La deteriorada reputación de Washington como líder en materia de derechos humanos hace que la Unión Europea sea el único candidato creíble para llenar el vacío, afirmó este jueves la organización Human Rights Watch (HRW).
Sin embargo, la estrategia del "mínimo denominador común" para asumir posturas colectivas sobre derechos humanos, la ampliación del bloque y la complicidad de algunos países miembros en la "guerra contra el terrorismo" hacen difícil que la Unión Europea ofrezca ese liderazgo tan necesario, previno el grupo, con sede en Nueva York.
"Dado que Estados Unidos no puede ofrecer un liderazgo creíble sobre derechos humanos, los países europeos deben tomar su lugar", instó Kenneth Roth, director ejecutivo de HRW, quien este jueves lanzó en Washington el último Informe Mundial de la organización.
"Pero en lugar de hacer esto, la Unión Europea subutiliza su poder", lamentó.
El informe de 556 páginas, que se refiere a hechos relacionados con los derechos humanos el año pasado en unos 70 países, fue publicado en coincidencia con el quinto aniversario de la llegada de los primeros hombres capturados en Afganistán y Pakistán a la base naval estadounidense de la bahía de Guantánamo, Cuba.
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El tratamiento de esas y otras personas capturadas por las fuerzas de Estados Unidos en la "guerra contra el terrorismo" lanzada por el gobierno de George W. Bush contribuyó a la caída en picada de la credibilidad de Washington como líder de derechos humanos, dice el informe.
El documento agrega que la recuperación de la imagen anterior depende en su mayor parte de las acciones del nuevo Congreso legislativo, de mayoría demócrata.
"El nuevo Congreso de Estados Unidos debe actuar ahora para remediar los peores abusos de la administración Bush", exhorta Roth en el informe, titulado "Filling the Leadership Void: Where is the European Union?" ("A llenar el vacío de liderazgo: ¿Dónde está la Unión Europea?").
Los grupos de derechos humanos miran cada vez más hacia la Unión Europea como el medio más creíble para expresar sus preocupaciones en el sistema internacional, pese a sus fallas, dado que no cuentan con Estados Unidos ni con China y Rusia, represores de la disidencia interna y amigos de dictadores extranjeros, agrega Roth.
Tampoco cuentan con muchas de las nuevas democracias de los países en desarrollo, demasiado tímidas para criticar a sus vecinos.
El informe de este año destaca la violencia en la occidental región sudanesa de Darfur, que ahora se ha extendido más allá de las fronteras hacia Chad y la República Centroafricana, como la peor crisis de derechos humanos de 2006.
Entre 200.000 y 400.000 personas, en su mayoría miembros de tribus africanas, murieron como resultado de ataques de milicias respaldadas por el gobierno en los últimos cuatro años, y otros dos millones fueron desplazadas.
"Los civiles de Darfur están bajo ataque constante y el conflicto se está desbordando hacia fuera de las fronteras. Sin embargo, los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU no han hecho más que producir innumerables resoluciones que no se aplican", lamenta Roth.
En la introducción, Roth observa que la administración estadounidense de Iraq y su tardío esfuerzo por justificar la invasión como una intervención humanitaria facilitó la oposición de Sudán a las propuestas de la ONU de enviar una fuerza de paz para proteger a los civiles de Darfur.
El informe también cita el marcado aumento de la violencia, que se desliza peligrosamente hacia una guerra civil abierta, en Iraq, así como la reanudación de la guerra civil en Sri Lanka, la persistencia del conflicto en Colombia, y el resurgimiento del grupo extremista islámico Talibán en Afganistán.
También cita la guerra de agosto último entre Israel y la organización radical islámica Hizbolá como ejemplo de los abusos más alarmantes de 2006.
Asimismo, subraya la persistencia de regímenes muy autoritarios en Corea del Norte, Birmania y Uzbekistán, además de la represión de disidentes en Rusia, Egipto, Irán, Etiopía y Zimbabwe, entre otros países.
HRW también manifestó una fuerte decepción por el nuevo Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que pese a las esperanzas de que tuviera un enfoque más equilibrado que su predecesora, la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, en el último año solo condenó la actuación de Israel.
Por otra parte, HRW celebró que los ex presidentes de Liberia y del Chad, Charles Taylor y Hissene Habre respectivamente, hayan sido procesados por graves violaciones a los derechos humanos, como resultado de la presión de la Unión Africana.
La organización también elogió la resistencia de América Latina, el Caribe y algunos países de Africa a la presión de Estados Unidos para que firmen acuerdos bilaterales que exceptuarían a ciudadanos estadounidenses de la jurisdicción de la Corte Penal Internacional.
Sin embargo, estos puntos luminosos no compensan la decadencia de la credibilidad de Washington como líder en materia de derechos humanos y la falta de cualquier otro país o grupo de países que llene el vacío, dice el informe.
Uno de los principales obstáculos para que la Unión Europea asuma un papel más enérgico es el requisito de consenso entre los 27 países miembros.
"Basta con que un solo gobierno tenga arraigados intereses en determinado asunto (Chipre sobre Turquía, Alemania sobre Rusia, Francia sobre Túnez) para que bloquee una posición eficaz de la Unión Europea", lamentó Roth.