El destino del teniente Ehren Watada, el primer oficial estadounidense que se negó a combatir en Iraq, se juega desde este lunes en una corte marcial de Fort Lewis, un cuartel del noroccidental estado de Washington.
"Si más oficiales como Watada se presentan para advertir que no ordenarán a sus soldados dirigirse a una guerra moralmente incorrecta, menos alistados como yo volverán heridos o muertos", dijo el ex médico de la marina Chanan Suárez-Díaz.
Suárez-Díaz, herido en 2005 en la espalda por una granada en la oriental ciudad iraquí de Ramadi en 2005, se dirigía en la noche del domingo a numerosos activistas reunidos en una iglesia de Tacoma, cerca de Fort Lewis.
Este médico integra Veteranos de Iraq Contra la Guerra, organización que asegura haber cuadruplicado sus miembros en 2006. Suárez-Díaz declaró a IPS que la indignación por la guerra crece en las bases del ejército, lo cual eleva la trascendencia del juicio contra Watada.
"Los soldados no son máquinas que no piensan y no tienen conciencia", dijo. La unidad del propio Suárez-Díaz volverá a desplegarse en Iraq, como consecuencia del plan del presidente George W. Bush de enviar al menos 21.500 soldados adicionales a Iraq.
"Muchos de los compañeros que fueron a Iraq conmigo cambiaron su manera de pensar", agregó. "La mayoría eran antes republicanos o conservadores, pero ahora han visto de qué se trata la guerra."
Watada pasará cuatro años en prisión si es condenado por todos los cargos presentados contra él. No sólo se le acusa de negarse a combatir en a Iraq, sino también de "conducta inapropiada para un oficial", por hablar en foros públicos contra la guerra.
"Hoy les hablo de una idea radical, la de evitar una guerra injusta e ilegal", dijo Watada en septiembre, ante la convención anual de Veteranos por la Paz, en un discurso ahora bajo análisis de la justicia castrense. "Los soldados pueden elegir dejar de luchar."
"Si los soldados se dan cuenta de que esta guerra contradice la Constitución, si se revelan y dejan las armas, ningún presidente podrá iniciar jamás una guerra por gusto", continuó.
"Decimos 'contra todos los enemigos, internos y externos'… ¿Qué pasa si los políticos elegidos se convierten en el enemigo? ¿Las órdenes de quién cumplimos entonces?", se preguntó.
"La respuesta está en la conciencia de cada soldado, de cada estadounidense y de cada ser humano. Nuestro deber con la Constitución es una obligación, no una opción", sostuvo.
Inicialmente, los fiscales del ejército de Estados Unidos convocado a dos periodistas y tres pacifistas a prestar testimonio en el juicio, con el argumento de que era necesario para demostrar legalmente que Watada se había manifestado en contra de la guerra.
Pero esa pretensión desató una ola de indignación entre periodistas y activistas. El ejército y los abogados de Watada acordaron la semana pasada que esas declaraciones no serán necesarias en la corte marcial.
Como consecuencia, es probable que el proceso sea breve. Esa previsión se refuerza con un dictamen del juez militar a cargo del caso, según el cual Watada no podrá alegar en sala que la guerra en Iraq es inmoral e ilegal.
Watada esperaba alegar bajo los Principios de Nuremberg, que surgieron de los juicios a los criminales de guerra nazis tras la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
El cuarto de esos principios dice que las órdenes no pueden esgrimirse como defensa en relación con un acto ilegal, lo que significa que los soldados que cometen un crimen de guerra "simplemente siguiendo órdenes" son tan culpables como sus superiores.
Pero las familias de otros soldados que se niegan a luchar en Iraq observan el juicio de cerca.
Helga Aguayo viajó de Los Angeles a Seattle con sus dos hijas y su suegra para asistir al juicio de Watada. Su esposo, el médico del ejército Agustín Aguayo, se encuentra hoy en una prisión militar estadounidense en Alemania.
Aguayo fue condenado a siete años de prisión por encontrarse "ausente sin permiso", luego que se le negó la posibilidad de invocar la objeción de conciencia para no ir a la guerra.
"Estamos aquí porque es importante mostrar apoyo a la gente que se resiste a las guerras", dijo Helga Aguayo en la iglesia de Tacoma.
"Sabemos por lo que pasa la familia de Watada", agregó. "Mi esposo luchó durante más de tres años para ser declarado objetor de conciencia. Él se opone tanto a la guerra que cuando su comandante lo envió a un patrullaje lo hizo sin cargar balas en su arma."
El fallo del caso Watada está previsto para el fin de semana. ***** +EEUU-IRAQ: Periodista en corte marcial (https://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=39657) +Veteranos de Iraq Contra la Guerra, en inglés (http://www.ivaw.org/) (FIN/IPS/traen-js-mj/ag/ks/na mm ip ik hd/07)