CAMBIO CLIMÁTICO: La deforestación es el gran desafío

La degradación de los bosques y su impacto en el cambio climático dominan las discusiones en la reunión número 24 del consejo de administración del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), que se desarrolla hasta este viernes en la capital de Kenia.

Delegados en este encuentro de cinco días, al que asisten más de 100 representantes de gobierno todo el mundo, coincidieron en que el cambio climático, el mayor desafío ambiental actual, requiere de esfuerzos globales para ser contrarrestado.

Los participantes coincidieron en que reducir la deforestación es una medida clave para mitigar algunos efectos del recalentamiento planetario.

El director del Pnuma, Achim Steiner, subrayó la intención de su organización de plantar 1.000 millones de árboles en todo el mundo para fines de este año. Lanzada en 2006, la Campaña Mil Millones de Árboles promociona la forestación con especies adecuadas a los ambientes locales.

Sin embargo, algunas comunidades padecen dificultades para participar de esta campaña debido a que tienen acceso mínimo o nulo a Internet, y sufren la barrera del lenguaje.
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"Hay comunidades que no tienen acceso a Internet para recibir información y asesoramiento sobre la campaña, y sin embargo se espera que estas sean las que planten esos árboles", dijo a IPS el activista James Maina, coordinador de Amigos del Deporte, una organización keniata que promueve la conservación ambiental a través de prácticas deportivas.

Maina consideró urgente traducir los documentos a los dialectos locales para que puedan difundirse. "Las comunidades necesitan entender. A menos que las asuman, todas las iniciativas para contrarrestar el cambio climático, incluyendo prohibiciones a la tala, se irán a la basura", alertó.

De hecho, la tala con fines comerciales se constituyó en la principal causa de deforestación, que, junto a las crecientes sequías e inundaciones, acaba con el hábitat natural de muchas especies.

Ambientalistas advirtieron sobre una crisis en Indonesia, donde la rápida pérdida de bosques, incluso en los parques nacionales, causa el desplazamiento y el sacrificio de gran cantidad de orangutanes.

"La tala ilegal ocurre en 37 de los 41 parques nacionales de Indonesia. Más de 1.000 orangutanes, que son la mayor atracción turística, han huido de los parques y ahora viven en centros de rescate", dijo esta semana el ministro de Ambiente de ese país, Rachmat Witoelar.

Un informe del PNUMA presentado el martes en la reunión de Nairobi indica que, debido a la tala constante, muchos parques se degradarán severamente antes de 2012, aumentando la tasa de pérdidas de orangutanes, que es 30 por ciento más alta de lo que se pensaba.

El estudio, titulado "Evaluación de respuesta rápida: la última lucha del orangután", señala que entre 73 y 88 por ciento de toda la madera talada en Indonesia es ilegal.

Sin embargo, una ley que prohíbe la tala en ese país asiático parece estar contribuyendo a mejorar la situación, señaló Witoelar. "Los nuevos leñadores son muy pocos. Actualmente estamos siguiendo a unos 100. Esto también ha servido para disuadir a otros", dijo a IPS.

En Kenia se aplicó una ley similar para ayudar a incrementar las tierras forestadas, que ahora representan apenas 1,7 por ciento del territorio, contra un promedio mundial de 21,43 por ciento y de 9,25 por ciento en África.

A pesar de la prohibición de 1999, los bosques siguieron disminuyendo, haciendo que las autoridades enviaran oficiales para vigilar con severidad las zonas en riesgo.

"Creemos vamos a tener más árboles y que mejoraremos nuestra cobertura", dijo Nafasi Mfahaya, del Departamento de Bosques del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales de Kenia.

Pero las discusiones en Nairobi también se concentraron en el problema de los llamados gases invernadero.

La gran mayoría de científicos coinciden en que el recalentamiento del planeta obedece a actividades humanas, sobre todo a gases liberados por la combustión de petróleo, gas y carbón, el principal de los cuales es el dióxido de carbono.

Esos gases se acumulan en la atmósfera y, por su gran capacidad para retener el calor de los rayos solares, acentúan el llamado "efecto invernadero".

La consecuencia de ese recalentamiento es un cambio climático global con manifestaciones regionales y locales, como el derretimiento de hielos polares y glaciares, la elevación del nivel del mar, sequías, tormentas, huracanes e inundaciones.

Pese a que Estados Unidos genera 25 por ciento de las emisiones de los gases invernadero, el gobierno de George W. Bush retiró la firma que había estampado su predecesor, Bill Clinton (1993-2001), en el Protocolo de Kyoto, único mecanismo internacional contra el cambio climático. Bush arguye que el acuerdo puede afectar la economía de su país.

"Podemos hablar y hablar en las reuniones, pero se necesita acción de parte de las naciones ricas. Si estas no reducen sus emisiones, nosotros podemos hacer poco para combatir el cambio climático", señaló el director ejecutivo de la organización ambientalista panafricana Climate Network Africa, Grace Akumu.

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