En medio de una creciente tensión internacional, líderes religiosos de Estados Unidos viajarán este sábado a Irán para reunirse con clérigos y líderes políticos de ese país, incluyendo al presidente Mahmoud Ahmadinejad.
Participantes de la delegación estadounidense, de 13 miembros, organizada por el Comité Central Mennonita (MCC) y el Comité de Servicio de los Amigos Estadounidenses (AFSC), señalaron que su objetivo es impulsar el diálogo.
"Hacemos este viaje con la esperanza de instar a ambos gobiernos a que se retiren de un curso que podría derivar en un conflicto y en un gran sufrimiento", dijo la secretaria general de AFSC, Ellen McNish.
La hostilidad entre las dos naciones recrudeció esta semana luego de que el gobierno de George W. Bush acusara a Teherán de proveer poderosas bombas a las milicias chiitas en Iraq para ser usadas contra soldados estadounidenses.
La visita, que durará una semana, tiene también el objetivo de preparar una reunión en Nueva York para septiembre entre líderes religiosos de Estados Unidos y Ahmadinejad, en la que se analizará la actual tensión entre los dos países.
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En respuesta a una pregunta sobre el eslogan usado por algunos manifestantes iraníes "Muerte a Estados Unidos", el mandatario dijo días atrás: "No hay causa de preocupación, ya que no se referían a la nación estadounidense, sino a sus políticas agresivas, injustas, belicista e intimidantes".
El propio Ahmadinejad se ha convertido en el centro de una gran controversia tras haber cuestionado la veracidad histórica de la masacre de judíos cometida por los nazis en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
"Como hicimos en una reunión en Nueva York, pretendemos seguir hablando con el presidente sobre sus declaraciones referidas al Holocausto. El Holocausto es un hecho histórico y una de las mayores tragedias de la humanidad", señaló McNish.
Sin embargo, los organizadores esperan que los medios de prensa no se concentren solamente en la reunión que mantendrán con Ahmadinejad.
"Hay un gran riesgo de que nuestro objetivo de mejorar las relaciones entre el pueblo iraní y el pueblo estadounidense sea eclipsado por la controversia en torno al presidente Ahmadinejad", dijo el director de programas internacionales del MCC, Ron Flaming.
Aunque el calendario del grupo sigue siendo un secreto por razones de seguridad, se pudo saber que los delegados esperan reunirse con el ex presidente iraní Mohammed Jatami (1997-2005), líderes religiosos cristianos y musulmanes y las mujeres que integran el parlamento iraní.
Además, los organizadores creen que la delegación estadounidense podrá dialogar también con el ayatolá Taqi Mesbah-Yazdi, considerado un cercano asesor espiritual de Ahmadinejad y opuesto al reformismo. También se entrevistarán con líderes protestantes evangélicos iraníes y con el arzobispo de la Iglesia Ortodoxa Armenia en Irán.
"Creemos que es importante conectar a una amplia gama de personas en Irán, y es por eso que incluimos a varios grupos", dijo Flaming a IPS.
"Por tanto, aunque el presidente es una pieza importante, no es la única razón por la que vamos. Somos un pueblo religioso que estableceremos puentes con el pueblo iraní. No somos políticos", añadió.
Tras el viaje, la delegación se reunirá con miembros del Consejo legislativo estadounidense para compartir sus resultados y discutir vías para reducir las tensiones bilaterales.
"Escuchamos sobre nuevos temores de los congresistas sobre la confrontación del presidente Bush con Irán y la del presidente Ahmadinejad con Estados Unidos", señaló el director ejecutivo del grupo cuáquero Comité de Amigos de la Legislación Nacional, Joe Volk.
A pesar de los crecientes llamados en el Congreso para que la administración de Bush tenga un acercamiento diplomático con Teherán, la Casa Blanca ha descartado cualquier negociación hasta que el gobierno iraní congele su programa de enriquecimiento de uranio, parte clave de su plan de desarrollo nuclear.
Irán hasta ahora ha rechazado esta demanda, arguyendo que su plan atómico está permitido por el Tratado de No Proliferación Nuclear.
Volk señaló que el grupo cuáquero que representa se opone a cualquier esfuerzo tendiente a la proliferación atómica.