Los legisladores del gobernante Partido Republicano anunciaron que no apoyarán la retirada completa de las tropas de Estados Unidos hoy en Iraq antes del 1 de octubre de 2008, propuesta por el opositor Partido Demócrata.
El Poder Ejecutivo también se manifestó en contra del proyecto de ley al respecto presentado el jueves en la Cámara de Representantes. De aprobarse, "maniataría innecesariamente a nuestros generales" en territorio iraquí, aseguró el portavoz de la Casa Blanca, Dan Bartlett.
La medida, formulada como enmienda a un proyecto pendiente que asignar otros 100.000 millones de dólares al esfuerzo bélico en Iraq, también requiere que el presidente George W. Bush inicie la retirada en julio próximo.
El comienzo del repliegue podría postergarse, según la iniciativa, si Washington certifica que el gobierno del primer ministro iraquí Nouri al-Maliki avanza hacia la reconciliación nacional y hacia el fin de la violencia de raíz religiosa.
También el jueves, varios senadores demócratas presentaron un proyecto que ordena al presidente comenzar la paulatina retirada de Iraq en un plazo de 120 días, con el objetivo de finalizarla el 31 de marzo de 2008.
Sin embargo, los senadores republicanos ya impidieron dos veces que la cámara alta debatiera las políticas del gobierno en Iraq.
La "Agrupación Progresista" del Partido Demócrata, que reúne alrededor de un quinto de sus representantes, difundió su propia propuesta de enmienda el jueves, exigiendo una retirada completa de todas las fuerzas estadounidenses de Iraq a más tardar a fin de año.
La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, se verá en dificultades para conseguir su aprobación. "Creo que al final estaremos unificados", dijo.
Pero, aunque Pelosi tenga éxito, la enmienda todavía tendrá que reconciliarse con cualquier versión de proyecto aprobado por el Senado, cuyos líderes siguen discutiendo sus términos, y superar el anunciado veto de Bush.
El presidente rechaza cualquier propuesta, incluida la del bipartidista Grupo de Estudio sobre Iraq, que establezca un calendario o plazo para la retirada de soldados estadounidenses.
El líder de la minoría republicana de la cámara baja, John Boehner, insistió en que la enmienda propuesta pondría en peligro todas las posibilidades de éxito en Iraq al "establecer un calendario (de retirada) y telegrafiárselo al enemigo".
Haciéndose eco de declaraciones de la Casa Blanca, agregó que el nuevo comandante de las fuerzas estadounidenses en Iraq, el general David Petraeus, "debería ser el que tome las decisiones sobre lo que ocurra en el territorio".
La enmienda propuesta fue acordada casi tres semanas después de que 17 republicanos se unieron a dos demócratas en la Cámara de Representantes para aprobar una resolución no obligatoria contraria a la decisión de Bush de sumar 29.000 efectivos militares a los 140.000 hoy desplegados en Iraq.
La "Agrupación Fuera de Iraq", que constituye alrededor de un tercio de los demócratas de la Cámara de Representantes, alegó que los resultados de las elecciones legislativas del 7 de noviembre ordenaron al partido forzar una rápida retirada.
Pero a la dirigencia demócrata le preocupa que semejante medida provoque a sus miembros más conservadores, los de la Coalición del Perro Azul.
Estos legisladores, que proceden de distritos que normalmente votan a los republicanos, son considerados especialmente vulnerables a ataques del gobierno por ser "blandos" o no brindar apoyo adecuado a los soldados en el campo de batalla.
La Coalición del Perro Azul tropezó con una propuesta del republicano John Murtha de incluir requisitos específicos de celeridad y entrenamiento para las tropas desplegadas en Iraq. Esas restricciones habrían tornado inviable el plan de aumento de soldados de Bush.
El proyecto al que se adjuntará la enmienda es el pedido de Bush de casi 100.000 millones de dólares para continuar financiando operaciones militares en Iraq y Afganistán hacia fines del año fiscal 2007, el próximo 30 de septiembre.
Como los más de 60.000 millones de dólares ya asignados para 2007 se están agotando con rapidez —los costos relacionados con la guerra en ambos países son de unos 12.000 millones de dólares mensuales—, en el calendario legislativo se dio una alta prioridad al proyecto complementario.
Pelosi dijo esperar que eso desatascara las tareas del Comité de Asignaciones la semana próxima, para que el plenario de la cámara pudiera votar a fines de mes.
En realidad, la enmienda suma 4.000 millones de dólares al pedido original de Bush, incluidos 1.000 millones para operaciones en Afganistán, donde tanto el Poder Legislativo como el Ejecutivo parecen cada vez más preocupados por un resurgimiento del movimiento islamista Talibán, que dominó el país entre 1996 y 2001.
La enmienda también intenta incorporar algunas de las recomendaciones clave del Grupo de Estudio sobre Iraq.
Esa organización, que presentó su informe a comienzos de diciembre, había llamado a todas las fuerzas de combate a ser retiradas de Iraq para el 31 de marzo de 2008. La enmienda demócrata postergó ese plazo por otros seis meses.
El Grupo de Estudio sobre Iraq también había exigido a Washington reducir su asistencia a Iraq si el gobierno de Maliki no demostraba estar avanzando realmente hacia la reconciliación nacional.
La propuesta demócrata incluyó entre los avances previsibles la promulgación de leyes que aseguren una equitativa distribución regional de las ganancias petroleras de Iraq y la adopción de enmiendas a la Constitución diseñadas para dar voz a la población sunita, la mayoría de cuyos partidos boicotearon las elecciones para la asamblea constituyente del país.
Si Bush no puede certificar que esos avances se están concretando para el 1 de julio de este año, y nuevamente para el 1 de octubre, debe retirar todas las fuerzas de combate de Estados Unidos en los siguientes seis meses.
La enmienda también prohíbe explícitamente el establecimiento de bases permanentes de Estados Unidos en Iraq, otra recomendación del Grupo de Estudio sobre Iraq.
Además, prohíbe "la iniciación de acciones militares de ataque contra Irán, excepto cuando esas operaciones sean autorizadas" por el Congreso.
Y también impone, como propuso Murtha, varios requisitos relativos a la prontitud, entrenamiento y rotación de las fuerzas estadounidenses desplegadas en Iraq, pero permite a Bush renunciar a ellas en ciertas circunstancias.
La enmienda desilusionó a algunos activistas contra la guerra que se alinearon detrás del calendario de retirada del Grupo de Estudio sobre Iraq o incluso un periodo más breve, aparejado con un intensificado proceso de negociaciones, tanto dentro del país ocupado como entre sus vecinos, lo que también fue pedido por el Grupo.
"El Congreso no logró darse cuenta del mensaje del informe" del Grupo "de que solamente un proceso político solucionará el problema", dijo Joe Volk, director del Comité de Amigos de la Legislación Nacional.
"Uno no puede seguir votando miles de millones de dólares en fondos adicionales para la misma política fallida cuando sabe que esta fracasó", opinó. ***** +Iraq sin aliento – Cobertura especial de IPS Noticias (https://www.ipsnoticias.net/iraq/index.asp) +Bush, dos platos – Cobertura especial de IPS Noticias (https://www.ipsnoticias.net/_focus/bush/index.asp) (FIN/IPS/traen-js-mj/jl/ks/na mm ip ik sp/07)