Dos millones de los 22 millones de habitantes de Rumania portan alguna forma de hepatitis, lo que constituye una de las prevalencias más elevadas de Europa.
Entre seis y ocho por ciento padecen hepatitis B y, entre ocho y 12 por ciento, la variedad C. La hepatitis es la principal causa de hospitalización en este país.
La hepatitis es una enfermedad del hígado causada por distintos virus. La variedad C es más agresiva que la B y suele transmitirse a través de transfusión sanguínea. La B también puede contraerse de esa vía, pero es más común el contagio por contacto sexual.
Buena parte de los portadores rumanos de hepatitis se infectaron en los años 80 a causa de las malas condiciones de higiene en hospitales y policlínicas y a prácticas negligentes, como el uso de jeringas no esterilizadas y la transfusión de sangre no analizada, según expertos.
"El personal médico es responsable de las infecciones de HBV (virus de la hepatitis B), pues solía usar la misma aguja para dar inyecciones a docenas de personas", dijo a la prensa el médico Mihai Voiculescu, especialista en enfermedades infecciosas.
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El virus de la hepatitis C fue identificado en 1990. El HBV se conoce desde 1965.
Las autoridades introdujeron el análisis obligatorio y las campañas de vacunación en los años 90, con la intención de reducir el riesgo de infección en portadores de VIH, el virus causante del sida, cuya condición se agrava seriamente en caso de contraer hepatitis.
Pero los exámenes y las vacunas son caras, y el sistema nacional de salud no cubre los gastos de toda la población.
El Ministerio de Salud todavía no lanzó una campaña para informar al público cuán expandidas están estas infecciones.
Se calcula que 1,5 millones de rumanos son portadores de alguna cepa de la hepatitis sin saberlo. En muchos casos, estos virus pueden infectar el organismo sin que se desarrolle la enfermedad en su fase aguda. Por eso, un portador puede transmitir el virus sin saberlo.
Por otra parte, muchos portadores conscientes de su condición conocen poco sobre la enfermedad.
"Temo que me sometan a una biopsia para analizar mi hígado", dijo Cristina, de 32 años, frente a un consultorio médico del Hospital Matei Bals para Enfermedades Infecciosas, en Bucarest.
"¿Quién sabe qué descubriré? Me siento bien… Trato de no preocuparme", agregó.
Las personas con hepatitis crónica sólo comienzan a sentirse enfermas en una etapa en la que puede ser demasiado tarde para curarse. Una biopsia a tiempo es un paso esencial en el tratamiento.
Un informe presentado en la Conferencia Nacional de Enfermedades Hepáticas, realizada en septiembre pasado en Bucarest, detalla el efecto de los virus de la hepatitis. Entre cinco y seis por ciento de los casos de infección con las cepas B o C se vuelven crónicos.
Aproximadamente 20 por ciento de esos pacientes desarrollan cirrosis. Un quinto de las cirrosis se transforman en cáncer de hígado.
El sistema nacional de salud tiene recursos para tratar a apenas de seis a ocho por ciento de los infectados, dijo a IPS el médicor Adrian Abagiu, del Hospital Matei Bals.
Solamente los casos más serios reciben el tratamiento necesario, una combinación de estimulantes del sistema inmunológico y sustancias que limitan la reproducción del virus.
Para obtener atención subsidiada por el Estado, los pacientes deben tener un hígado muy enfermo y una fuerte infección en la sangre. Al resto se les pide que continúen con su vida como si estuvieran sanos.
"Pero los casos serios tienen las menores posibilidades de ser curados. Los jóvenes son quienes tienen más probabilidades de éxito. Pero casi nunca cumplen con las condiciones" para recibir el tratamiento subsidiado, señaló Abagiu.
El tratamiento puede costar miles de dólares, en un país donde el salario mensual promedio es inferior a 460 dólares.
"Me dijeron que continuara con mi vida como si no ocurriera nada. Pero no es así. Tengo miedo de enfermar a otras personas, y me siento incómodo de hablar sobre eso con mis compañeras sexuales. Ojala hubiera más información", escribió un participante en un foro de pacientes en Internet.
Según la Organización Mundial de la Salud, Rumania tiene la mayor cantidad de muertes por hepatitis en Europa. Veintiséis de cada 100 pacientes con hepatitis crónica fallecen por esa causa.
El estudio estimó más barato implementar campañas de vacunación y brindar tratamiento antiviral a todos los infectados que tratar a los pacientes solamente cuando su condición se agrava. ***** +Salud al día – Cobertura especial de IPS Noticias (https://www.ipsnoticias.net/_focus/salud/index.asp) (FIN/IPS/traen-js-mj/cc/ss/eu he/07)