La Asamblea General de la ONU condenó a quienes cuestionan la veracidad del Holocausto sufrido por seis millones de judíos a manos del nazismo alemán, en una evidente alusión a Irán.
La resolución aprobada el viernes, patrocinada por 103 de los 192 países de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), deploró "sin ninguna reserva cualquier negación del Holocausto", y reafirmó su aspiración a un "mundo libre de genocidios".
El régimen islámico iraní, que no es mencionado en la resolución, está embarcado en una campaña de negación de la masacre sufrida por los judíos de Europa durante el régimen de Adolf Hitler en los años 30 y 40.
El mes pasado, Teherán fue sede de una conferencia internacional dedicada al revisionismo histórico del Holocausto, a la que asistieron figuras occidentales, entre ellas varios académicos e incluso David Duke, ex líder de la organización racista estadounidense Ku Klux Klan.
Muchos de los participantes compartieron la visión del presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad según la cual es exagerada la escala de las atrocidades cometidas contra los judíos europeos que es aceptada por la mayoría de los expertos del mundo.
La reunión en Teherán fue objeto de numerosas críticas de jefes de Estado y de gobierno de todo el mundo, así como del entonces secretario general de la ONU, Kofi Annan, quien abandonó el cargo el 1 de enero.
Complacido por la resolución que aprobó la Asamblea General, el sucesor de Annan, Ban Ki-moon, afirmó que reflejaba "la visión prevaleciente en la comunidad internacional".
La presidenta de la Asamblea General, Shiekha Haya Rashed Al Khalifa, natural de Bahrein y de religión musulmana, agregó: "Éste es un fuerte recordatorio a todos de que la comunidad internacional está unida en su oposición a todos los crímenes contra la humanidad."
Al presentar el proyecto de resolución, el representante estadounidense Alejandro Wolff describió el Holocausto como "una de las más trágicas catástrofes morales de toda la historia", y advirtió que quienes la niegan revelan "ignorancia y fracaso moral".
El representante de Irán en la Asamblea General, Hossein Gharibi, se negó a adherir a la resolución con el argumento de que no tenía razones para considerar que sus motivaciones eran "genuinas".
"Irán, como muchos otros países, ha condenado el genocidio hacia cualquier raza, grupo o religión como un crimen contra la humanidad", afirmó. "No hay justicia ni justificación en el intento de algunos, en particular el régimen israelí, de explotar crímenes del pasado como pretexto para cometer nuevos genocidios."
Venezuela, uno de los principales aliados de Irán en la arena internacional, apoyó la resolución, pero criticó a sus patrocinantes por no mantener un enfoque equilibrado.
"Millones de seres humanos han sido víctimas del Holocausto, pero la resolución también debería cubrir las muertes de los asesinados en Hiroshima y Nagasaki, así como el pueblo palestino, que es víctima de excesos perpetrados bajo el pretexto de la defensa propia y la seguridad", dijo el representante venezolano Marco Palaviana.
El embajador israelí Dan Gillerman sostuvo que en la resolución subyacía la idea según la cual hablar y educar sobre "el brutal y sistemático asesinato del pueblo judío a manos de los nazis" permite llamar la atención sobre los horrores del genocidio y obliga a todas las naciones a comprometerse para impedir tales atrocidades.
Pero "lamentablemente", agregó, "las lecciones son rechazadas en algunas partes del mundo", sostuvo, en alusión a Irán. "Un miembro de esta Asamblea General continúa negando esa verdad eterna", acusó Gillerman, sin nombrar al país islámico.
En representación de la Unión Europea, el embajador alemán Thomas Matussek recordó que su país cometió ese "crimen sin precedentes en nombre de la nación", y que millones de judíos y miembros de otras comunidades, como los gitanos, fueron asesinados durante la Segunda Guerra Mundial.
Al tiempo que exhortó a la comunidad internacional a luchar contra el racismo y el antisemitismo, Matussek dijo que los intentos de distorsionar hechos históricos son "un fracaso en la tarea común de liberar al mundo de estas atrocidades".
El embajador de Rusia Vitaly Churkin, cuyo país sufrió millones de muertes a manos de los nazis, afirmó que nadie puede permanecer indiferente ante el asunto. "El Holocausto no es sólo una tragedia para los europeos, sino para toda la humanidad", dijo.
Al recordar que este sábado, 27 de enero, es el Día Internacional de Conmemoración del Holocausto, Churkin recordó que esa fue la fecha en que el Ejército Rojo de la Unión Soviética liberó el campo de concentración de Auschwitz, uno de los peores del nazismo.
A excepción de Irán, todos los países musulmanes adhirieron a la resolución, aunque la mayoría no figuraron entre los patrocinantes. (FIN/IPS/traen-mj/hr/ld/mm ip hd07)