El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, afronta la oposición de una gran red de organizaciones no gubernamentales internacionales, enfurecidas por los planes de reformar el Departamento de Asuntos de Desarme del foro mundial.
El hecho coincide con el reconocimiento del nuevo secretario general de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) del papel positivo desempeñado por la sociedad civil en el proceso de paz de África.
La coalición de 12 organizaciones pidió a los países integrantes de la ONU ayuda para bloquear la controvertida propuesta de reestructura. Si se elimina el Departamento y se lo divide en dos oficinas, como planea Ban, se le restaría la comunidad internacional capacidad de incidencia.
"Un Departamento de Asuntos de Desarme degradado carecería de flexibilidad, mandato y recursos para desempeñar un papel significativo en asuntos relevantes vinculados a la agenda del control de armas", indicó la coalición en una carta enviada el miércoles a los representantes de los 192 países de la ONU.
La coalición incluye al Comité de Abogados sobre Política Nuclear, La Liga Internacional de Mujeres por Paz y Libertad, Llamado de La Haya por la Paz, Acción Global para Evitar la Guerra, Foro Global Político, Red Internacional de Acción de Armas Pequeñas y el Comité sobre Desarme, Paz y Seguridad.
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Los integrantes de la coalición, la mayoría de ellos organizaciones con sede en Nueva York, se dedican a asuntos vinculados con el desarme y la seguridad.
Ban presentó formalmente a la Asamblea General, en una reunión a puertas cerradas realizada el lunes, su propuesta para cambiar el estatus de ese Departamento por una Oficina de Asuntos de Desarme.
Su intención, dijo, es que la oficina tenga "línea directa conmigo para garantizar un intercambio más fluido".
También propuso que la nueva dependencia quede a cargo de un representante especial del secretario general o un alto representante. Pero no aclaró su categoría, lo que suscitó especulaciones acerca de la posibilidad de que el departamento en cuestión sea degradado.
El actual Departamento de Asuntos de Desarme está dirigido por un subsecretario general, el tercer rango de la Secretaría debajo del de secretario general y vicesecretario general.
La nueva oficina podría quedar a cargo de un secretario general adjunto, en la cuarta línea del escalafón de la Secretaría General.
Cuando se le preguntó al director ejecutivo del Comité de Abogados sobre Política Nuclear, John Burroughs, si Estados Unidos estaba detrás de la degradación de ese departamento, dijo desconocer el asunto.
Pero indicó que la propuesta de Ban recuerda la exitosa campaña del senador Jesse Helms y otros conservadores del Congreso legislativo de Estados Unidos de la década de los 90 tendente a desmantelar la Agencia de Desarme y Control de Armas.
"Eso sienta las bases de las posturas retrógradas de este país acerca del desarme en aquella década", señaló Burroughs.
"Debe reconocerse el declive de la influencia de los neoconservadores, contrarios a un enfoque multilateral, en Estados Unidos. La ONU no debe copiar su agenda", añadió.
La semana pasada, el Movimiento de Países No Alineados (Noal), de 117 miembros, expresó sus dudas respecto de la propuesta de bajar de categoría al Departamento de Asuntos Desarme.
Naciones occidentales y del Norte industrial, como Austria, Irlanda, Nueva Zelanda, Noruega y Suecia, siguieron ese camino.
En su carta, la coalición señaló a los 192 miembros de la ONU que se trata de un departamento independiente que, de alguna forma, está protegido de las intensas presiones políticas que suscitan los asuntos de desarme y de no proliferación.
"Si el Departamento de Asuntos de Desarme queda estrechamente vinculado al secretario general, es inevitable que las presiones políticas de todos lados obstaculicen la concreción de sus objetivos", señaló la coalición.
Además, el mismo secretario general puede resultar afectado si no logra cumplir con las mayores expectativas.
El secretario general puede encontrar otras formas de intervenir en forma estratégica en asuntos importantes donde su influencia puede marcar la diferencia, añadió.
En otra misiva enviada a todas las delegaciones, el presidente del Instituto de Seguridad Global, Jonathan Granoff, señaló que la degradación del responsable para Asuntos de Desarme, sin importar el nombre del cargo, lo coloca una posición inferior a la de muchos de los funcionarios con los que debe trabajar.
Eso incluye al representante de la ONU que se desempeña en la Conferencia sobre Desarme en Ginebra, a los directores de la Agencia Internacional de Energía Atómica y los órganos de contralor de la Convención de Armas Químicas y el Tratado de Prohibición Completa de Ensayos Nucleares.
"Todos esos funcionarios tienen un rango de subsecretario general. No queda claro cómo va a ejercer su autoridad cuando la persona designada tendrá un cargo inferior al de esas personas", indicó Granoff.
Supeditar la Oficina de Desarme al secretario general dejaría expuestos esos asuntos a presiones políticas de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad (China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia) y también de otros como el Noal, indicó Burroughs.
También consideró que el secretario general correría el riesgo de no poder cumplir con las mayores expectativas.
"Es mejor tener un Departamento de Asuntos de Desarme independiente, de alguna forma protegido de esas presiones, y que el secretario general intervenga de forma oportuna cuando pueda marca la diferencia", apuntó.
Burroughs consideró que la misión de ese Departamento es demasiado importante como para ser sometida a jugadas políticas con su reestructura.
Los estados miembro deben trabajar junto con el secretario general, ya que los invitó, para poder preservar el estatus independiente de ese departamento.
Además Burroughs señaló que el Noal debe dejar de considerar al responsable de ese departamento como un cargo a ser ocupado por uno de sus conciudadanos o como plataforma para conseguir asuntos particulares.
La propuesta de Ban afirma que la oficina respetará las directivas existentes. Pero en la práctica podría llegar a ser diferente.
"En resumen, no queremos que el mandato del Departamento de Asuntos de Desarme ni su responsable pasen del marco institucional de la Secretaría de la ONU a la órbita de los cambiantes secretarios generales", concluyó.