A comienzos de este mes, una misión de la Unesco visitará el centro histórico de la ciudad chilena de Valparaíso para examinar con las autoridades locales los planes de restauración de la zona que se incendió el 3 de este mes. Un patrimonio en peligro.
El casco histórico del municipio de Valparaíso fue declarado en 2003 Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), por "ser un testimonio excepcional de la temprana fase de globalización en el siglo XIX", cuando llegó a ser el principal puerto mercante de la costa sudamericana sobre el océano Pacífico.
El municipio de Valparaíso se ubica en la provincia y región homónima, a 120 kilómetros al oeste de Santiago.
Pero el 3 de este mes, parte importante del también llamado Barrio Puerto quedó transformado en cenizas. Una explosión en la calle Serrano, causada por una fuga de gas natural, derivó en un enorme incendio que dejó a cuatro personas muertas, decenas de familias damnificadas y más de 80 pequeñas empresas afectadas.
Aunque las causas de la fuga del combustible están siendo investigadas por el fiscal del Ministerio Público, Pablo Gómez, todos los ojos están puestos en la firma distribuidora, GasValpo, perteneciente a Australian Gas Light (AGL), empresa que a su vez culpa a la instalación eléctrica provista por Chilquinta, de capitales estadounidenses.
Un catastro preliminar elaborado por la Oficina de Gestión Patrimonial (OGP) del municipio de Valparaíso, dado a conocer el día 8, reveló que 31 edificios resultaron afectados: cuatro quedaron en ruinas y el resto sufrió daños de diversa consideración, entre ellos el Palacio Subercaseaux, una hermosa construcción de ladrillo y madera levantada en 1895 y que sobrevivió al terremoto de 1905.
El ministro del Interior, Belisario Velasco, anunció una inversión de más de 1.000 millones de pesos (más de dos millones de dólares) para financiar subsidios habitacionales, apoyar a los comerciantes que perdieron sus negocios y reconstruir la calle Serrano.
En tanto, el alcalde de Valparaíso, Aldo Cornejo, informó que el municipio está estudiando la posibilidad de comprar los edificios siniestrados para asegurar su conservación.
Aunque la representante de Unesco en el país, Rosa Blanco, ya visitó la zona afectada junto al encargado del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Koldo Echebarría, también está previsto la llegada a Chile entre el 9 y el 19 de marzo de una misión del Centro de Patrimonio Mundial, liderada por su director, Francesco Banderín, dijeron a IPS portavoces de la agencia de la ONU.
Además de inspeccionar la zona afectada por el accidente y evaluar los daños ocasionados, Banderín participará en una reunión de seguimiento del Informe Periódico de Patrimonio Mundial de América Latina y el Caribe.
A pesar de que Blanco advirtió que "esta tragedia en ningún caso pone en peligro o entredicho la permanencia de Valparaíso en la Lista del Patrimonio Mundial", portavoces de la Unesco aclararon a IPS que "es necesario esperar el resultado del informe de diagnóstico de los daños ocasionados por el accidente", que debe ser elaborado por el gubernamental Consejo Nacional de Monumentos.
El documentó será entregado "al Centro del Patrimonio Mundial y presentado en la próxima sesión del Comité del Patrimonio Mundial, donde se evaluarán las inscripciones en la lista de patrimonio en peligro".
Desde 2005, las salitreras de Humberstone y Santa Laura, ubicadas en la primera región de Chile, 1.800 kilómetros al norte de Santiago, están en ese listado.
El tema más recurrente después de la tragedia es el actual estado del casco histórico de Valparaíso y el papel que ha jugado el gobierno en esta materia. Se plantea, por ejemplo, que todavía no existe un plan director, es decir, la estrategia a seguir para resguardar la zona.
La directora de la OGP, Paulina Kaplán, recalcó a IPS que la destrucción de la zona fue producto de un lamentable accidente, pero que no deja de ser una "voz de alerta" sobre la situación de estas construcciones, especialmente las que están en manos de privados.
Kaplán aseguró que la municipalidad ha trabajado arduamente en la materia desde que en 2004 asumió el actual alcalde Cornejo, quien ha debido lidiar con una millonaria deuda dejada por la administración anterior.
Hace un año, el jefe comunal creó la OGP, organismo que ya ha entregado subsidios a privados para la rehabilitación patrimonial y fondos de concursos para la recuperación de espacios públicos.
La arquitecta Kaplán informó que la confección del mentado plan director fue licitado en diciembre y que el resultado se conocerá precisamente en marzo.
El plan director permitirá, entre otras cosas, homologar las distintas normativas involucradas en la conservación patrimonial, que muchas veces dificultan la rápida ejecución de los proyectos.
Esta iniciativa es parte del completo Programa de Recuperación y Desarrollo Urbano de Valparaíso (2006-2010), denominado Valpo Mío, que es financiado con un préstamo de 25 millones de dólares del BID y un aporte fiscal de 48 millones de dólares.
Valpo Mío es ejecutado por diversas entidades públicas, entre ellas la Subsecretaría de Desarrollo Regional y la Municipalidad de Valparaíso, y tiene cuatro ejes: recuperación urbana, desarrollo económico y sociocultural, desarrollo de la institucionalidad de la municipalidad y comunicación y participación de la población.
Kaplán indicó que en éste y otros programas estaba considerada la recuperación de la calle Serrano, incluso ya se había hecho un catastro de las precarias instalaciones eléctricas de los inmuebles, pero la tragedia obligó a las autoridades a "acelerar los trabajos".
"Después de la nominación de Valparaíso en 2003, comenzó una nueva fase, de gestión del patrimonio", la cual no se hace de un día para otro, comentó la directora de la OGP.
"Nuestra misión es revitalizar el centro histórico de la ciudad, pero esto no sólo significa conservar los inmuebles sino que también transformar el patrimonio en una herramienta de trabajo para los habitantes de Valparaíso. Queremos que sea un motor de desarrollo para la ciudad", explicó Kaplán.
Pero involucrar a la población en la preservación de la ciudad es más difícil que convertirla en un museo, advirtió.