Miles de venezolanos se inscriben desde el lunes, a través de sus agencias bancarias, para comprar algunos de los 5.000 millones de dólares en bonos lanzados al mercado por el gigante estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa).
"Dicen los gerentes del banco que es un tiro al piso, y voy a recoger ahorros para comprar unos 5.000 dólares", dijo a IPS Antonio Suárez, empleado bancario. "Más adelante, cuando el dólar se ponga muy caro, podré vender esos papeles", agregó.
En Venezuela "se ha creado un espacio de 300.000 ahorristas que comienzan a tener una cultura del mercado de capitales y de bonos", se ufanó el ministro de Finanzas, Rodrigo Cabezas. Además, "colaboran en el empeño de Pdvsa de elevar su producción actual de 3,3 millones a seis millones de barriles diarios para el 2012", aseveró.
El economista José Guerra, un ex gerente del emisor Banco Central, observó a IPS que "el Estado venezolano, a pesar de su retórica socialista y nacionalista, con estas emisiones les dice a los ciudadanos que ahorren en dólares, no en bolívares".
Los nuevos papeles siguen el éxito de los Bonos del Sur, lanzados paritariamente por Argentina y Venezuela en noviembre de 2006, por valor de 1.000 millones de dólares, y en febrero por 1.500 millones. Ambas emisiones se agotaron ante una demanda que, si hubiese sido satisfecha, habría colocado títulos por 12.000 millones de dólares.
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El gobierno presentó esa demanda como prueba de sus políticas exitosas y reflejo del crecimiento económico sostenido en 12 trimestres consecutivos, y que fue 10,3 por ciento en 2006, con previsiones de crecer entre cinco y siete por ciento en 2007.
En la acera opositora, analistas como Teodoro Petkoff, ministro de Planificación en la presidencia de Rafael Caldera (1994-1999), que precedió a la de Chávez, advirtió que "el gobierno ve salud donde hay enfermedad, porque esa demanda de papeles en dólares muestra las dificultades del sector productivo para hacerse con divisas".
En Venezuela rige un control de cambio que obliga a empresarios y viajeros a solicitar divisas ante una oficina gubernamental para sus operaciones en el exterior, y tanto industriales como comerciantes aseguran que esa traba es causa principalísima de la escasez de algunos alimentos y otros bienes registrada en los últimos meses.
Mientras hay déficit de oferta en bienes que van desde leche en polvo hasta automóviles, el país está inundado de dinero producto de la inyección, sobre todo por vía del gasto público, de miles de millones de dólares de la renta petrolera.
La liquidez monetaria se cifró a comienzos de marzo en 117,7 billones de bolívares, equivalentes a unos 55.000 millones de dólares, casi 40 por ciento del producto bruto interno anual, y cuatro veces mayor que tres años atrás.
La presión de ese dinero sobre el consumo amenaza con dinamitar el objetivo gubernamental de contener la inflación a menos de 14 por ciento anual (oficialmente fue de 15 por ciento en 2006), y ahonda la brecha entre la paridad oficial de 2.150 bolívares por dólar y la cotización en el mercado paralelo, que ha llegado a ser más del doble.
Los bonos tienen el propósito de achicar la liquidez (podría recogerse hasta 10 por ciento) y a la vez hacerse con recursos para Pdvsa, cuyos planes de producción contemplan inversiones de 60.000 millones de dólares hasta 2012, según dijo el ministro de Energía, Rafael Ramírez.
Los inversionistas internacionales también podrán comprar los títulos de Pdvsa, junto con ahorristas venezolanos que puedan adquirir desde 1.000 dólares, pagaderos en bolívares a la tasa oficial.
"Creo que se van a colocar todos los bonos", dijo Rufino González, director de la casa de bolsa Fidevalores. "Con esta válvula de escape el gobierno deja a todo el mundo contento, porque alivia el mercado paralelo de divisas y Pdvsa, después de muchos años (emitió 1.200 millones de dólares en bonos en 1997) regresa al mercado internacional".
El monto que Pdvsa recolectará con esta emisión de bonos es semejante a los 4.980 millones de dólares con los que el año pasado financió programas sociales del gobierno.
Los bonos se venden a 105,5 por ciento de su valor facial y en paquetes que obligan a comprar 40 por ciento en títulos que vencen en 2017, 40 por ciento en 2027 y 10 por ciento en 2037. Economistas y agentes bursátiles estiman que, ponderando esas cargas y descuentos, permiten comprar dólares por un precio de entre 2.900 y 3.000 bolívares.
El dólar paralelo pasó de picos de 4.500 y 4.600 bolívares hace un mes a 3.900-4.000 bolívares al anunciarse la emisión de los bonos Pdvsa, y cayó a 3.650 bolívares en el primer día de inscripciones para comprar los nuevos papeles.
"Pero Pdvsa recibirá una gran cantidad de bolívares, que deberá gastar y, cuando ese dinero se inyecte a la economía, dentro de unos meses, crecerá de nuevo la liquidez en poder del público y volverá la presión sobre el dólar", advirtió Guerra.
Aún antes, los tenedores de bonos se beneficiarán de la diferencia entre el dólar oficial y el paralelo, en tanto industriales y comerciantes podrán usarlos para obviar limitaciones en la obtención de divisas del Estado.
Gente como Antonio Suárez preparó una breve lista de familiares que pueden comprar bonos, a sabiendas de que los pequeños solicitantes serán atendidos primero. "¿Qué quieres? Con este capitalismo popular a lo mejor comienza el socialismo que quiere el presidente" Hugo Chávez., dijo bromeando con el periodista.