El recrudecimiento del conflicto político entre el Kurdistán iraquí y la vecina Turquía amenaza con quebrar la relativa calma en esta región del norte de Iraq.
Desde la invasión encabezada por Estados Unidos en marzo de 2003, la tensión entre los kurdos y Turquía aumenta. La situación llegó al punto culminante en enero, cuando el primer ministro turco Recep Teyyip Erdogan amenazó con enviar fuerzas al norte de este país.
El Kurdistán iraquí logró autonomía del régimen de Saddam Hussein tras la derrota de Iraq en la guerra del Golfo, en 1991. Lo logró gracias a la protección de la fuerza aérea británica, que conservó hasta la invasión de 2003.
Desde mayo de 2006 cuenta con un primer ministro y un gabinete, refrendados por su propio parlamento.
Erdogan dijo estar dispuesto a tomar medidas enérgicas como el envío de tropas contra grupos del insurgente Partido de los Trabajadores del Kurdistán en el norte iraquí y a defender los derechos de los turcomanos residentes en la ciudad de Kirkuk, bastión petrolero de esa zona.
"Hay intentos de modificar la estructura demográfica de Kirkuk. No podemos permanecer de brazos cruzados ante esos acontecimientos", dijo el gobernante turco el 17 de enero a dirigentes de su Partido Justicia y Desarrollo.
Mientras, las autoridades del Kurdistán iraquí temen el inicio de un conflicto armado en la región, por lejos la más segura de este país asolado por la guerra.
Además, temen que esa situación abra la puerta a futuras intervenciones de otras potencias regionales como Arabia Saudita, Irán y Siria.
Mientras Turquía esgrime la presencia de la guerrilla del Partido de los Trabajadores del Kurdistán y los derechos de los turcomanos de Kirkuk para justificar un posible intervención militar, algunos analistas mencionan sus otras intenciones.
"Un claro motivo para una invasión de Turquía sería la reanexión de la 'vilayet' (provincia) de Mosul a su territorio. Siguen pensando en términos del antiguo Imperio Otomano", dijo a IPS el politólogo Ata Qaradakhi, desde la ciudad kurda iraquí de Sulaimaniya.
Las principales provincias del norte de Iraq, pertenecientes a la vilayet Mosul en la época del Imperio Otomano, quedaron dentro del estado iraquí tras su fundación, propiciada por Gran Bretaña, a principios del siglo XX.
"A los líderes turcos les preocupa la creciente influencia y autoridad del gobierno regional de Kurdistán en Iraq desde la caída de Saddam Hussein (1979-2003) y temen que pueda inspirar a los kurdos de Turquía", añadió Qaradakhi.
Saddam Hussein fue condenado a muerte y ejecutado en la horca en diciembre.
Unos 25 millones de kurdos están repartidos entre Turquía, Siria, Iraq e Irán. Se trata de la mayor minoría del mundo que carece de estado propio. Once millones se encuentran en el sudeste de Turquía, región de extrema pobreza fronteriza con Iraq.
El Partido de los Trabajadores del Kurdistán lucha desde los años 80 por la independencia de territorio kurdo, o al menos por el respeto de su autonomía, su idioma y sus peculiaridades culturales. El conflicto entre este partido y Turquía causó decenas de miles de muertes.
En las últimas semanas se registró un aumento de los movimientos de las tropas turcas en la frontera con Iraq. Turquía desplegó unos 240.000 efectivos allí y bombardeó varias veces algunas áreas del Kurdistán iraquí en los últimos ocho meses.
En los años 90, el ejército turco lanzó varias operaciones en la región contra el Partido de los Trabajadores del Kurdistán.
El parlamento regional consideró la semana pasada la creciente amenaza de una intervención militar turca.
"Es verdad que tenemos que estar alerta, pero no debemos prestar mucha atención a las amenazas del parlamento turco ni de otros partidos" de ese país, dijo entonces el primer ministro del gobierno regional, Nechirvan Barzani.
"Dadas las condiciones actuales, ni Turquía ni ningún otro país puede mandar tropas aquí, porque ya no sería un asunto sólo kurdo: se estaría violando la soberanía de un estado que es Iraq", añadió Barzani del Partido Democrático Kurdo.
Los kurdos cuentan con la presencia en su territorio de tropas estadounidenses como escudo ante cualquier amenaza regional.
Aun así, muchos políticos kurdos critican duramente al gobierno del primer ministro iraquí, el chiita Nouri al-Maliki, por su tenue reacción ante las amenazas turcas.
Turquía reclama modificaciones al artículo 140 de la Constitución iraquí, que establece una hoja de ruta para normalizar la situación legal de la disputada ciudad de Kirkuk, en la que hay una gran diversidad étnica con población árabe, turcomana y kurda.
Esa cláusula constitucional traza un plan para eliminar los rastros de la política de arabización del régimen de Saddam Hussein, que incluye un censo seguido por un referéndum sobre el destino de la provincia.
Algunos representantes de grupos no kurdos en Kirkuk creen que el artículo 140 solamente favorece los intereses de este grupo étnico.
Muchos kurdos dicen que Kirkuk es realmente una provincia kurda, y que grandes cantidades de árabes fueron asentados allí por el régimen de Saddam, una medida que el artículo 140 podría deshacer.
Ellos también ven a los turcomanos, de ascendencia turca, como marginados. Pero cada una de las etnias de Kirkuk reclama que la ciudad le pertenece por derecho histórico.
Los turcomanos alegan que Kirkuk fue en el pasado una ciudad dominada por turcomanos. Los líderes árabes dicen que se establecieron en la provincia legalmente y que tienen el derecho de quedarse allí.
Y los kurdos aseguran que, antes del comienzo de las políticas de limpieza étnica lideradas por Saddam Hussein, los kurdos constituían la mayoría de la población de la provincia.
El reclamo turco de más derechos para los turcomanos residentes en esa ciudad suscitó duras reacciones en círculos kurdos.
Desde el año pasado, el gobierno regional kurdo reclama el control de Kirkuk, hoy fuera de su jurisdicción.
"Turquía debe otorgar a otros los derechos que se adjudica a sí misma", dijo el legislador kurdo Ghafour Makhmouri en la sesión parlamentaria, en referencia a la defensa de los turcomanos en Kirkuk por parte de Ankara y la represión a la que someten a sus propios kurdos.
"También tenemos derecho a reclamar cambios en la Constitución turca para los millones de kurdos que están en Turquía, al igual que ese país se arroga la potestad de exigir derechos a los turcomanos de Iraq", señaló.
Los kurdos esperan que una vez que se cumpla con el artículo 140, podrán votar la integración de esa provincia a su región autónoma.
Mientras, el gobierno turco impidió esta semana que camiones cargados de combustible cruzaran la frontera, alegando que no aceptaría como legítima contraparte al gobierno de Kurdistán en la transacción de combustible y que sólo firmaría acuerdos con el gobierno central iraquí.
Muchos analistas adelantan que Turquía no invadirá el Kurdistán iraquí, entre otras razones porque esa situación frustraría sus esperanzas de incorporarse a la Unión Europea, sostuvo Qaradakhi.
"Los kurdos iraquíes pueden a su vez causar tantos problemas a Turquía como ella misma. Pueden recurrir a la carta kurda en ese país para crear inestabilidad allí y ese país sabe que eso no sería nada bueno para sus intereses", apuntó. ***** + EEUU-IRAQ: La (des)financiación es la clave (https://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=40018) + IRAQ: Año nuevo, violencia renovada (https://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=39869) (FIN/IPS/traen-vf-mj/ms/ss/mm ip ik/07)