Activistas que participaron de los cinco días de diálogo, manifestaciones, danza y música del Foro Social Mundial (FSM) en la capital de Kenia parecen haber recuperado sus esperanzas de lograr avances en la lucha contra la pobreza y hacer realidad «otro mundo posible».
Unos 50.000 delegados soportaron el sofocante calor de Kenia para discutir en diversos talleres y conferencias asuntos relacionados con la deuda externa, el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), la falta de viviendas y de empleo, y las injusticias del comercio con los países ricos, entre otros temas.
Muchos participaron en la maratón de 15,5 kilómetros por los "derechos básicos", que atravesó los barrios más pobres de la capital el jueves, el día en que terminó el encuentro.
Hay 199 tugurios en Nairobi, y son las zonas más densamente pobladas de la ciudad y las que sufren las mayores carencias de servicios básicos.
Comenzando en Korogocho, un tugurio en el este de Nairobi, el maratón concluyó en el parque Uhuru, el mismo lugar en el que fue inaugurado el Foro el domingo.
"El hecho de que se haya realizado el primer FSM en Kenia, en territorio africano, es una gran celebración. Para mí, es un sueño que siempre tuve desde que comencé a involucrarme con el Foro. Es un reconocimiento de que el mundo está en solidaridad con África", dijo la activista Wahu Kaara, miembro del consejo del Foro Social Africano, parte del comité internacional organizador del FSM. "Los asuntos que emergieron del encuentro fueron muy importantes: agua, derechos humanos, la deuda, vivienda y muchos más. Estoy seguro de que se plantaron las semillas de la esperanza", dijo a IPS la activista Wangari Maathai, premio Nobel de la Paz.
"Pero el desafío que ahora permanece es lo que tenemos que hacer cuando regresemos a casa. Recuerden la historia del pequeño colibrí", añadió.
Maathai hacía referencia a un cuento que reiteradas veces citó en el Foro, sobre un pequeño pero decidido colibrí apagó el incendio de un bosque. Mientras los animales más grandes observaban desde lejos, el ave hizo varios viajes al río trayendo agua en su pico para apagar las llamas.
"No nos debemos sentir abrumados por los grandes problemas que enfrentamos. No importa cuán pequeños seamos, podemos hacer una diferencia para crear un mejor mundo para todas las personas, para África", señaló.
El FSM de Nairobi fue el primero realizado en un país africano.
Creado en oposición a ese encuentro en la localidad suiza de Davos que congrega a gobiernos y a la elite financiera y empresarial internacional, el FSM reúne casi en simultáneo a organizaciones y activistas de la sociedad civil, que, entre otras cosas, se oponen a la dominación global por parte del capital.
Las tres ediciones primeras tuvieron como escenario a Porto Alegre, en 2004 se mudó a la costera ciudad india de Mumbai, al año siguiente volvió a su lugar de nacimiento y en 2006 se repartió en Bamako, Caracas y el centro financiero pakistaní de Karachi, en lo que se llamó el "foro policéntrico".
"Los gobiernos están excluidos de la participación, pero están incluidos en la organización. Ellos saben de qué se trata el Foro, pueden aprender y hacer lo que piensen que se debe hacer para construir un mundo mejor", dijo a IPS el brasileño Chico Whitaker, del Consejo Internacional del FSM.
Los participantes aprenden mucho unos de otros. El activista brasileño Ramos Filho presentó en el Foro una original iniciativa en la lucha contra el sida.
Este profesor de Derecho del meridional estado brasileño de Santa Catarina ha distribuido desde 1998 más de 100.000 condones en su país, acompañados de un poema con información sobre la enfermedad para crear conciencia en la población.
África subsahariana es hogar de 64 por ciento de la población mundial con VIH (virus de inmunodeficiencia adquirida, causante del sida). Pero, abrumados por la carga de su deuda externa, los gobiernos de los países pobres no pueden cubrir las necesidades sanitarias básicas de sus ciudadanos.