IRÁN: EEUU sigue dos estrategias opuestas

La disposición a un diálogo directo con Irán sobre el futuro de Iraq, manifestada por la secretaria de Estado (canciller) estadounidense Condoleezza Rice, choca con el ánimo beligerante del Departamento (ministerio) de Defensa.

En una reunión celebrada a mediados de febrero, altos funcionarios del Departamento de Defensa coincidieron en considerar necesario que Irán crea que Estados Unidos está pronto para atacarlo, según supo IPS.

De la reunión reservada celebrada en el Pentágono, sede del Departamento en las afueras de Washington, surgió el plan de profundizar la retórica de guerra y proseguir con preparativos para un eventual ataque, lo que recuerda a los meses anteriores a la invasión de 2003 a Iraq.

Así lo indicó un participante en la reunión a un informante de IPS, que solicitó resguardar la identidad de ambos.

Los planes del Pentágono son mucho más agresivos de los que sugiere el anuncio formulado por Rice el martes: que Estados Unidos e Irán dialogarán frente a frente en una conferencia convocada por el gobierno iraquí. Damasco y Teherán anunciaron su concurrencia luego.
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Según el relato brindado por el participante en la reunión, la decisión de enviar al menos 22.000 soldados estadounidenses más a Iraq, anunciada por el presidente George W. Bush el 10 de enero, está más vinculada a la estrategia de aumentar la presión sobre Irán que al objetivo de estabilizar el país ocupado.

Esa decisión fue atribuida a la intención de mejorar la posición del ejército estadounidense en Iraq para responder a los ataques de fuerzas chiitas en represalia contra un posible ataque de Washington contra Irán.

Algunos indicios sugieren que el discurso del presidente Bush se enmarca en un contexto estratégico de endurecimiento del vínculo con Irán.

Inmediatamente después del discurso de enero, Tim Russert, de la cadena NBC, informó que el presidente y sus principales colaboradores habían indicado a un reducido grupo de periodistas que Estados Unidos no se sentaría a conversar con Irán hasta haber logrado una posición de ventaja.

En esa misma rueda de prensa, según Russert, los funcionarios indicaron que uno de los objetivos del gobierno era lograr una situación en la que Washington no tuviera que "acudir a Siria e Irán" y "pedir cualquier cosa".

Esa fue una referencia indirecta a la posición supuestamente ventajosa de Irán ante Estados Unidos, derivada de la necesidad contenida del gobierno de Bush de pedirle ayuda al régimen islámico en Teherán para estabilizar Iraq.

Al parecer, Bush estaba seguro de que el aumento de las tropas convencería a Irán de que su gobierno no dependía de que Teherán hiciera uso de su influencia sobre la comunidad chiita iraquí.

La estrategia del presidente involucra un aumento de la presión sobre Irán, al que muestra como una amenaza contra Estados Unidos y sus intereses en Medio Oriente.

Al discurso de Bush le siguió una campaña declaraciones y filtraciones de información desde el gobierno según el cual el régimen iraní suministraba a milicias chiitas iraquíes armas con capacidad de penetrar unidades blindadas.

Pero representantes de Washington admitieron a un grupo de periodistas en Bagdad que tal acusación se basaba sobre "suposiciones", no sobre evidencias reales.

Para aumentar la tensión y sugerir que avanza hacia un enfrentamiento militar, el gobierno estadounidense movilizó un grupo de portaaviones al Golfo Pérsico o Arábigo.

Otro paso, según el informante de IPS, fue trasladar equipamiento de carga de combustible para aviones a la base estadounidense de la isla Diego García, en el océano Índico. "No se puede lanzar ataques aéreos contra Irán sin esos recursos allí", observó.

En las últimas semanas, altos funcionarios del gobierno cuidaron extremadamente los términos para sugerir que planifican un ataque contra Irán, incluso multiplicando las filtraciones a la prensa al respecto.

Pero "no estamos buscando una excusa para ir a la guerra con Irán" ni "planificando una guerra con Irán", dijo el secretario (ministro) de Defensa Robert Gates el 15 de febrero.

El gobierno sostiene que un ataque militar sigue siendo el último recurso, en caso de que Irán no concuerde con las condiciones estadounidenses para las negociaciones.

El vicealmirante Patrick Walsh, comandante saliente de la marina de guerra estadounidense, dijo el 19 de febrero a la prensa en Bagdad que el ejército iraní realiza ejercicios en el estrecho de Hormuz, entrada al Golfo desde el océano Índico, y que podría usar minas para cerrarlo el estrecho.

Walsh definió las minas como "un tipo de arma de ataque terrorista".

Irán siempre amenazó con cerrar el estrecho de Hormuz, pero sólo como represalia ante un eventual ataque estadounidense.

"La pregunta no es qué planea Estados Unidos, sino qué planea Irán", acotó Walsh. Esa declaración indica que Washington pretende presentar a Irán ante la comunidad internacional como una amenaza para sus aliados y para la seguridad en Medio Oriente.

Un ex secretario de Defensa adjunto del gobierno de Bill Clinton (1993-2001) y ex embajador en Arabia Saudita, Chas Freeman, comparó la escalada de presión militar de Bush con el "brinksmanship" ("estar al borde de"), estrategia de constante amenaza de guerra contra China que solían formular el presidente Dwight D. Eisenhower (1953-1961) y su secretario de Estado, John Foster Dulles.

"Al desplegar fuerzas para agregar credibilidad a la amenaza, uno aumenta el riesgo de conflicto militar, que es, de hecho, lo que se busca", dijo Freeman a IPS.

* Gareth Porter es historiador y experto en políticas de seguridad nacional de Estados Unidos. "Peligro de dominio: Desequilibrio de poder y el camino hacia la guerra en Vietnam", su último libro, fue publicado en junio de 2005.

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