ASIA MERIDIONAL: India se desembaraza del legado imperialista

India revisa su vínculo con Bután y Nepal, sus vecinos menores, hasta hoy caracterizado por tratados bilaterales heredados del Imperio Británico plagados de asimetrías, inequidades y desequilibrios.

Los cambios ya comenzaron, con la "actualización" del Tratado de Amistad India-Bután, firmado en agosto de 1949 entre el segundo país más poblado del mundo y su vecino menos poblado, un pequeño reino de 700.000 habitantes.

El nuevo acuerdo reflejará "la naturaleza contemporánea del vínculo" y echará los cimientos para su desarrollo futuro.

La revisión más notoria se refiere a los artículos dos y seis. El primero de ellos ubica a Bután bajo la guía "del consejo del gobierno de India respecto de sus vínculos externos".

El término "consejo" será sustituido, al parecer, por "cooperación amistosa", y se empleará un lenguaje menos imperativo, para dejar clara la mayor independencia o autonomía de Bután en materia de política exterior.

El artículo seis, que permite a Bután importar "armas, municiones, maquinarias y material bélico" sólo con "asistencia y aprobación" de India, implicaba que la potencia sudasiática podía vetar cualquier compra militar.

Ahora, la cláusula explicitará que la autorización no será necesaria en caso de compra de equipamiento militar no letal.

Estos artículos eran un reflejo directo del estatus de Bután como protectorado indio mientras el Imperio Británico rigió en la región.

"La potencia colonial se cuidó de expandir tanto como le fue posible las fronteras de India", dijo Sumit Sarkar, historiador y ex profesor de la Universidad de Delhi. "También querían promover la obediencia a India entre los vecinos del este y el norte."

"La política imperial implicó la creación de zonas de amortiguación con el imperio zarista en el norte y con China en el este", agregó Sarkar.

Con esta finalidad, Londres impuso una serie de acuerdos y tratados inequitativos entre India y estados o principados vecinos o próximos como Nepal, Bután, Sikkim y Afganistán.

De todos modos, el tratado de 1949 con Bután y el de 1950 con Nepal fueron firmados por India cuando ya era un estado independiente, si bien eran derivados de otros firmados a fines del siglo XIX y principios del XX entre el régimen imperial indio y sus vecinos más débiles.

En las últimas seis décadas, Nueva Delhi invocó razones de "seguridad" para actuar de modo amenazante o imperativo con esos países, y se comportó como si fuera el gendarme de Asia meridional.

El acto más agresivo de la India hegemónica fue la anexión de Sikkim en 1974, acontecimiento que no ocasionó ni de lejos las protestas que la justificada liberación de Goa del imperio portugués en 1961.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de India argumentó que los cambios en el tratado con Bután reflejan sus ahora estrechas relaciones bilaterales en materia política, estratégica y económica, basadas sobre "los firmes cimientos de sus vínculos históricos, intereses compartidos y cooperación recíprocamente beneficiosa".

Detrás de este discurso tan espeso y opaco se ocultan algunos razonamientos prácticos en favor de una actualización del vínculo de acuerdo con los cambios internos de Bután.

El rey Jigme Singye Wangchuk, que ocupó el trono durante 24 años, abdicó el mes pasado en favor de su hijo y anunció la instauración de una monarquía constitucional para 2008.

El gobierno de Bután ya divulgó un proyecto de constitución que asigna gran poder al rey y su corte. El año próximo, según lo agendado, se celebrarán las primeras elecciones en el país.

"La revisión del tratado con Bután era una tarea pendiente", dijo el ex embajador indio K. P. Fabian. "La pregunta interesante es por qué se hace ahora."

"En primer lugar", se contestó el diplomático, "India decidió que sería prudente cambiar el acuerdo antes de que Bután lo pidiera, y eso habría ocurrido, tarde o temprano. En segundo lugar, el gobierno sabe que Bután atendería, en ese sentido, la evolución del vínculo con Nepal."

Este otro país vecino está realizando una transición a la democracia mucho más radical que la de Bután.

El Partido Comunista de Nepal (maoísta), uno de los grupos clave del movimiento popular que impulsa la transición, quiere que el acuerdo sea eliminado de raíz. Otros partidos piensan lo mismo, con el objetivo de remover desigualdades en materia comercial, de tránsito y de usufructo de aguas compartidas.

"Sería embarazoso que India revisara su tratado con Nepal pero no el que rige su vínculo con Bután", concluyó Fabian.

La revisión del acuerdo es, además, el modo en que Nueva Delhi retribuye a Thinpu su leal apoyo. En todos los foros internacionales, Bután ha sido el único aliado firme de India.

Sólo India y Bután se han opuesto (a veces junto con Mauricio) a las resoluciones anuales de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que exhortan a establecer una zona libre de armas nucleares en Asia meridional, en general apoyadas por la enorme mayoría de los países.

Desde 2004, además, Bután ha ayudado a India a reprimir a los combatientes de Cachemira que buscan refugio en su territorio.

A cambio, India acordó mantener silencio en torno de la expulsión de más de 100.000 butaneses del sur del país (un séptimo de la población del reino) y facilitó el ingreso de ese enorme contingente a Nepal-

El reordenamiento del vínculo de India con sus vecinos más pequeños es parte de un largo proceso de "cristalización de las estructuras estatales de Asia meridional", según el historiador Neeladri Bhattacharya, de la Universidad Jawaharlal Nehru de Nueva Delhi.

"El movimiento anticolonialista indio no tuvo una orientación radical en materia internacional. Por ejemplo, no prometió eliminar los tratados y acuerdos inequitativos firmados por los gobernadores británicos y otros países", explicó.

"En cambio, India consideró que existía como Estado-nación desde hacía muchos siglos. Estaba muy insatisfecha con el régimen colonial, pero no cuestionó de manera suficientemente crítica la proyección expansionista del virrey Lord Curzon, entre 1899 y 1905", recordó.

Muchos líderes del Partido del Congreso, que condujo a India hacia la independencia, tenía una percepción crítica del nacionalismo, así como intelectuales influyentes como Rabindranath Tagore.

El debate dentro de India fortaleció en el mundo la política de no alineamiento y la descolonización, pero para los historiadores "la idea de una nación no es algo que se da, sino que evoluciona, es fluida", explicó Sumit Sarkar.

Ahora, India modifica algunas de las políticas que supusieron una continuidad del Imperio Británico, lo cual equilibrará las relaciones con sus vecinos.

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