El recorte de los fondos que el Programa Mundial de Alimentos (PMA) destina a Camboya agrava la desesperación que sufren las 740.000 personas que reciben su ayuda, entre niños, portadores del virus del sida y tuberculosos.
Las señales de la crisis alimentaria en este país, uno de los más pobres de Asia sudoriental, surgieron en octubre, cuando los fondos de donantes internacionales comenzaron a agotarse, dijo el director del PMA para Camboya, Thomas Keusters.
Desde entonces "debimos reducir nuestra asistencia a las escuelas, y ahora suspendimos proyectos clave hasta que mejore la situación de los recursos", explicó el funcionario.
Además de atender a 650.000 niños, el PMA, una agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), entregaba a través de sus 1.800 puestos de distribución en Camboya alimentos 70.000 adultos afectados por el virus del sida y a 18.000 enfermos de tuberculosis.
Pero los gestores de la iniciativa tenía la aspiración de lograr un mayor alcance en comunidades rurales azotadas por la pobreza.
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"Fuimos forzados a suspender estos proyectos", declaró Keusters a IPS desde Phnom Penh.
El PMA esperaba recibir fondos frescos para su programa camboyano a fines de enero: unos 10 millones de dólares para adquirir 18.000 toneladas de alimentos para distribuir hasta mediados de este año. Los donantes tradicionales son Australia y Japón.
A las organizaciones no gubernamentales que trabajan con el PMA para asistir a los camboyanos que viven con VIH (virus de inmunodeficiencia humana, causante del sida) les preocupan las consecuencias de la falta de alimentos.
Camboya es uno de los tres países de Asia sudoriental con mayor incidencia de VIH/sida, junto con Birmania y Tailandia.
Según el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH Sida (Onusida), la prevalencia del sida en camboyanos de entre 15 y 49 años promedia 1,6 por ciento (entre 0,9 y 2,6 por ciento en las diversas franjas de edades).
La entrega de asistencia alimentaria a los camboyanos pobres que viven con VIH o con el bacilo de Koch, causante de la tuberculosis, abrió un vínculo entre quienes necesitan medicación y los puntos de distribución de alimentos.
"Los enfermos necesitan comida antes de tomar medicinas. Uno no puede ingerir medicación si tiene el estómago vacío. Se debe mantener un equilibrio", dijo en una entrevista Haidy Ear-Dupuy, directora de la oficina de Phnom Penh de World Vision, una agencia humanitaria cristiana.
"Las personas con VIH y tuberculosis serán las más perjudicadas por estos recortes", aseguró.
World Vision, que trabaja en cinco provincias de predominio rural, garantizó a cada jefe de familia con VIH un suministro regular de asistencia alimentaria que incluía 15 kilogramos de arroz al mes, aceite para cocinar, azúcar y sal.
"También los ayudamos a obtener su medicación y ofrecemos asesoramiento psicológico", añadió Ear-Dupuy.
"La nutrición es una parte esencial del paquete de atención a las personas que reciben tratamiento para el VIH y la tuberculosis", dijo Peter Piot, director de Onusida. "Los recortes ponen en peligro la efectividad de estas intervenciones críticas."
Las dificultades que enfrentan los pobres de Camboya plantean agudas preguntas en lo relativo al alivio, a propósito de la desigual distribución del crecimiento económico en un país que lucha por recuperarse tras dos décadas de una brutal guerra civil y de la destrucción causada durante la Guerra de Vietnam (1964-1975).
La paz se restableció a comienzos de la década del 90, pero llevó muchos más años que todo el país se beneficiara del fin de la violencia.
A fines del año pasado, por ejemplo, el gobierno del primer ministro Hun Sen anunció planes para gastar 20 millones de dólares en mejorar la infraestructura en Siem Reap para estimular las ganancias derivadas del turismo.
Ese pueblo, en Camboya occidental, estuvo marcado por el crecimiento, incluyendo un aumento en la cantidad de hoteles, debido a su proximidad con los famosos templos de Angkor Vat.
Funcionarios camboyanos esperan que el turismo genere 360.000 puestos de trabajo y 2.300 millones de dólares en ganancias para 2010, informó el periódico Phnom Penh Post en un informe publicado en diciembre, según el cual el país aspira a recibir a cuatro millones anuales de turistas para 2015.
Pero más allá de Siem Reap, Sihanoukville y Phnom Penh, los principales centros turísticos desde donde el país parece recuperarse a un ritmo sostenido, existen vastas áreas en las provincias donde la pobreza abunda.
"Los beneficios del crecimiento no llegaron a las áreas rurales. Camboya tiene niveles muy elevados de pobreza y de inseguridad alimentaria", dijo Keusters.
El Instituto Internacional de Investigación Sobre Políticas Alimentarias (IFPRI) recordó al gobierno de Hun Sen cuán crítica era la situación en 2006, cuando esa organización de expertos con sede en Estados Unidos ubicó a Camboya entre los 12 puntos de mayor hambre del mundo en su Índice Global del Hambre. Los otros 11 países pertenecían a África subsahariana.
El IFPRI usó tres indicadores para elaborar el índice: desnutrición infantil, mortalidad infantil y "estimaciones sobre las personas que tienen deficiencias calóricas". Entonces sostuvo que los países más afectados compartían una historia en común: habían sido "afectados por guerras civiles o conflictos violentos".
Casi 35 por ciento de los 11,5 millones de habitantes de Camboya viven debajo de la línea de pobreza, y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) lo ubicó en el puesto número 129 de 177 países en su anual Informe de Desarrollo Humano.
La esperanza de vida en el país es de 56 años, una de las más bajas de la región, señala el Informe. ***** +Emergencia sida – Cobertura especial de IPS Noticias (https://www.ipsnoticias.net/_focus/sida/index.asp) +CORRUPCIÓN-CAMBOYA: Banco Mundial congela fondos (https://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=37731) +Programa Mundial de Alimentos, en inglés (http://www.wfp.org) (FIN/IPS/traen-js-mj/mmm-rdr/ap sd md he dv/07)