ARQUITECTURA-RUSIA: Para conservarse mejor

Las autoridades rusas consideran la propuesta de privatizar la gestión del área que tiene a su cargo los monumentos culturales, como un medio para conservarlos mejor y atraer a más turistas.

"La moratoria de privatización de los monumentos culturales puede ser rechazada, y esperamos que esto suceda en los próximos meses", dijo el viceministro de Cultura y Comunicaciones de Rusia, Andrei Busygin.

Existen más de 200 mansiones y cerca de 450 monumentos en Moscú y sus alrededores que requieren ser restaurados.

"Toda la propiedad debió ser nacionalizada después de la revolución de 1917. Esto resultó desastroso para muchas edificaciones históricas, dado que fueron separadas de la vida y estructura social que las habían creado", explicó a IPS Edmund Harris, miembro ejecutivo de la Sociedad de Preservación Arquitectónica de Moscú (SPAM).

"Mire solamente las casas quinta. Una vez que le fueron expropiadas a la aristocracia que vivía en ellas, éstas fueron destinadas para fines que no se adecuaban, como centros deportivos y de trabajadores agrícolas", recordó.

"Fueron usadas enteramente para cosas prácticas y sólo recibieron el mantenimiento necesario para su funcionamiento básico, mientras que otras fueron abandonadas a su suerte", aseguró Harris.

Conservar estas edificaciones puede ser muy costoso para el Estado. "La tarea es enorme", aseveró Harris. "Financiar la restauración de los más importantes edificios históricos es incluso impredecible. En tanto, que privatizarlas, parece ser en principio, la única manera de conseguir el dinero para tal propósito, o al menos para salvarlas de que se caigan completamente", apuntó.

La alcaldesa de San Petesburgo, Valentina Matviyenko, ya anunció que algunas de las edificaciones históricas de segunda categoría —aquellas que no se han convertido en museos o en atracciones turísticas— serían ofrecidas a los inversionistas en forma de alquiler a largo plazo, a fin de aliviar la carga de la administración municipal.

Actualmente, la legislación relativa a la protección de las edificaciones históricas no ha sido reforzada y varias piezas arquitectónicas han sido demolidas o alteradas.

"Todo lo que esté en manos de las instituciones públicas difícilmente funciona, y el miserable estado en que se encuentran las estatuas y monumentos históricos refleja la importancia dispensada a ellos por las autoridades", se quejó ante IPS Olga Matrosova, administradora del departamento internacional de Delta Realty, una compañía de bienes raíces.

Las edificaciones podrían en teoría ser protegidas y administradas más eficazmente a través de la privatización, sin embargo ésta puede traer sus propios problemas, agregó.

"No debemos perder de vista que en el proceso, algunos de los monumentos históricos pueden ser maltratados o se pueden perder totalmente, o incluso, alguna persona puede hacer turbios negocios con ellos. Estos son riesgos reales cuando se convocan particulares para ejecutar este tipo de gestiones culturales. Es difícil evaluar estas cosas".

Matrosova condena la destrucción indiscriminada de varias edificaciones históricas que han sido transformadas en apartamentos u oficinas. "Estos aspectos de nuestra historia cultural son sencillamente irremplazables e irrecuperables".

Anya Levitov, una administradora de la compañía de Servicios de Bienes Raíces Evans, de Moscú, dice que la clave del éxito para mantener los monumentos es cumplir la ley, lo cual es imposible en un ambiente corrupto.

Muchas edificaciones históricas fueron reconstruidas o destruidas por razones comerciales, agregó, y esas decisiones fueron tomadas por funcionarios gubernamentales. Sin embargo, puede suceder que los monumentos tampoco estén seguros en manos privadas, anotó.

"El gobierno puede estar tratando de ahorrarse el esfuerzo y dinero que supone mantener esos monumentos, pero la privatización no es la única solución. Entre otras alternativas está la contratación de compañías profesionales de mantenimiento, que pueden hacer su oficio y generar ingresos. Además, sería bueno para el gobierno obedecer sus propias leyes".

El Ministerio de Cultura dice que ha hecho lo que puede: asignar un presupuesto para salvar a los monumentos públicos.

"El sector cultural en un conjunto está atravesando su prueba más severa, ya que el equipamiento cultural y los monumentos están en su mayoría envejeciendo, y exige un constante mantenimiento", dijo a IPS el conservacionista local Andrei Klimenko.

"Pero con un presupuesto estatal, que apenas alcanza para cubrir los costos de las reparaciones, un administrador privado mantendría mejor a los monumentos que el gobierno. La burocracia es la gran enemiga de la cultura de la sociedad. No hay control sobre ella". añadió.

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