Europa le hace señas a Mady Daboné, un campesino burkinés de 30 años. «Quedarse aquí… es la miseria», se queja este residente de la aldea de Begdo, en el este de Burkina Faso.
Varios de sus amigos ya se han ido de este país de África occidental, uno de los más pobres del mundo. "Tengo unos 20 en Italia y España. A todos les ha ido bien, aunque al principio sufrieron bastante", cuenta.
Daboné carece de educación formal, pero espera seguir los pasos de sus amigos para ganar algún dinero que le permita "volver y contraer matrimonio, construir una casa para los padres y abrir un negocio".
En el Foro Social de Burkina Faso cunde la preocupación por los conciudadanos que deben emigrar en busca de una vida mejor.
El foro local reúne a personas interesadas en ayudar a este país a alcanzar los objetivos del Foro Social Mundial (FSM), que promueve un orden mundial más justo. La séptima edición del FSM se llevará a cabo del 20 al 25 de este mes en la capital de Kenia, Nairobi.
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"Para los jóvenes en especial, es difícil vivir en su país porque no tienen perspectivas y los empleos son cada vez más escasos", lamentó Théophile Ouédraogo, miembro de la Confederación de Pequeños Agricultores de Burkina, que participó en una reunión del Foro Social local.
Alidou Koné, un investigador de economía agrícola que reside en la capital, Uagadugú, expresó una opinión similar.
"Europa atrae a los jóvenes, y realmente creo que es allí donde se puede encontrar la felicidad", dijo a IPS. Agregó que los jóvenes gastan importantes cantidades de dinero para emigrar y "a veces arriesgan su vida para alcanzar esa meta".
Noventa por ciento de los emigrantes son menores de 35 años, y en su mayoría solteros, informó el Instituto Nacional de Estadísticas.
El principal destino de los emigrantes burkineses es el vecino Costa de Marfil, seguido por el también vecino Gabón, Europa y los países del Golfo, según el Instituto. Los que planean viajar a Italia suelen hacerlo a través de Libia, mientras que Argelia y Marruecos son los puntos de lanzamiento para quienes tienen la mira puesta en España, explicó una fuente de los servicios de seguridad de Uagadugú.
Un emigrante que fue rechazado en Libia hace dos años dijo a IPS que los traficantes involucrados en la migración ilegal trabajan con grupos de unas 20 personas de distintas nacionalidades africanas, y que cada una paga 1.200 dólares para llegar a Europa.
El Instituto Nacional de Estadísticas informó también que 86 por ciento de los migrantes parten desde las zonas rurales del país. El gobierno estima que casi 80 por ciento de los 13 millones de habitantes habitan en esas zonas.
"Los jóvenes rurales que llegan a los centros urbanos creen que van a triunfar fácilmente. Cuando chocan con la pobreza, su única alternativa es partir a Europa, a cualquier costo", comentó Ibrahim Kinda, un sociólogo de la capital.
Kinda citó al economista y sociólogo francés Alfred Sauvy, quien acuñó el término "Tercer Mundo" y dijo que "si la riqueza no va a las personas, las personas irán a la riqueza".
Según el Informe de Desarrollo Humano 2006, publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), cerca de 27 por ciento de los burkineses viven con menos de un dólar al día, y más de 46 por ciento se encuentran por debajo de la línea nacional de pobreza.
"Los jóvenes abandonarán las zonas rurales si no se hace nada para pagarles un salario digno", advirtió François Traoré, uno de los líderes del Foro Social de Burkina Faso y presidente de la Confederación de Pequeños Agricultores de Burkina y de la Asociación de Productores de Algodón de África.
Ambas asociaciones luchan por obtener precios internacionales más justos para el algodón africano, que no puede competir con el algodón subsidiado de Estados Unidos, por ejemplo. Burkina Faso es el principal productor de algodón de África subsahariana, con unas 600.000 toneladas al año.
El gobierno argumenta que lanzó programas que ofrecen oportunidades a los jóvenes del campo y aumentan sus perspectivas de empleo en las zonas urbanas. Según el Ministerio de Agricultura, este país tiene más de 500.000 hectáreas de tierra cultivable, pero solo 40.000 están en uso agrícola.
Algunos cifran sus esperanzas en que Burkina Faso fue declarado elegible para la Cuenta del Desafío del Milenio en noviembre de 2005 y recibirá una ayuda de 500 millones de dólares en virtud de esa iniciativa del presidente estadounidense George W. Bush, destinada a los países pobres que combaten la corrupción, respetan los derechos humanos e invierten en servicios sociales.
Este año también se lanzará un proyecto para apoyar la forestación y diversificar la agricultura, con unos 60 millones de dólares otorgados por el Banco Mundial.
"La mejora de las condiciones de vida y la diversificación de las oportunidades económicas en zonas rurales son la forma de detener la migración hacia las grandes ciudades y Europa", dijo Pascal Ouédraogo, de la organización no gubernamental Laafi, participante del FSM.
"La inmigración de los jóvenes será central en el debate del FSM de 2007", predijo.
Si no se revierte la tendencia a la emigración, se pueden repetir tragedias como la que afectó a la aldea oriental de Sampéma el pasado julio, cuando 11 aldeanos se ahogaron cuando estaban por llegar a las costas de Sicilia, Italia.
Seyba Diabo, un hombre de 36 años con cuatro hijos, fue una de las víctimas. "Quería irse porque el dinero no le alcanzaba para vivir… y también porque tenía amigos que ya se habían ido a Europa. Planeaba trabajar en los plantíos de tomate en Italia", contó su hermano, Seydou Diabo.