El Golfo procura convertirse en un importante centro cultural de Medio Oriente, combinando la moderna arquitectura con su patrimonio histórico.
La mezcla se hace evidente en un nuevo "distrito cultural" creado en una isla frente a Abu Dhabi, Emiratos Árabes Unidos, durante las celebraciones por la octava bienal del Museo de Arte de Sharjah.
Mientras experimentan una rápida modernización, impulsada por un aumento de los precios del petróleo, los países del Golfo quieren dejar su impronta como centro cultural de Medio Oriente.
Siempre se consideró a Sharjah, uno de los Emiratos Árabes Unidos, como el principal lugar de atractivo cultural en ese país, pero ahora la capital Abu Dhabi y el emirato de Dubai le siguen los pasos con rapidez.
Abu Dhabi anunció que lo mejor del Museo Guggenheim se instalaría pronto en el distrito cultural de la isla de Saadiyat, mientras la casa de remates Christie's realizará su primera subasta internacional de arte contemporáneo y moderno en Dubai.
Con motivo de la firma del acuerdo con la Fundación Guggenheim, el príncipe heredero de Abu Dhabi, el jeque Mohammed bin Zayed Al Nahyan declaró que el Museo contribuiría a transformar al país en un "destino cultural de nivel internacional".
El Museo Guggenheim de Abu Dhabi, diseñado por el arquitecto de trayectoria internacional Frank Gehry, estadounidense de origen canadiense, es el último auspiciado por la Fundación Solomon R. Guggenheim, con sedes en Berlín, Nueva York, la septentrional ciudad española de Bilbao, la sudoccidental estadounidense de Las Vegas y la nororiental italiana de Venecia.
El Museo, que se construirá en la también llamada "isla de la alegría", tendrá su propio acerbo de arte contemporáneo y además exhibirá obras de la colección general de la Fundación.
Emiratos también prevé la construcción de una dependencia del museo parisino de Louvre, con una gran cúpula traslúcida con fuentes, que será diseñada por el conocido arquitecto francés Jean Nouvel, además de un centro de artes interpretativas y un museo marítimo.
"Creemos que Medio Oriente es una de las regiones más importantes del mundo en términos de cultura contemporánea", dijo Thomas Krens, de la Fundación Guggenheim, en la ceremonia de la firma del acuerdo.
Por su parte, Qatar inició la construcción de museos y lanzó programas para preservar sitios arqueológicos.
El Consejo Supremo de Cultura, Artes y Patrimonio qatarí construye su cuarto mayor museo, en tanto que el Banco de Doha financiará parte del nuevo Museo de Arte Islámico, que albergará una selección de los más finos tesoros de esa cultura, una biblioteca y centros comerciales.
"La mayoría de las naciones árabes, en especial Emiratos, construyen con vistas al futuro, mientras mantienen un ojo en las glorias del pasado. Se trata de una combinación de tradición y modernidad que genera buenos augurios", dijo a IPS el crítico de arte egipcio Ahmed Salah.
"La promoción de esa mezcla es un paso muy importante, no sólo para Emiratos y los otros países árabes, sino también para el mundo entero, amenazado por los cambios culturales que conlleva la globalización", apuntó.
"En los países del Consejo de Cooperación del Golfo, esos esfuerzos cobran importancia porque la población local es comparativamente baja. La presencia de una considerable mano de obra extranjera introduce su propia cultura e idiosincrasia", explicó Ahmed.
"Por lo tanto, es natural que el foco se ponga en acentuar la herencia árabe en un intento por preservar su identidad nacional y destacarse ante la afluencia de extranjeros", añadió, citando ejemplos del Distrito de Patrimonio de Abu Dhabi, la Ciudad del Patrimonio en Dubai y los museos de Sharjah.
"La globalización debe considerarse una amenaza cuando tiende a la homogeneidad. El rico legado cultural y la herencia de Abu Dhabi es la mejor garantía para no alejarse de los valores", según Mohammad Khalaf Al Mazrouei, director general de la Autoridad para la Cultura y el Patrimonio de ese emirato.
"Ante los problemas acuciantes que se vislumbran en el futuro de la población de Emiratos, no podemos más que abrazar la modernidad a la vez que preservar las tradiciones", consideró.
El énfasis puesto en lo cultural también pretende añadir un sabor local para fomentar el turismo, un sector clave en el plan de diversificación económica.
En Dubai, los proyectos de construcción que promueven una combinación de estilos modernos y tradicionales consiguen una aprobación más rápida en la municipalidad.
Este emirato también creó un Consejo Cultural integrado por especialistas para promover las artes plásticas, la poesía y otras tradiciones, así como para coordinar programas de intercambio cultural con otras naciones.
"Tiene una orientación fructífera. En todo el mundo hay una tendencia a promover el turismo cultural. Cultura y patrimonio son valores positivos para esa actividad que puede contribuir a difundir la necesidad de preservar y proteger la herencia cultural. La política adoptada ha sido exitosa. El turismo afectará nuestro valores, culturas y tradiciones", dijo IPS Mazrouei.
"Básicamente la mayoría de los turistas vienen a los países del Golfo por su clima cálido en invierno y las atracciones modernas, como centros comerciales, festivales y safaris en el desierto. Pero también visitan centros culturales para conocer nuestra historia. Al exhibir nuestras tradiciones pueden hasta venir a estudiar nuestra herencia", añadió Salah.
Cuanto más sienta la población que su cultura está en peligro, más cosas hará para reactivarla, según Mazrouei.
"Los sólidos cimientos sobre los que se paran nuestros ciudadanos tienen su raíces en siglos de desarrollo cultural. En cuanto a la influencia de Occidente, adaptaremos lo que sea apropiado para nuestros valores y nuestra cultura. No hay riesgos", sostuvo.