Un programa de la ONU prevé reducir sustancialmente el consumo de agua de los 21 países con costas en el mar Mediterráneo, a pesar de la presión del cambio climático y el aumento de la población.
La gestión de la demanda de agua, a través de la eficiencia en el consumo y la cooperación entre los países de la costa norte del Mediterráneo y los del sur, se erige como respuesta para afrontar la creciente presión sobre este escaso recurso, según diversos expertos.
Los 21 países ribereños del mar Mediterráneo necesitan actualmente 290.000 hectómetros cúbicos de agua al año para satisfacer sus necesidades, pero su sed aumentará hasta los 330.000 hectómetros cúbicos en 2025.
Eso a pesar de que algunos de estos estados ya están explotando sus recursos hídricos al 200 por ciento de su capacidad, esquilmando depósitos fósiles de agua que llevan miles de años descansando en el subsuelo.
No obstante, gracias a una mejor gestión de la demanda, la situación se puede revertir en el mismo periodo hasta lograr que el consumo de agua se reduzca a 250.000 hectómetros cúbicos.
Son datos elaborados por los expertos de Plan Bleu, organismo integrado en el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) y dedicado al estudio del desarrollo sustentable de la región.
El tercer seminario de Plan Bleu dedicado al agua concluyó este jueves en Zaragoza, España.
Los países al sur del Mediterráneo serán los primeros en afrontar el problema de abastecimiento de agua y energía a su población y a los centros turísticos, según el director de Plan Bleu, Henri Luc Thibault.
El recurso sufrirá la presión del cambio climático, con su efecto sobre los ríos y las lluvias, y el aumento de población de la región, de 428 millones a 524 millones de personas para 2025.
Thibault insistió en la cooperación Norte-Sur. Se trata, dijo, "de un problema compartido y colectivo en el que los países del Sur pueden aportar buenas prácticas muy antiguas y enseñar al Norte".
Además, destacó la importancia de establecer objetivos regionales de eficiencia, seguidos de una evaluación constante dentro de las políticas agrícolas, energéticas, turísticas y ambientales.
Para los expertos, la clave está en la optimización del uso del agua, tanto en cantidad, como en calidad, al no degradarla demasiado.
"La ordenación del territorio y el urbanismo es clave, ya que no hay casa más ineficiente que una casa vacía", dijo Domingo Jiménez, director de la Tribuna del Agua de la Exposición Internacional Zaragoza 2008, que se celebrará entre junio y septiembre.
Jiménez se refería a las segundas residencias en los países del Norte, utilizadas durante una media de 29 días al año, pero que precisan un importante esfuerzo de abastecimiento y saneamiento, así como a las viviendas que quedan deshabitadas como consecuencia de la especulación inmobiliaria.
Sin embargo, la mayor parte de los recursos hídricos en la cuenca mediterránea se dedican a la agricultura.
Para Jiménez, el objetivo es "conseguir más cosechas para alimentar a una población creciente, utilizando la misma cantidad de recursos hídricos". "La eficiencia es el gran yacimiento de agua", afirmó.
Plan Bleu recomendó elevar las tarifas del agua e instalar contadores inteligentes para medir con precisión la cantidad utilizada. Las tecnologías de la información y la comunicación constituyen herramientas útiles para distribuidores y consumidores a la hora de conocer el estado de la red y la eficiencia del servicio.
Asimismo, los grupos de trabajo del seminario subrayaron la importancia de ecosistemas como los humedales. Eduard Interviews, portavoz del grupo dedicado a los sistemas ecológicos, destacó la necesidad de crear un inventario del valor de los bienes y servicios que ofrecen, así como de los perjuicios que causaría su desaparición.
En este sentido, Thibault advirtió que "ninguna empresa puede ofrecer los bienes y servicios que generan los ecosistemas".
La transferencia al ámbito local y a las asociaciones de usuarios o agricultores de parte de la gestión del agua, las medidas de educación y sensibilización, y la creación de un Observatorio Mediterráneo del Agua que registre las buenas prácticas de los responsables completan las recomendaciones elaboradas por el seminario.
Periodistas de la Alianza de Agencias de Noticias del Mediterráneo (AMAN), de la que IPS es observadora, han estado presentes en la presentación de estas conclusiones, invitados por la sociedad encargada de la Exposición Internacional Zaragoza 2008, que reunirá a más de 80 países durante su celebración.
En palabras de Juan María Calvo, de la española Agencia EFE que actuaba como anfitriona, "AMAN es una alianza humilde que funciona gracias al entusiasmo de sus miembros, diez del Norte y 10 del Sur, que permite el intercambio cultural, la formación y la puesta en común de sus necesidades".
Athena Arsalidau, de la agencia chipriota CNA, señaló cómo en su país se ha construido una planta desalinizadora para aprovechar agua marítima con fines agrícolas, mientras que otras dos están en construcción.
Precisamente, las plantas desalinizadoras son apuntadas por Thibault y Jiménez como otro medio para satisfacer las necesidades de agua en el Mediterráneo, aprovechando para ello las energías renovables abundantes en esta región, como la solar.
***** +Plan Bleu (http://www.planbleu.org) +Exposición Internacional Zaragoza 2008 (http://www.expozaragoza2008.es) (FIN/IPS/am/mj/eu af mm en dv md/07)