salarios pagados se ajustan a las pautas salariales dadas por el gobierno de Kenia, que se aplican a todo el país. Por lo tanto, no se puede decir que los empleadores de las zonas francas de procesamiento de exportaciones son injustos. Por el contrario, los sueldos allí son de 20 a 25 por ciento más elevados que en el reto del país ", dijo a IPS el portavoz oficial Jonathan Chifallu.

Según el sitio web de la autoridad, actualmente las maquilas —donde predominan las firmas textiles— emplean a unos 40.000 keniatas y aportan con 10,7 por ciento de las exportaciones nacionales.

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