Un congresista estadounidense liberal, representante del occidental estado de California, es acusado por activistas de haber cambiado su postura en relación a Iraq por su interés en la espinaca.
El representante Sam Farr, del opositor Partido Demócrata y originario de la ciudad de Santa Cruz, donde predominan los estudiantes universitarios y los grupos de hippies, votó contra la guerra en Iraq y contra todos los intentos de financiar los planes militares en ese país durante los últimos cuatro años.
Pero este viernes fue diferente, aunque su transformación tuvo que ver más con la industria de la espinaca que con aspectos ideológicos.
El distrito de Farr es donde se produce la mayor cantidad de lechuga y espinaca en Estados Unidos. Es una zona que sus habitantes consideran con orgullo "la ensaladera del mundo".
En septiembre pasado, la producción fue afectada por una bacteria que llevó a que la espinaca estadounidense fuera retirada de todos los supermercados.
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Ante esto, Farr insertó un programa de asistencia a los productores, por 25 millones de dólares, dentro de un proyecto de ley de partidas presupuestales adicionales, impulsado por la Casa Blanca, que destinaría unos 100.000 millones de dólares suplementarios a las guerras en Afganistán e Iraq.
El texto, aprobado este viernes en la cámara baja por 218 a favor y 212 en contra, exige el repliegue de Iraq antes de septiembre de 2008, y establece varias condiciones a la ocupación, aunque permite al presidente George W. Bush prescindir de algunas de éstas en determinados casos.
Además, asigna 6.000 millones de dólares para tareas de reconstrucción tras huracanes y fondos de lucha antiterrorista.
Para que se convierta en ley, el proyecto ahora debe ser conciliado con otro aprobado por el Senado, pero Bush advirtió que lo vetará si el texto final incluye una fecha de repliegue.
"Fue muy decepcionante. Había muchas esperanzas, luego de que los demócratas recuperaron el Congreso, de que Sam finalmente podría avanzar con su liderazgo. Él de verdad quería acabar con la guerra. Creo que este voto ha sido muy perturbador", dijo a IPS la activista por la paz Sherry Conable.
Pero Farr negó haber cambiado su postura sobre Iraq, y señaló al periódico San Francisco Chronicle que su apoyo al proyecto de ley tiene en realidad el objetivo de cambiar la situación en ese país de Medio Oriente.
El representante arguyó que la mayoría de los legisladores del gobernante Partido Republicano rechazarán el proyecto, pues los demócratas añadieron demasiadas condiciones.
Sin embargo, la decisión de Farr parece haberlo alejado de sus electores. En 2002, el concejo de Santa Cruz fue el primer organismo gubernamental local en este país que condenó la guerra en Iraq. En septiembre de 2003, hizo historia al ser el primero en realizar un pedido de juicio político contra Bush.
Conable, quien impulsó la moción en el concejo para pedir el juicio al presidente, sostuvo que, por el momento, poco harán las llamadas telefónicas y las cartas que puedan enviar los activistas a la oficina de Farr.
"Tiene una banca muy segura. Creo que el imperativo moral debe salir de dentro de él, y ya lo he visto antes. En última instancia, él será el único que alzará su mano y dará su voto", señaló.
Farr es el único congresista que ha dado su voto a cambio de fondos para su distrito.
Según el grupo no gubernamental Ciudadanos Contra el Despilfarro en el Gobierno, el proyecto de ley contiene 21.000 millones de dólares más de lo que pidió Bush originalmente.
Pero "nada de esto tiene que ver con la guerra", dijo a IPS el presidente del grupo, Tom Schatz.
"Las personas pueden llegar a casi cualquier extremo para obtener provisiones especiales para ayudar a alguien en su estado o distrito, y hasta votarán propuestas contra las que en verdad están en contra", dijo Schatz.
Al igual que Farr, el demócrata Peter DeFazio, del noroccidental estado de Oregon, había votado contra la guerra en el pasado, pero apoyó el proyecto de fondos suplementarios luego de que se añadiera una partida de 400 millones de dólares para escuelas rurales.
Los electores de DeFazio también están en contra de la guerra.
Esta semana, la cámara baja estadual de Oregon aprobó una resolución pidiendo el repliegue de las fuerzas de ocupación en Iraq. Las ciudades de Portland, Covallis, y Eugene aprobaron resoluciones similares, pero la portavoz de DeFazio, Danielle Langone, subrayó que el financiamiento de escuelas era un asunto de vital importancia.
"Es algo clave para nuestro distrito. Por eso votaremos el proyecto de ley", había adelantado Langone al sitio web Politico.com.
"Me siento frustrada cuando lo que debe ser un voto decidido queda estancado", dijo Kelly Campbell, del Quaker American Friends Service Committee.
"Esto pone a los congresistas y a todos nosotros, que intentamos detener la guerra en Iraq, en una posición muy difícil. Me gustaría ver un sistema en el que pudiéramos votar sobre temas particulares y no obligar a las personas a sopesar en su votación asuntos que no están vinculados", señaló.
La organización Proyecto sobre Prioridades Nacionales, señaló que, con los más de 410.000 millones de dólares gastados en Iraq hasta ahora, Estados Unidos pudo haber contratado a más de siete millones de maestros de escuela durante una año, construido más de 3,6 millones de unidades de viviendas o brindado seguridad médica a más de 200 millones de niños y niñas.