Científicos alemanes calificaron de «engañoso» el nuevo compromiso de la Unión Europea (UE) de reducir 20 por ciento para 2020 sus «gases invernadero», causantes del recalentamiento planetario, respecto de los niveles de 1990.
El anuncio hecho la semana pasada en la cumbre de la UE fue calificado de un hito en las políticas ambientales mundiales. Pero algunos expertos señalan que las cifras no son tan buenas como suenan.
"Sólo la clausura de gran parte de la industria en los países de Europa oriental, que son nuevos miembros de la UE, reduciría considerablemente las emisiones de dióxido de carbono", dijo a IPS el científico Hans- Joachim Luhmann, investigador del alemán Instituto Wuppertal para el Clima, el Ambiente y la Energía.
"Para la UE como un todo, estas reducciones representarían 15 por ciento menos de dióxido de carbono en 2012 respecto de los niveles de 1990. Esto significa que, en los hechos, el bloque aceptó reducir sus emisiones apenas cinco por ciento. Ese objetivo no es nada ambicioso. El acuerdo es engañoso", añadió.
Las emisiones por actividades humanas de gases como el dióxido de carbono, el metano y el óxido nitroso son consideradas las responsables del recalentamiento planetario y las consecuentes transformaciones generales del clima.
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Durante la cumbre de la UE, celebrada en Bruselas el 8 y el 9 de este mes, los jefes de Estado y de gobierno europeos también acordaron reducir el consumo de energía 20 por ciento para 2020.
Los líderes del bloque además decidieron aumentar 10 por ciento el uso de biocombustibles en el transporte dentro de los 27 países del grupo.
Los proyectos hidroeléctricos y de energías renovables como la eólica y la solar se incrementarán también 20 por ciento para 2020.
Pero, ante la oposición de las naciones de Europa oriental, que aseguran no podrían abandonar tan pronto fuentes de energía como el carbón, se acordó el establecimiento de "objetivos nacionales diferenciados", considerando la actual situación de cada país.
Sin embargo, científicos señalan que esta diferenciación es un error.
Las fuentes de energía renovables pueden darle aun mayor impulso económico a los países del antiguo bloque soviético ahora miembros de la UE, dijo a IPS la directora del Departamento de Energía, Transporte y Ambiente del Instituto Alemán para la Investigación Económica, Claudia Kemfert.
En Alemania, las energías renovables crearon 214.000 puestos de trabajo hasta ahora, y para 2020 se espera que el número se incremente a 330.000, afirmó Kemfert.
A los líderes europeos también se los criticó por no considerar una reducción drástica de las emisiones en el crucial sector del transporte, la segunda fuente de dióxido de carbono en Europa, y que representa una quinta parte de todas las liberaciones de gases invernadero en el oeste del bloque.
El informe de 2006 de la UE sobre emisiones de gases invernadero indica que el transporte es el único sector donde las liberaciones se incrementaron desde 1990. Las emisiones totales se redujeron cinco por ciento a partir de ese año, pero las del transporte crecieron 26 por ciento.
El estudio también alerta que sin nuevas medidas ambientales, las emisiones del transporte se incrementarán 35 por ciento para 2010.
El europarlamentario verde Daniel Cohn-Bendit instó a los gobernantes de la UE a "informarle a la población que los vuelos y los automóviles contribuyen en forma sustancial al recalentamiento planetario".
Pero la industria automotriz, especialmente la de Alemania, se opone a compromisos a corto plazo, y rechazó una propuesta hecha en febrero por el comisario de Ambiente de la UE, Stavros Dimas, para establecer metas de reducción de emisiones de dióxido de carbono a los nuevos automóviles de aquí a 2012.
Dimas propuso disminuir la liberación de dióxido de carbono a 120 gramos por kilómetro, mientras que el gobierno alemán sugirió un límite de 130 gramos como promedio. Actualmente, los automóviles más nuevos en Alemania emiten un promedio de 172 gramos por kilómetro, aunque otros más de 300 gramos.
"Hay muchas áreas en las que gastamos energía sin sentido y ponemos una pesada carga sobre el clima", dijo Dimas al periódico alemán Bild am Sonntag.
"Una medida simple en Alemania podría ser adoptar un limite general de velocidad en las autopistas. Los límites de velocidad tienen mucho que ver, y son completamente normales en la mayoría de los estados de la UE. Sólo en Alemania, extrañamente, son polémicos", señaló.
Kurt Beck, líder del gobernante Partido Social Demócrata alemán, señaló que los limites de velocidad eran "política simbólica".
"El hecho de que los automóviles alemanes sean tan poderosos es parte de las ventajas competitivas de nuestra economía. Ambas cosas (las emisiones de dióxido de carbono y los motores poderosos de alto consumo) están relacionadas", dijo en una entrevista televisiva.
Un estudio del Buró Federal Alemán para el Ambiente concluyó que, ordenando un límite de velocidad de 120 kilómetros por hora en las autopistas, se reducirían las emisiones de gases invernadero en esas rutas hasta nueve por ciento.