En Chile, a las personas extraviadas o confundidas se les dice que están «más perdidas que el teniente Bello». Para reivindicar la figura de ese aviador desaparecido en 1914 y propiciar una reflexión sobre el sentimiento de pérdida, dos artistas lo revivieron en una original exposición.
La muestra "Bellocielo", de los artistas Yanko Rosenmann e Iván Godoy, intenta reconstruir la desaparición del teniente Alejandro Bello Silva, el 9 de marzo de 1914, mientras rendía una prueba de vuelo para obtener su diploma de piloto militar.
Ese día, Bello tenía que volar en un biplano desde Santiago hasta el balneario costero de Cartagena, ubicado 100 kilómetros al oeste de la capital. Era un ejercicio relativamente fácil, pero la densa bruma lo desorientó.
Mientras los otros oficiales que rendían el examen llegaron con vida a tierra, Bello desapareció misteriosamente. Ni la nave ni sus restos fueron encontrados, pese a que la búsqueda se extendió por 10 días.
El extraviado oficial chileno, nacido en 1890, había recibido su título de aviador en Francia, donde vivió nueve meses.
La exposición "Bellocielo", inaugurada el 21 de este mes en el Museo Nacional de Bellas Artes, en Santiago, se divide en dos grandes partes: una instalación realizada por Godoy, artista plástico de 47 años, y otra por Rosenmann, creador audiovisual de 44 años.
El punto de partida de la obra de Godoy es un acta del Ejército de Chile, fechada en abril de 1914, con un inventario de los objetos perdidos junto a Bello, entre ellos el avión, una brújula, un alicate, un juego de llaves y una pistola.
En 15 pizarras negras, Godoy dibuja con tiza cada uno de estos objetos, a partir de los cuales explora poéticamente el extravío de Bello. El autor mezcla fragmentos de poemas, letras de canciones, frases célebres y diferentes símbolos e imágenes que hablan del cielo, de aviones, de vuelos y de desapariciones.
En una de las pizarras, por ejemplo, bosqueja el bombardeo aéreo que sufrió el Palacio de la Moneda (casa de gobierno) el 11 de septiembre de 1973, cuando el entonces presidente socialista Salvador Allende (1970-1973) fue derrocado por el a la postre dictador Augusto Pinochet (1973-1990).
En otra pizarra hay dibujos sobre los atentados terroristas perpetrados el 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas de Nueva York con dos aviones de pasajeros piloteados por atacantes suicidas de la red terrorista Al Qaeda.
Rosenmann, por su parte, colocó en otra parte de la sala cuatro pantallas donde proyecta filmaciones realizadas en un biplano de 1953. El autor colocó en el avión cuatro cámaras enfocando hacia los puntos cardinales. "La idea era que el espectador se pusiera en el lugar de Bello y lo acompañara en su punto de no retorno", dijo a IPS el autor.
La muestra, que también incluye 93 pequeños retratos de personas extraviadas, es parte del ambicioso proyecto "Bellodestino: bitácora perdida del teniente Alejandro Bello Silva", lanzado el año pasado, y que contiene otras cuatro iniciativas.
La primera de ellas es la propuesta de ambos artistas de declarar el 9 de marzo "Día de la Aventura Nacional". En 2006, solicitaron mediante una carta al entonces presidente Ricardo Lagos (2000-2006) que enviara un proyecto de ley al Congreso legislativo para decretar el feriado. Hicieron lo mismo con la actual mandataria, Michelle Bachelet, pero aún no han recibido respuesta.
"Ahora nos dirigiremos al Parlamento", anunció a IPS Rosenmann. De todas maneras, organizarán diferentes actividades artísticas cada 9 de marzo para que la conmemoración cobre vida entre la población. La segunda parte del proyecto es la publicación en abril del libro "El mito del teniente Bello", un documento "mítico-histórico" de 250 páginas sobre los inicios de la aviación chilena y con "delirantes hipótesis" sobre la desaparición de Bello planteadas por 25 intelectuales.
Entre ellos se destacan los escritores Raúl Zurita y Nicanor Parra, y el científico Humberto Maturana. El texto será prologado por Bachelet, hija de un general democrático muerto en prisión durante la dictadura de Pinochet.
En tercer lugar, se presentará en mayo un filme documental que repasa la vida del teniente Bello —desde su lugar de nacimiento hasta su último viaje, pasando por su estadía en Francia y Alemania—, así como su participación en los inicios de la aviación chilena y mundial.
Por último, los autores prevén levantar una escultura de cobre o bronce en honor al aviador. La obra representará a una mano de tres metros lanzando un avión de papel, de cuatro metros. Por el momento buscan financiamiento y, con la ayuda de la Intendencia de Santiago, el mejor lugar para emplazarla.
Rosenmann explicó que el interés por la figura de Bello surgió cuando ambos creadores pasaron los 40 años de edad y se percataron de que habían sufrido muchas "pérdidas". "Tenemos la sensación de ser parte de una generación que se quedó en el andén cuando partió el tren" del progreso chileno, indicó.
Además, "la pérdida, el extravío y la desaparición son temas neurálgicos de la historia de Chile, principalmente por los (cerca de 3.000) desaparecidos" políticos de la dictadura de Pinochet, añadió
Pero también hay personas anónimas que salen de sus casas y nunca más regresan, y los extraviados, como los pacientes psiquiátricos, explicó Rosenmann.
"Para mí, el personaje de Bello es espectacular dentro de la historia de Chile. En este país, la pérdida es mal vista. Ha adquirido un carácter negativo. Hay una extraña relación entre perdido y 'loser' ("perdedor" en inglés). Y Bello dista mucho de eso. Él se inmola en su empresa", que es volar, reflexionó Godoy.
Según este artista, la masiva utilización de la frase "más perdido que el teniente Bello" lo ha transformado en una caricatura, en el rey de los "huevones" (tontos), con lo que se ha perdido su humanidad. Con este proyecto, ellos intentan reinstalar su figura como un verdadero aventurero amante del vuelo.