La maestra Merline Momo Azeufac, de la occidental aldea camerunesa de Balefock, ya no tiene miedo de corregir los trabajos de sus alumnos al anochecer.
Las lámparas de queroseno pasaron a la historia para ella.
"Siempre tenía los ojos irritados y dolor de cabeza por el humo. Tenía que corregir unos 100 cuadernos con poca luz. Pero desde que tenemos energía solar, eso ya no es un problema", relató a IPS
A fines de 2006, ese poblado recibió cuatro paneles de energía solar por intermedio de la no gubernamental Fundación de Empresarios Rurales, con sede en Yaoundé, la capital camerunesa.
Esa organización respondió a una solicitud de la Asociación de Padres de la escuela pública de Balefock.
La llegada de los paneles puso a esa aldea en sintonía con la tendencia a usar fuentes de energía alternativas, muy en boga en Camerún, frente a las dificultades para conectar todos los hogares a la red del tendido eléctrico.
"Es muy caro y para nada práctico dar electricidad a las viviendas alejadas y dispersas", dijo a IPS el ingeniero Jacques Kamche, del Ministerio de Agua y Energía.
"Se buscan nuevas opciones para que la población rural pueda cocinar, tener luz, sacar agua e iluminar consultorios utilizando fuentes de energía independientes como la solar", explicó.
De los 30.000 poblados del país, sólo 20.000 están conectados al tendido eléctrico de AES-SONEL, el único proveedor en todo el país. Esa empresa es la sucesora de la estatal Compañía Nacional de Electricidad (SONEL, por sus siglas en francés) que fuera privatizada en 2001 tras ser adquirida por la estadounidense AES.
La mayoría de los residentes de las áreas rurales, 60 por ciento de los 17 millones que viven en esta nación de África central, utilizan lámparas de queroseno, según un estudio elaborado el año pasado por el Ministerio de Agua y Energía.
El proyecto de electrificación de la Fundación de Empresarios Rurales cuenta con una financiación de 150.000 dólares del Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas, bajo los auspicios del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por sus siglas en inglés).
El GEF, administrado por el Banco Mundial, fue creado en 1991 como mecanismo para proveer fondos a planees de protección ambiental.
"El proyecto se propone instalar sistemas de energía solar en poblados de montaña con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de sus habitantes, pero también de reducir la degradación del suelo y la contaminación", dijo a IPS George Akonteh, coordinador de la Fundación.
La energía solar es costosa. "En nuestro país se necesitan entre 500 y 1.000 dólares para equipar una vivienda y la mayoría no tiene dinero", dijo a IPS el economista capitalino Yves Ngouala.
Pero eso no impidió que la no gubernamental Asociación de Apoyo y Asistencia a Mujeres (Asafe), con sede en Douala, enviara a cuatro mujeres a India para un curso de capacitación de seis meses en tecnología vinculada con la energía solar.
Estas fueron instruidas en el Barefoot College, una organización fundada en 1972 para capacitar a poblaciones rurales en distintas áreas, y que ha logrado establecerse en todo el país.
"Ellas regresarán a electrificar 100 viviendas en sus respectivos poblados, donde sus habitantes utilizan queroseno y madera para cocinar", indicó Gisèle Ytamben, presidenta de Asafe.
Proyectos similares están previstos para Bolivia, Gambia, Malawi, Paraguay y Sudáfrica, según esa organización.
Los habitantes de esos poblados gastan entre tres y cuatro dólares mensuales en queroseno, añadió Ytamben.
En el futuro, se gastará casi la misma cantidad en los salarios de quienes estén a cargo del proyecto y se encarguen de reemplazar componentes defectuosos y las baterías del sistema solar cada cinco años..
"Nuestros hijos podrán estudiar más tiempo, se reducirá el éxodo rural y mejorarán los costos de la atención médica gracias a la electrificación", indicó Victorine Nitcheu, residente de Yaoundé, originario de la occidental comunidad de Batcheu y beneficiario de proyecto Asafe.
También "se iniciarán proyectos agrícolas con el nuevo sistema de iluminación", añadió.
La electricidad solar brindará energía a una fábrica de procesamiento de aceite de palmera en Batcheu y un centro para ahumar pescado de la isla de Manoka, cerca de Douala, otro sitio beneficiado por el proyecto.
Los costos de la instalación de energía solar se reducirán si las autoridades eliminan las cargas impositivas de los paneles. Pero el gobierno también debe involucrarse en iniciativas propias, concluyó.