IRÁN: Tren nuclear sin frenos

Disidentes del régimen islámico de Irán temen que la actitud desafiante del presidente Mahmoud Ahmadinejad hacia los gobiernos que rechazan su polémico programa nuclear exponga a la población a riesgos y dificultades evitables.

"El tren nuclear está en movimiento y no tiene frenos ni marcha atrás, porque los desinstalamos y los tiramos", señaló Ahmadinejad, según la agencia de noticias iraní Fars.

Este nuevo desafío presidencial se anticipó a una reunión de representantes de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU —China, Estados Unidos, Francia, Japón y Rusia— y de Alemania, que evaluaron este lunes en Londres profundizar las sanciones contra Irán por su programa de enriquecimiento de uranio.

Estos países "dicen respaldar el diálogo y la lógica, aunque cuando están por perder el juego recurren a la fuerza militar. Pero deben saber que sus armas ya no son eficientes", añadió Ahmadinejad.

Esta postura provocadora suscitó el fin de semana críticas en la prensa local, a pesar de las advertencias del régimen sobre posibles castigos a quienes realicen comentarios sobre la política nuclear, por entender que podrían comprometer la seguridad nacional.

Los partidarios de la línea dura y los conservadores, empezando por Ahmadinejad, niegan que eventuales nuevas sanciones puedan causar daños irreparables a la nación.

El líder supremo ayatolá Alí Jamenei, máxima autoridad religiosa del régimen chiita, calificó de falsa "la propaganda acerca de la existencia de un estado de emergencia en Irán".

Pero el impacto de las sanciones comienza a hacerse sentir entre los ciudadanos comunes.

"¿Qué beneficios nos traerá el combustible nuclear de una planta sin terminar (en la sudoccidental ciudad de Bushehr) para que nuestro pueblo tenga que padecer sanciones y ser más pobre cada día?", dijo a IPS el director de una compañía importadora de Teherán, que pidió reserva sobre su identidad.

"Importar ya es difícil. Varios bancos internacionales dejaron de trabajar con Irán. Dependemos de las importaciones y muchos negocios se verán seriamente afectados. Menos empresas significa menos empleo y estancamiento económico", añadió.

El Consejo de Seguridad de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) dispuso el 23 de diciembre la prohibición de las exportaciones a Irán de materiales y tecnología que puedan ser utilizados por sus programas nucleares y de misiles.

El Consejo también congeló los bienes en el exterior de las 10 principales empresas iraníes y de otras 12 instituciones de este país.

"Aun antes de la imposición de las actuales sanciones, los negocios con el exterior se habían enlentecido", dijo a IPS un analista que pidió reserva sobre su identidad.

"Irán busca métodos alternativos para remediarlo, como destinar 5.000 millones de dólares para una línea de crédito con Turquía", agregó. "Eso nos permitirá seguir importando productos de Occidente, pero el proceso será más costoso para nosotros y beneficiará a los turcos."

El Consejo Supremo de Seguridad Nacional, organismo gubernamental a cargo de la política nuclear y de las negociaciones, prohibió las discusiones al respecto entre los sectores políticos y en la prensa.

Pero aún así el público se expresa.

"No hay duda de que la energía nuclear es un derecho inalienable. Pero tenemos otros más importantes y más urgentes como el de bienestar, paz, asistencia médica y libertad. No se puede sacrificar un derecho por otro", dijo la premio Nobel de la Paz y activista de derechos humanos Shirin Ebadi, según el sitio en Internet Rooz.

Los sectores políticos coinciden en que Irán tiene el derecho "inalienable" a poseer y utilizar tecnología nuclear con fines pacíficos, pero muchos partidarios del régimen, incluida la Organización Mujahedin de la Revolución Islámica, cuestionan la política que llevó al país a una crisis.

Este grupo exhorta a reanudar el camino de negociaciones realizadas por el equipo dirigido por Hasan Rohani, responsable de los asuntos nucleares del gobierno del moderado ex presidente Mohammad Jatami (1997-2005).

"Si siguen las imprudencias y las acciones irracionales, a veces aventuradas, tras el vencimiento del plazo de dos meses dado por la ONU, la crisis podría agravarse y poner en riesgo los intereses y la seguridad nacionales", señaló en un comunicado la Organización Mujahedin, pequeño pero influyente grupo reformista.

"Por desgracia, funcionarios y promotores de las actuales políticas erróneas evitan la discusión y la explicación de la resolución (1.737 de la ONU) a la población. De seguir así, con el pretexto de que el enemigo toma ventaja (de los cuestionamientos internos), pueden plantearse un serio desafío a las oportunidades nacionales y los intereses vitales del país", reza la declaración.

La Organización Mujahedin reclamó un cese de las provocaciones y amenazas, como la de abrir un periodo de inseguridad mundial en caso de que Irán sea atacado, de abandonar el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), de atacar países vecinos y de vender uranio enriquecido a otras naciones islámicas.

"La población iraní está cada vez más preocupada de los costos impuestos por la incesante carrera nuclear, y parece estarlo más ante la perspectiva de un ataque militar", dijo a IPS un observador que pidió reserva sobre su identidad.

"Con lo sucedido en Iraq ahora saben que el presidente estadounidense George W. Bush no es tan distinto del nuestro, y que es capaz de tomar una decisión equivocada que esta vez nos va a afectar a nosotros ", añadió.

Los partidos reformistas, muy preocupados de que los partidarios de una línea dura empujen al país a una situación sin retorno, reclaman la participación del influyente ex presidente (1989-1997) y actual presidente del Consejo de Conveniencia Alí Akbar Hashemi Rafsanjani.

Hashemi, Jatami y el ex presidente del parlamento Mehdi Karrubi han tratado de calmar los ánimos y de que los iraníes más conservadores y los más prooccidentales vuelvan a sus cabales.

La forma adecuada de resolver la cuestión nuclear iraní es que las grandes potencias desistan de sus condiciones irracionales, como suspender el enriquecimiento de uranio antes del comienzo de las conversaciones, y que haya negociaciones, dijo Rafsanjani el viernes en una jornada de oración en Teherán.

China y Rusia, países que tienen estrechos lazos económicos, estratégicos y energéticos con Teherán, trataron de atenuar las sanciones de diciembre y se espera que esta vez también se opongan a un castigo demasiado duro. (FIN/IPS/traen-vf-mj/ks/rdr/mm wd ip nr nu/07)

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe